Por el amor de Dios, volumen 1/24 de octubre

De Libros y Sermones Bíblicos

24 DE OCTUBRE

2 Reyes 5, 1 Timoteo 2, Daniel 9; Salmos 117-118

LOS ASUNTOS ACTUALES REQUIEREN QUE cuando se refieran a 1 Timoteo 2 se haga referencia en las discusiones contemporáneas, y por lo general se centra en 2:11-15. Así que vamos a reflexionar sobre 1 Timoteo 2:1-7.

(1) Claramente, Pablo exhorta a los cristianos a orar por todos los que están en autoridad (2:1-2). El fin principal de la oración tal es “para que podamos vivir una vida tranquila y reposadamente en toda piedad y honestidad” (2:2). La soberanía de Dios se extiende más allá de la iglesia a todos los asuntos de la humanidad. Pablo sabe bien que una sociedad ordenada y segura es conducente a una vida normal y disciplinad, por lo tanto, a “la piedad y la santidad”.

(2) Cuando Pablo dice: “Esto es bueno”, no es claro si esto se refiere a la vida santa que él quiere que aparezca entre los creyentes, o de las oraciones que se supone que deben elevarse a Dios Todopoderoso en nombre de los que están en autoridad. En el primer caso, la conexión con lo que sigue debe ser a lo largo de estas líneas: si vivimos vidas santas, nuestro vivir dará testimonio de evangelización a la gente a nuestro alrededor de que Dios quiere “llegar al conocimiento de la verdad” (2:4). Si la referencia es a nuestra oración, la conexión con lo que sigue es un poco diferente. Pablo dice que debemos orar por los que tienen autoridad, no sólo a fin de que la sociedad pueda ser estable, pero a fin de que puedan estar a salvo, ya que Dios quiere que todos vengan al conocimiento de la verdad.

(3) En cualquier caso, la suposición es que Dios está vitalmente interesado en la conversión de las personas de todas partes. Esto no está en absoluto en contradicción con lo que la Biblia dice en otras partes sobre la elección. Sin duda, Dios ejerce un amor especial hacia sus elegidos. Sin embargo, la Biblia describe a Dios como siempre gritando, en efecto, “¡Cambien! ¡Cambien! Porque el Señor no se complace en la muerte del impío”. Su actitud hacia sus caídos portadores de su imagen, por mucho que se caracteriza por la justicia y el juicio, se incluye este elemento de nostalgia por su salvación.

(4) En este contexto 1 Timoteo 2:5 dice, en efecto, que la doctrina del monoteísmo tiene una implicación. Si no hay más que un solo Dios, entonces él debe ser el Dios de todos, sea reconocido como tal o no. Si hay un solo mediador entre Dios y los seres humanos caídos, entonces la única esperanza para cualquier ser humano es ese mediador.

(5) Potencialmente, entonces, él es el rescate para todos los hombres y mujeres de todo el mundo (2:6). No hay otro mediador. Él no es el mediador de los judíos solamente. En “su debido tiempo” (2:6) esta verdad ha quedado clara, y se encuentra en el corazón del evangelio apostólico que Pablo ha sido nombrado para predicar, no menos entre los gentiles.