Por el amor de Dios, volumen 1/4 de septiembre

De Libros y Sermones Bíblicos

4 DE SEPTIEMBRE

1 Samuel 28: 1 Corintios 9, Ezequiel 7, Salmo 45

HAY VARIAS PREGUNTAS acerca de la bruja de Endor (1 Sam. 28) que no podemos responder. ¿Fue el profeta Samuel en realidad llamado por su actividad como medio, o fue esto algún tipo de engaño demoníaco? Si Samuel fue llamado, ¿fue esta una excepción a lo que Dios permite o sanciona normalmente? Y si es realmente Samuel, ¿por qué se molesta en contestarle a Saúl en lo absoluto satisfaciendo sus ansias por el conocimiento del futuro, por cualquier medio necesario, que incluso significaría que fueran condenadas en Israel?

Si bien es difícil dar respuestas concretas a algunas de estas preguntas lugar de éstos, algunos puntos se destacan.

(1) Lo que es malo con el espiritismo mal no es que no funciona (algo en ello puede ser una brujería manipuladora, algo en ello puede proveer respuestas), sino que le da ventaja a lo demoníaco. Sobre todo, aleja a las personas de Dios, quien es el único que controla tanto el presente como el futuro. Para encontrar una orientación para nuestra vida por estos medios, no solo nos llevará por un mal camino tarde o temprano, sino que ya es un símbolo de la rebelión—una terrible burla de Dios.

(2) Saúl está haciendo el papel del hipócrita. Por un lado, ha desterrado a medios y espiritistas del reino (28:3); por el otro, quiere desesperadamente uno para sí mismo. Si Saúl hubiera vivido más tiempo, no hay forma en que esta falsedad hubiera permanecido oculta de la gente. Los fundamentos mismos del orden y la justicia en una sociedad que se desmorona cuando las fuerzas establecidas no sólo disfrutan de las hipocresías personales que afectan a una raza caída, pero en las violaciones públicas de la ley que habían jurado defender.

(3) Cuando Dios no responde a ninguno de los medios que ha designado (28:6, 15), esto no justifica un desafío a Dios, sino el arrepentimiento, la perseverancia y la paciencia. Hay algo tristemente patético en buscar el consejo de Dios mientras se hacen cosas que Dios mismo ha prohibido.

(4) Lo más importante del pecado de Saúl es lo que ha sido por mucho tiempo. Él quiere un dios domesticado, un dios como el genio en la lámpara de Aladino, uno comprometido a hacer cosas maravillosas por él, siempre y cuando retenga la lámpara. De alguna manera siente que David tiene ahora la lámpara y le gustaría poder conseguir el poder de nuevo, pero no percibe que el Dios verdadero debe ser adorado, reverenciado, obedecido, temido y amado incondicionalmente. He aquí un hombre que piensa de sí mismo como en el centro del universo, cualquier otro dios que exista le debe servir. Si el Dios aliado a Israel no le ayuda como quiere, entonces Saúl está preparado para encontrar a otros dioses. Este es el corazón negro de toda idolatría.