La Oración y la Victoria de Dios

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English: Prayer and the Victory of God

© Desiring God

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Por John Piper sobre Oración

Traducción por Manuel Bento Falcón


Isaías 37

Mi objetivo en este mensaje es dejar en vuestra mente una fuerte impresión y convicción de que la victoria de Dios está en camino y que vuestras oraciones son el camino de Dios para cumplir la victoria de Jesucristo sobre este mundo. El título es “La Oración y la Victoria de Dios,” y el punto es que la victoria de Dios está en camino y viene por medio de nuestras oraciones. Dejadme recordaros el significado de la victoria de Dios.

El Significado de la Victoria de Dios

Mateo 24:29-31, (LBLA)

Pero inmediatamente después de la tribulación de esos días, EL SOL SE OSCURECERA, LA LUNA NO DARA SU LUZ, LAS ESTRELLAS CAERAN del cielo y las potencias de los cielos serán sacudidas. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE SOBRE LAS NUBES DEL CIELO con poder y gran gloria. Y El enviará a sus ángeles con UNA GRAN TROMPETA y REUNIRAN a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro.

Apocalipsis 1:7,(LBLA)

HE AQUI, VIENE CON LAS NUBES y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El; sí. Amén.

2 Tesalonicenses 1:6-10,(LBLA)

Porque después de todo, es justo delante de Dios retribuir con aflicción a los que os afligen, y daros alivio a vosotros que sois afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con sus poderosos ángeles en llama de fuego, dando retribución a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando El venga para ser glorificado en sus santos en aquel día y para ser admirado entre todos los que han creído; porque nuestro testimonio ha sido creído por vosotros.

1 Tesalonicenses 4:15-17,(LBLA)

Por lo cual os decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.

Isaías 9:7,(LBLA)

El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto

La Victoria de Dios es la venida de su Hijo, el Rey de reyes y Señor de señores, para castigar a todos los que han rechazado su gracia, y hacer desaparecer toda impiedad e incredulidad de la tierra en el infierno, para reunir a sus elegidos de todas las naciones, para establecer justicia y rectitud y paz y gozo en la tierra para siempre, y para ser adorado con afecto al rojo vivo y sin fin.

Esta es nuestra “esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús,” (Tito 2:13, LBLA). Va a suceder. Podría suceder durante nuestra vida. Pero es mucha mayor que cualquiera de nuestras vidas. Dios se preocupa acerca de los pequeños detalles de tu vida -incluso de una llave perdida o el dolor de oído de un niño pequeño. Pero O ¡cuánto más grande es nuestro Dios y su victoria que tu pequeña vida y la mía!

Conectándonos a la Victoria de Dios por la Oración

Mi objetivo y mi oración a través de este mensaje es que en este año puedas sentirte capturado por una causa y una visión que es mil veces mayor que tu vida. Oro para que sientas que eres parte de la victoria de Dios que viene. Se que muchos de vosotros sentís: Mira, pastor John, no sabes por lo que estoy pasando. Simplemente quiero sobrevivir otro día. Simplemente quiero mantener mi matrimonio unido y criar un par de hijos decentes, y mantener mi nariz limpia.

Creedme, no me opongo a eso. Mi objetivo no es una carga para vosotros. Mi objetivo es que sintáis el poder liberador y energizante de ver vuestros problemas que todo lo consumen en conexión con la victoria global de Dios. Dios se preocupa de tu matrimonio, tus hijos, tu soltería, tu salud. Pero esas cosas solamente tienen su mayor significado en relación a la victoria de Dios. Prometo que no es opresivo el ver la pequeñez de tu vida en conexión con la enormidad de la victoria de Dios. Cada una de las guerras justas que alguna vez se hayan luchado por un gran ideal han dado significado a la soledad, y las amputaciones, y las madres viudas.

La conexión que quiero que veáis hoy entre vuestra vida y la victoria de Dios es la conexión de la oración. Tus oraciones son la forma de Dios de cumplir la victoria de Jesucristo sobre este mundo. Se que para muchos de vosotros esto va mucho más lejos de lo que normalmente predico. Creo que Dios quiere cambiar eso. Espero que orar por la victoria de Dios en este mundo se convierta en parte de vuestra vida. No me objetéis diciendo, “Soy demasiado pequeño. No soy sofisticado. No estoy educado. Solamente soy una persona ordinaria y simple.” Dios escogió a una simple virgen campesina para gestar a su Hijo. Y escoge a gente simple de fe para traer su victoria mediante la oración. O, no te excluyas a ti mismo de este gran llamado.

Dejadme mostraros lo que quiero decir con la conexión entre la oración y la victoria de Dios con algunos textos bíblicos y luego cerrar con una impactante ilustración de Isaías 37.

Voy a citar nueve textos. No intentéis buscarlos. En lugar de eso, escuchad con cuidado e intentad hacer la conexión en vuestras mentes entre la oración y la victoria de Dios. Pedid a Dios hablaros y sellar esta verdad en vuestro corazón y despertar una nueva pasión en vosotros por participar en la venida de la victoria de Dios.

En Mateo 6:9-10 Jesús nos enseñó a orar de esta manera: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.” La venida del reino de Dios y el que se haga su voluntad en la tierra de la forma en que los ángeles la hacen en el cielo es la victoria de Dios. Esa es la consumación de los tiempos. Es a lo que todo se mueve. Y Jesús dice, Orad por ello.¡Orad por ello! Pedid a Dios que santifique su nombre. Pedidle que traiga su reino. Pedidle que se haga su voluntad. Por tanto la oración es la manera de Dios de ganar su victoria a través tuyo.

En Mateo 24:14 Jesús dijo, “este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.” En otras palabras la buenas nuevas del Rey Jesús y su salvación se esparcirán por todas las naciones. Ese es el propósito invencible de Dios y el preludio a la victoria final. Pero eso sucede a través de testigos y misioneros y evangelistas. Así que ¿qué hace Jesús? Dice en Mateo 9:37 “Entonces dijo a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos; Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.” No hay duda de que su propósito divino de alcanzar a las naciones sucederá. Pero sucederá por medio de la oración. Por tanto la oración es la forma de Dios de ganar su victoria a través de ti.

Jesús contó una vez una parábola acerca de un juez injusto. El punto de la parábola era que “debían orar en todo tiempo, y no desfallecer” (Lucas 18:1,LBLA). Una viuda continuaba yendo al juez y diciendo, “Hazme justicia de mi adversario.” Finalmente él la hace a causa de su persistencia. Jesús plantea este punto “Escuchad lo que dijo el juez injusto. ¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? Os digo que pronto les hará justicia.” (Lucas 18:6-8, LBLA). El propósito seguro de Dios es dar justicia a sus elegidos. Y su decisión es hacerlo a través de su clamor a él por vindicación día y noche. Esto es oración por la victoria de Dios. Por tanto la oración es la forma de Dios de ganar su victoria a través tuyo.

Las batallas que han de lucharse en camino a la Victoria final -las batallas que preparan el mundo para la venida de Cristo- se adelantan por la oración. En Hechos 4:31 Lucas nos cuenta de una reunión de los primeros Cristianos: “Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor.” Cuando hubieron orado hablaron con valor. Así es como avanza el reino: La oración hace descender testigos para Cristo valientes y llenos del Espíritu. Por tanto la oración es la manera de Dios de ganar su victoria.

El apóstol Pablo fue probablemente el más grande testigo misionero a la victoria de Dios que vivió jamás. Dios lo utilizó para avances tremendos por la difusión del evangelio. Escuchad su repetido ruego por la oración como medio para su ministerio difusor del evangelio:

  • 2 Tesalonicenses 3:1, “Finalmente, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor se extienda rápidamente y sea glorificada, así como sucedió también con vosotros;.” La palabra corre y triunfa por medio de la oración.
  • Efesios 6:19, “y orad por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio,” La valentía de Pablo en el evangelio venía de Dios por las oraciones de creyentes Cristianos simples.
  • Romanos 15:30, “Os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que os esforcéis juntamente conmigo en vuestras oraciones a Dios por mí,” La lucha de Pablo por ser fiel en todos sus sufrimientos se sustentaba por una lucha en oración de los hermanos en Roma.
  • Colosenses 4:3, “orando al mismo tiempo también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también he sido encarcelado,” Las puertas abiertas para la expansión del evangelio vienen en respuesta a la oración. Por tanto, en la vida de Pablo está claro que la oración es el camino de Dios para la victoria del evangelio.

Finalmente, hay una imagen en Apocalipsis 8:4-5 acerca de cómo la victoria de Dios al final de los tiempos es finalmente ejecutada en el mundo. Aquí está la imagen: “Otro ángel vino y se paró ante el altar con un incensario de oro, y se le dio mucho incienso para que lo añadiera a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió ante Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. 5 Y el ángel tomó el incensario, lo llenó con el fuego del altar [¡donde las oraciones estaban ardiendo delante de Dios!] y lo arrojó a la tierra, y hubo truenos, ruidos, relámpagos y un terremoto.” El altar estaba ardiendo con millones y millones de oraciones: “¡Venga tu reino!¡Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo!” -¡amontonándose durante siglos! Y el ángel llenó el incensario con la llama de esas oraciones ardientes y lo tiró sobre la tierra y la victoria final de Dios vino. Las oraciones de todos los tiempos traen la victoria de Dios. Ni un solo clamor por la venida de Cristo y la victoria de Dios se malgasta.

El Impactante Efecto de la Oración Ilustrado

Ahora, para fijar esta verdad vivamente en vuestras mentes -el que la victoria de Dios viene y que viene por medio de nuestras oraciones- mirad conmigo en Isaías 37 y una impactante ilustración de la oración y la victoria de Dios.

Senaquerib era el atemorizante rey de la gran nación de Asiria. Vino contra las ciudades fortificadas de Judá donde Ezequías era rey (Isaías 36:1). Desde un punto de vista humano, Jerusalén estaba desamparada ante tal fuerza. Él envió a su general, el Rabsaces, para advertir a Jerusalén que se rindiese. El Rabsaces se burla del Dios de Israel y dice que nadie puede librarlos. Ezequías rasga sus vestiduras y va la casa de Dios (Isaías 37:1). Isaías envía a decir a Ezequías que Senaquerib será desviado por un rumor. Y así pasa. Pero el alivio es solamente temporarl. Senaquerib envía una carta a Ezequías con una nueva amenaza. Isaías 37:10 (LBLA): “No te engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: 'Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria.”

Esta vez el texto dice en Isaías 37:14, “Entonces Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó, y subió a la casa del SEÑOR y la extendió delante del SEÑOR. 15 Y Ezequías oró al SEÑOR, diciendo: 16 ‘Oh SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, que estás sobre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los cielos y la tierra. 17 Inclina, oh SEÑOR, tu oído y escucha; 20 Y ahora, SEÑOR, Dios nuestro, líbranos de su mano para que todos los reinos de la tierra sepan que solo tú, oh SEÑOR, eres Dios.’” Esta es una oración por la victoria de Dios y la salvación de su pueblo desamparado frente a un gran enemigo.

La frase clave viene en el versículo 21: “Entonces Isaías, hijo de Amoz, envió a decir a Ezequías: ‘Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: Por cuanto me has rogado acerca de Senaquerib, rey de Asiria, 22 esta es la palabra que el SEÑOR ha hablado contra él:... 33 Por tanto, así dice el SEÑOR acerca del rey de Asiria: "El no entrará en esta ciudad ni lanzará allí flecha alguna; tampoco vendrá delante de ella con escudo ni levantará terraplén contra ella. 34 "Por el camino que vino, por él se volverá, y no entrará en esta ciudad" -declara el SEÑOR. 35 "Porque defenderé esta ciudad para salvarla por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David.’"

Entonces Dios hace lo que dijo. Versículo 36: “salió el ángel del SEÑOR e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; cuando los demás se levantaron por la mañana, he aquí, todos eran cadáveres.” Este puede ser el hecho impactante que actúe como ancla en tu memoria para este sermón. Ezequías oró por el rescate de Jerusalén y la victoria de Dios. Y el versículo 21 dice “por cuanto has rogado” Dios envió su ángel para matar a 185.000 soldados Asirios en un golpe de soberanía..

Un hombre ora por la salvación del pueblo de Dios y la victoria de Dios, y Dios responde matando 185.000 soldados y rescatando a su pueblo.

Hoy día los enemigos de la iglesia de Jesucristo no son políticos o nacionales o étnicos. Pablo dijo “Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (Efesios 6:12, LBLA). Hasta que nuestro Rey venga del cielo, no deseamos la destrucción de ningún hombre. Como Cristianos no matamos a nuestros enemigos, oramos por nuestros enemigos, tal y como Jesús nos enseñó a hacer (Mateo 5:44).

La gran batalla hoy se lucha no con espadas, sino con el evangelio de Jesucristo crucificado y resucitado. Se lucha por las almas de los hombres. Se lucha en el poder del Espíritu Santo. Se lucha con palabras de verdad y hechos de amor y justicia. Y todo eso se respalda con oración. La victoria vendrá y vendrá por la oración.

Por tanto, en este nuevo año, orad por la victoria de Dios. Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Envía obreros, O Dios. Abre una puerta para el evangelio. Dale valor a tu pueblo. Salva a las gentes, O Señor. Vindica a tus elegidos que claman a ti día y noche. Ven, Señor Jesús. Amen.


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