La Respuesta de Dios a la Hipocresía: Benignidad y Justicia

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English: God's Response to Hypocrisy: Kindness and Judgment

© Desiring God

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Por John Piper sobre Naturaleza del Pecado
Una parte de la serie Romans: The Greatest Letter Ever Written

Traducción por Desiring God


Romanos 2:1-5
Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Más sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios

Este mensaje es mi sermón XXIII sobre la carta de San Pablo a los Romanos, y con él comenzamos el capítulo dos. Algunos de ustedes pudieran preguntarse, “¿Por qué una atención así, tan larga y detallada, a un libro de la Biblia? ¿Por qué a este? ¿Y por qué no a otro? ¿Cómo puede saber uno si ese libro es verdadero, y si lo es, por que tanto tiempo con un libro?” Permítanme darle siete razones. Son bien cortas, pero tienen más sentido que sus explicaciones completas. Existen más, pero no tenemos tiempo para más.

Contenido

¿Por qué Tanta Atención a Este Libro de la Biblia?

1. Romanos es el mejor resumen del evangelio cristiano en toda la Biblia. Martín Lutero lo llamó “la parte realmente más importante del Nuevo Testamento, y…ciertamente el evangelio más puro”. Juan Calvino dijo, “Si hemos adquirido una verdadera comprensión de esta Epístola, tenemos una puerta abierta hacia los más profundos tesoros de las Escrituras”. En otras palabras, si usted entiende Romanos usted entiende el cristianismo.
2. El autor, el apóstol Pablo, vio a Cristo después que este resucitó de los muertos y Cristo le encargó que fuera su portavoz autorizado (1ra a los Corintios 15:8-10). La palabra “apóstol” significa alguien, que ha sido enviado por otro como su representante autorizado. En otras palabras, si esto es cierto, Romanos no es solo la palabra de un hombre, sino la Palabra de Cristo que reveló a Pablo, y a través suyo a nosotros. ¿Pero, es cierto?

3. Pablo sabe que esto será puesto en duda, y entonces señala a las personas cuán radicalmente se opuso al cristianismo como fariseo antes que Cristo se le apareciera en el camino a Damasco. La persecución a los cristianos llevada a cabo por Pablo fue ampliamente conocida. Después argumenta que la mejor explicación a su conversión de perseguidor a defensor de esta misma fe es que Cristo se la apareció (Gálatas 1:12-16) y le hizo su apóstol. Dice estas cosas a personas hostiles que necesitan verificar esto.

4. El llamado y la posición de Pablo como apóstol, está reafirmado por otros testigos visuales de la resurrección, de modo que él no es un mero renegado haciendo afirmaciones infundadas acerca de sus experiencias privadas. Él se presentó a sí mismo y a su mensaje a los otros apóstoles. Especialmente a Pedro, Jacobo, y Juan; quienes le dieron la diestra en señal de compañerismo, cuando vieron las evidencias del apostolado de Cristo en su vida (Galatas 2:7-9).

5. Además de todo esto, Pablo pasa el resto de su vida sufriendo una extraordinaria persecución y miseria por la verdad que una vez, trató de aniquilar (2 Corintios 11:23-28). En otras palabras, no había sido motivado a cambiar de opinión porque hubiera ventajas en su vida. En una ocasión dijo, “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.” (1ra a los Corintios 15:19). Él veía sus sufrimientos y las cicatrices en su espalda como las “marcas del Señor Jesús” (Gálatas 6:17), y alegaba su autenticidad mediante los sufrimientos de amor que estaba dispuesto a soportar.

6. Esta carta de Pablo, junto con las otras cartas que escribió (otras 12 en el Nuevo Testamento) durante 2000 años han probado, para millones de personas, tener más sentido de la realidad (y tienen mucho más sentido de la realidad) que cualquier otra forma de ver a Dios a nivel mundial. En otras palabras, existe una clase de poder auto evidente, que tienen estas Escrituras inspiradas, por la cantidad de luz que derraman sobre los más grandes temas de la vida: Dios, la personalidad humana, de donde vinimos, por qué estamos aquí, qué depara el futuro, qué son el mal y el pecado, qué ha hecho Dios con nuestro pecado en la muerte de Cristo, qué es la felicidad verdadera, y cómo debe ser ordenada la vida en la tierra, para que la sociedad florezca en lugar de colapsarse y sumirse en el caos. Durante 2000 años las personas han abrazado este libro verdadero, porque el mismo respondía las más grandes, importantes, y difíciles cuestiones de manera que ayudaba a que toda la realidad tuviese sentido.

7. Finalmente, el impacto de esta carta, en la iglesia y en el mundo, sencillamente no ha tenido paralelos. Fue una cita de esta carta la que Dios utilizó en el 386 para convertir a San Agustín, quien se volvió el profesor más influyente de la historia de la iglesia. Fue Romanos 1:17 quien convirtió a Martín Lutero y desató en el siglo XVI, lo que hoy conocemos como la Reforma Protestante. Fue la exposición de esta carta en 1738 fue lo que despertó a Juan Wesley y desató lo que llegó a conocerse como El Gran Despertar en Inglaterra y en América, con todas sus asombrosas transformaciones para el bien de los dos países, y, para tomar un ejemplo del siglo 20, un estudiante griego ortodoxo no converso, Dumitru Cornilescu, comenzó a traducir el Nuevo Testamento, enBucarest en 1916. En Romanos fue vencido por la realidad de las grandes verdades del evangelio de Cristo y se convirtió. Publicó su traducción en 1921 y la misma se volvió la traducción estándar de Romanos, pero fue exiliado por el Patriarca Ortodoxo en 1923, y murió unos años más tarde en Suiza.

Aquí en Bethlehem, estamos entre los millones de Cristianos que han sido ganados mediante la verdad y el penetrante poder de la Biblia, y particularmente mediante la carta a los Romanos, quizás el libro más grandioso de la Biblia. Entonces pongamos el texto de hoy en el contexto de la carta completa, y veamos después lo que la misma tiene que decirnos acerca de Dios y de nosotros en esta mañana.

La Esencia de las Buenas Nuevas

Pablo da la esencia y el mismísimo centro de las buenas nuevas del cristianismo en Romanos 1:16-17. Nuestras vidas dependen de esto. Es la mejor noticia en el mundo para los que como nosotros, conocen que son pecadores, y quieren estar a bien con Dios, ser compañeros de Dios y tener vida eterna. Dice, “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.
En otras palabras, Dios tiene un gran deseo de salvar a las personas del pecado, de la muerte, y del juicio. Y así actúa en la historia para proveer un evangelio -buenas nuevas- en el que, si alguien cree, será salvo. Pablo explica más adelante, en el capítulo 3:24-26, lo que Dios ha hecho en la historia, es decir: envió a su propio Hijo, Jesucristo, al mundo a vivir una vida perfecta y justa y a morir en lugar de los pecadores, para que a todo el que crea en él le sean perdonados sus pecados, puedan tener el regalo de la justicia de Dios, y puedan ser liberados del temor a la muerte, y el juicio. De modo que cuando Pablo resume su evangelio en Romanos 1:16-17 y dice que el evangelio es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; es así como lo explica (en el versículo 17): “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe”, lo que quiere decir que en el evangelio -en la vida, muerte y resurrección de Jesús- hay una justicia que Dios mismo ha cumplido para nosotros, para que podamos tener un regalo si confiamos en Cristo. La justicia que demanda de nosotros, nos la da gratuitamente, no sobre las bases de nuestras obras, sino basándose en nuestra fe. Es por esto que el cristianismo es una buena noticia. Es Dios proporcionando para nosotros, en Cristo, lo que nosotros nunca podremos proporcionarnos, es decir, una justicia lo suficientemente buena como para tener el favor de Dios. Dios nos la da gratuitamente si dejamos de depender de nosotros mismos y comenzamos a confiar en Él.

Todos Necesitamos Este Evangelio

Luego, todo Romanos desde 1:18 hasta 3:20 es un esfuerzo de Pablo por demostrarnos que todos necesitamos este evangelio gratuito. Llega a su conclusión en 3:9, “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros [judíos] mejores que ellos [gentiles]? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado”. En otras palabras, el objetivo de Pablo desde 1:18 al 3:9 es mostrar que los judíos, que tenían el privilegio de la atención de Dios en la historia de la redención; y el resto del mundo que estaba apartado de los tratos especiales de Dios con Israel en el Antiguo Testamento, están bajo el poder del pecado y son culpables a los ojos de Dios.

¿Por qué una sección tan larga para persuadirnos de que somos pecadores? ¿Realmente dudamos que seamos pecadores? Bueno, sí, lo dudamos. Detenemos la verdad porque es muy incómoda. Podemos hacer algunas concesiones para admitir que, en general, no somos perfectos, porque nadie es perfecto. Pero no muchos desean admitir en lo profundo de su interior, que son imperfectos, orgullosos, egoístas y rebeldes, y por tanto están separados de Dios y necesitan lo que la Biblia llama salvación.

Prediqué en el parque este verano, y cuando llegué al asunto de cuan pecadores somos, una de nuestras mujeres me contó que una persona que estaba cerca de ella dijo, ‘¿Usted realmente no cree eso, o sí?’. Era viernes, yo estaba en Orlando para dar un mensaje, y escuché al que predicaba antes de mí decir: ‘es una gran ironía que el siglo XX sea el siglo más sangriento de la historia, no sólo a causa de los holocaustos, sino a causa de los millones asesinados bajo el dominio de Stalin en Ucrania, y los millones asesinados en China bajo el dominio de Mao, y quizás el 20% de la población de Cambodia ejecutada por Pol Pot, y 800,000 Tutsis asesinados en Ruanda, 30 millones muertos por aborto en Norteamérica. Es una gran ironía que al final del siglo más sangriento en la historia, existan personas que nieguen la existencia del mal, y existan personasque aun piensan que los seres humanos son básicamente buenos, y que solo necesitan educación, no salvación. Si algo enseña nuestro siglo, es que la falta de educación no tiene que ver con la depravación’.

Sin embargo, muy pocos tenemos deseos de aplicar todo eso a nosotros, y sentir la desesperada necesidad que tenemos de que Dios haga algo extraordinario para salvarnos de nuestra corrupción y nuestro pecado. Pero la Biblia es asombrosa y dolorosamente realista, y no nos sacará del apuro. En Romanos 1:18-32 Pablo expone sus argumentos de que todos los gentiles paganos son pecadores y necesitan la salvación que Dios ha proporcionado en Cristo. Ahora bien, en el texto de hoy comienza con su tratamiento de los moralistas y de aquellos que tenían una estricta ley moral, especialmente los judíos. Aquí puede ser donde muchos de nosotros encajemos. Así que necesitamos leer el texto cuidadosamente.

Pero para entenderlo tenemos que tener en mente los versículos anteriores. En Romanos 1:29-32, Pablo dio una lista de las clases de cosas que tienden a florecer donde Dios es rechazado. Dice que las personas tienden a “estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia”. Y luego hace una poderosa afirmación al final del capítulo uno (versículo 32) que “quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican”.

Hipócritas que le Dan a la Cristianismo una Mala Fama

Casi se pueden ver a los religiosos, por ahí en la esquina, cuando leemos esto, sintiéndose muy engreídos y santurrones, pensando: ‘No odiamos a Dios; no estamos atestados de asesinatos, contiendas, engaños y malignidades”. Es esta la clase de persona que a veces le da al cristianismo una mala fama. Muchos van a las iglesias cristianas y no son verdaderos cristianos. Seré muy honesto esta mañana. Mi oración, a medida que predico es que, si alguna vez usted ha culpado al cristianismo por esa clase de hipocresía, pueda ver en estos versículos cual es la respuesta de Dios a la hipocresía, y que se decida por Dios y Cristo y su Camino de salvación, no principalmente basándose en algunos religiosos, sino basándose en como Dios es.

Dos Respuestas a la Hipocresía

Aquí está lo que Pablo dice acerca de estas personas señaladas que están engreídas en su propio sentido de la justicia (Romanos 2:1-5). De todas las cosas en que pudiéramos enfocarnos, quiero que veamos dos cosas principales: Dos respuestas de Dios a la hipocresía. Quisiera que las subrayaran en la medida que avanzamos.

“Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. [Subrayen “inexcusable” y “te condenas a ti mismo”] 2Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. [Subrayen “juicio de Dios”] 3¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? [Subrayen “juicio de Dios”). 4¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? [Subrayen “riquezas de su benignidad” y “paciencia” y “longanimidad”y “la benignidad de Dios te guía al arrepentimiento”] 5Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios [Subrayen “día de la ira” y “justo juicio de Dios.”].

Ahora bien, todas esas frases que hemos marcado nos dicen dos cosas acerca de Dios. Nos dicen que Dios es bondadoso, y que es justo. Miremos solo por un minuto a cada uno de estos dos atributos de Dios.

Dios es Justo

Dios es justo. Cuando Pablo les dice a los hipócritas en el primer versículo, “eres inexcusable”, muestra la preocupación de Dios por la justicia. Si estas personas tuvieran una excusa legítima, para sus pecados de juzgar con ligereza e hipocresía, Dios estaría siendo injusto al juzgarlas. Pero el objetivo de todo este pasaje es hacer lo que vimos hacer a Pablo en Romanos 1:20 y 32 con respecto a los gentiles. Quiere demostrar que son inexcusables. En otras palabras, cuando el juicio de Dios viene a causa del pecado, éste no será injusto. Nadie será capaz de levantar una legítima objeción.

Así que lo primero que debemos aprender acerca de Dios y su respuesta a la hipocresía, es que Dios es justo, y que su justo juicio caerá no solo sobre los tan llamados paganos que viven en el pecado, sino también sobre las personas morales y religiosas que desprecian a los paganos, mientras hacen muchas cosas que muestran que ellos no confían en Dios ni lo aman. Aquella lista en 1:29-31 incluye cosas como ‘codicia’, ‘envidia’, ‘murmuraciones’, ‘falta de afecto natural’, ‘falta de misericordia’. ¿Ha sido alguno de nosotros tan misericordioso y amoroso hacia los demás como debiera haber sido?

Dios es Bondadoso

Lo segundo que este texto nos dice acerca de Dios y su respuesta a los hipócritas, es que Dios es bondadoso. De hecho, notarán en el versículo 4 que Pablo habla de “las riquezas de su benignidad”. Eso quiere decir que él no es solo un poco bondadoso, sino que tiene un inmenso recurso de bondad para derramar sobre nosotros. De hecho lo está derramando sobre todos nosotros ahora mismo.

¿No es esa la implicación de las otras dos palabras que Pablo utiliza para describir la benignidad de Dios? Usa las palabras “longanimidad” y “paciencia”. En otras palabras, la justicia de Dios no demanda que nos castigue por nuestros pecados inmediatamente. Sino que su benignidad lo lleva a tolerar y a ser paciente con nosotros. Esa palabra “paciencia”en el griego original (el idioma en que Pablo escribió) es justo como la palabra en español para “sufrir”. Esto significa que Dios puede soportar meses, años y décadas de nuestra dureza de corazón y nuestra resistencia al arrepentimiento.

El mismo hecho de que alguno de nosotros esté vivo hoy, se debe a esta gran benignidad de Dios. Pudo haber acabado con nosotros hace muchos años y habernos sometido a juicio. Pero aquí estamos. Y esto debería asombrarnos. El jueves es el día de acción de gracias. Y ésta es una Celebración de Acción de Gracias. Y, ¡Oh! Cuán agradecidos deberíamos estar por las riquezas de la benignidad de Dios, por su tolerancia y paciencia. ¡Estamos vivos! Estamos presentes bajo la proclamación de su evangelio. Y tenemos esta palabra clara de Romanos 2:4, “su benignidad te guía al arrepentimiento.”

Esa es mí oración en esta mañana. Que cada uno de los aquí presentes esté seguro de que se ha arrepentido y que está confiando ahora en Jesucristo para ser perdonado, y recibir el regalo de la justicia de Dios. No importa si es un profano irreligioso o un moralista que critica a otros. La vida eterna de cada uno de los que aquí se encuentran, depende de la benignidad de Dios, no de nuestra bondad. Y no se trata de si usted ha sido bautizado, o si pertenece a una iglesia, o si ha caminado un pasillo, o si ha hecho una oración, o si ha firmado una tarjeta. Ninguna de esas cosas salva.

Dios le guía al arrepentimiento, lo que quiere decir que usted experimentará un profundo cambio de mente y corazón, de un modo tal, que aborrecerá el pecado y la hipocresía, y se volverá hacia Jesús con humildad y con fe diciendo “Tú eres mi única esperanza”. Y confiará en Él para alcanzar todas las promesas de perdón, de ayuda, de vida, que compró para nosotros cuando murió. Ellas pertenecen gratuitamente a cualquiera que crea en Él.


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