La inutilidad del control y la razón del descanso

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English: The Futility of Control and Your Reason to Rest

© The Gospel Coalition

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Por Paul Tripp sobre Ministerio Pastoral

Traducción por Analuz Pozzo Abalos


Como pastor, aprendí por las malas que mi ministerio fue impulsado o por un descanso en la soberanía de Dios motivado por esperanza o por una creencia inducida por el miedo en que el éxito sería el resultado de mi control sobre todo. En los momentos en que despierto por la madrugada, en aquellos tranquilos momentos en el auto o cuando me estoy por dormir, pienso en una larga lista de “que pasaría si” y “si tan solo”. Este hábito nunca genera mayor coraje o descanso. Sólo me incita a pensar si tengo lo necesario y me ayuda a tratar de controlar cosas que no puedo controlar. Pero una y otra vez con su gracia mi Padre Celestial vino a mí con su Palabra y los ministerios de otros y me recordó del único lugar de descanso que podía ser encontrado.

Hice lo mismo una y otra vez cuando nuestros hijos se resistían a obedecer nuestras órdenes y correcciones. Lo hice una y otra vez cuando debatían nuestras órdenes o cuestionaban nuestros planes. Lo hice una y otra vez cuando se oponían a nuestra autoridad y buscaban su autonomía. Lo hice una y otra vez por dos buenas razones.

Para empezar, ¡mi esposa y yo trajimos a nuestros hijos a este mundo y ellos pensaban que no nos necesitaban! Cada uno de ellos creyó en algún momento que era mucho más culto y capaz de lo que realmente era. Todos asumieron que sus intenciones eran nobles y sus planes eran sensatos. Todos pensaron que eran capaces de determinar qué era lo mejor, incluso cuando no tenían información importante o experiencia. Simplemente sintieron que eran dueños de un mejor camino.

Pero había una segunda razón de por qué lo hice una y otra vez. Nuestros hijos eran muy jóvenes para comprender los propósitos abstractos, estratégicos y, a menudo teológicos que existen por debajo de mis instrucciones. Incluso si les explicaba todo de la manera más adecuada en que era posible según su edad, todavía no lo hubiesen comprendido realmente. Todavía no tenían las categorías o la capacidad para entender la lógica paterna que subyace tras el plan o la orden.

Así que hice lo mismo una y otra vez. Me arrodillaba frente a ellos a la altura de sus ojos y les decía: “Por favor miren la cara de papá. ¿Saben cuánto los quiero? ¿Saben que su papá no es un hombre cruel y malo? ¿Saben que nunca les pediría que hagan algo que les haga daño o los angustie?” Siento mucho que no puedan entender por qué papá les está pidiendo esto. Ojalá se los pudiera explicar, pero son muy jóvenes para entender. Así que voy a pedirles que hagan algo – confíen en papá. Cuando caminen por el pasillo para hacer lo que les pida, díganse a sí mismos, “Mi papá me ama. Mi papá nunca me pediría que haga algo malo. Voy a confiar en mi papá y voy a dejar de tratar de ser el papá de mi papá”

Pastor, Dios hace lo mismo contigo, una y otra vez. Te encuentra en uno de los momentos difíciles de tu vida, se arrodilla ante ti en amor condescendiente y, te pide que confíes en su órden amable y sabia, aunque no tengas idea qué está haciendo. Él sabe que habrá momentos en que desearás escribir tu propia historia. Sabe que a veces te sentirás agobiado por lo que haya en tu plato. Sabe que su plan te confundirá y frustrará. Y sabe que el descanso verdadero no se puede encontrar en la comprensión. El descanso verdadero se encuentra en la confianza. Así es como está dispuesto a tener esta conversación contigo una y otra vez, y se ha asegurado que su Palabra te garantice su orden una y otra vez. (Algunos ejemplos se encuentran en 1 Crónicas 29:11-12, Salmo 103:19, Salmo 115:3, Proverbios 21:1, Isaías 46:9-10, Daniel 4:35, and Efesios 1:11)

¿Tu ministerio es un lugar de descanso? ¿Te sientes impulsado por la seguridad del cuidado soberano de tu padre? En el amor condescendiente, hoy tu padre se arrodilla ante ti una vez más, cara a cara, y te invita a encontrar el descanso sólo dónde se puede encontrar – confiando en él. Puedes descansar sabiendo que tu padre es sabio, poderoso, amable, sagrado y leal y sus órdenes son más grandes que todas las responsabilidades, oportunidades y obstáculos que puedas enfrentar en la vida.


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