Las misericordias de Dios y la mente cristiana transformada, Sesión 3

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English: The Mercies of God and the Transformed Christian Mind, Session 3

© Desiring God

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Por John Piper sobre Vida de la Mente
Una parte de la serie A Lecture Series from Romans 12-13

Traducción por Juan Marcos García Aranzábal


Incluido en el grupo de la serie de conferencias sobre Romanos 12-13
The Cove, Asheville, NC

Romanos 12:2-8

2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. 3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. 4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. 6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

(Estas notas se han recogido durante la sesión)

Aquí aparece "no conformarse a este mundo" y "hacerse todo a todos" —los principios indígena y peregrino— y conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas. Fijémonos en esta frase: "comprobando la voluntad de Dios"

Contenido

"La voluntad de Dios"

La Biblia usa el término "la voluntad de Dios" en muchos sentidos, pero hay dos que son los más importantes: 1) la voluntad soberana de Dios (todo lo que ocurre, Ef. 1:11) y 2) la voluntad moral de Dios (la voluntad directiva).

1) Textos acerca de la voluntad soberana: Mateo 26:29; Hechos 4:37 (la voluntad soberana de Dios comprende todo lo que sucede, incluido el mal). Si usted rechaza el control soberano de Dios sobre el mal, entonces debe rechazar la obra de la cruz. La muerte de Jesús en la cruz fue el acontecimiento más terrible de la historia. No hay nada peor que asesinar al Hijo de Dios pero desde la eternidad la voluntad de Dios ha sido la de castigarlo. Aceptar la voluntad de Dios sobre todo lo que ocurre no es un asunto marginal. La cruz está en juego. El evangelio está en cuestión. Si usted cree que Dios le ama y ha enviado a su hijo a morir por usted, entonces tiene que creer que Dios ha ordenado la maldad del asesinato de su hijo (1ª Pedro 3:7). A veces es la voluntad de Dios que suframos haciendo el bien. Ef. 1:11; Prov. 16:33; Prov. 20:1. Dios desea que todas las cosas sucedan, incluso el mal. (Usted debe ser capaz de decir: Dios no peca cuando permite que haya pecado. Dios decretó la muerte de su hijo, pero él no es un pecador. No es un ser malvado al ordenar que suceda el mal).

2) Textos sobre la voluntad moral (voluntad directiva): Lo que Dios nos manda hacer, muchas veces no es lo mismo que lo que él desea que hagamos. Por ejemplo, en Mat. 5:47 dice: "Sed perfectos como vuestro Padre en los cielos es perfecto." Su voluntad directiva y su voluntad permisiva no son lo mismo. Mat. 7:21; 1ª Tes. 4:3; 1ª Tes. 5:18; 1ª Juan 2:17.

¿A cuál de las dos voluntades se refiere el versículo de Romanos 12? La voluntad directiva. (Normalmente Dios no quiere que conozcamos su voluntad soberana). Dios tiene una voluntad que es buena, agradable, perfecta y que glorifica a Dios, por eso necesitamos discernir cuál es esta voluntad y orientar nuestras vidas de acuerdo a ella.

Las tres etapas de la voluntad directiva

Primera etapa: La voluntad de Dios se revela en la Biblia. Aquí la voluntad de Dios se revela con autoridad.

Segunda etapa: La aplicación de la voluntad de Dios para ciertas situaciones. La Biblia no dice con quién nos debemos casar, qué coche comprar o dónde ir de vacaciones. Cientos de decisiones de la vida diaria no están contempladas específicamente en la Biblia y necesitamos información bíblica sobre ellas.

Tercera etapa: La más extensa, el 95% de nuestro comportamiento no premeditado. Nuestra postura. Nuestras palabras. El tono de voz que utilizamos. Hay una cantidad ingente de actos que hacemos a diario en los que ni siquiera pensamos. Hay demasiadas decisiones que tomar. Esta tercera etapa es a la que se refiere el versículo 2. Transformaos por medio de la renovación de vuestra mente para que podáis vivir piadosamente durante el 95% de vuestra vida que no es premeditada. ¿Por qué creo que esto entra dentro del ámbito de la "voluntad de Dios"? Porque la Biblia dice cosas como "no seáis orgullosos", "no codiciéis", "no envidiéis" y todo esto no son decisiones que hacemos; son cosas que nos ocurren. El comportamiento espontáneo puede ser incorrecto, no la voluntad de Dios. ¿Decidimos pecar de orgullo o codiciar? No. Estos pecados surgen del corazón. [Aquí termino con los versículos uno y dos].

Romanos 12:3-8

El versículo tres es el más interesante—probablemente uno de los más importantes en este capítulo. Pablo no se está olvidando del asunto de la renovación de la mente. De hecho, el versículo tres es un ejemplo y una explicación sobre cómo piensa una mente renovada.

Versículos 3-8: 3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. 4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. 6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

De todo lo que Pablo podría haber dicho después de los versículos uno y dos, se fija en la forma en la que pensamos sobre nosotros mismos. ¿No es sorprendente que lo que trata en primer lugar sea lo que la mente renovada piensa sobre ella misma? Esto es tan increíblemente actual—justo lo que está matando a los estadounidenses: yo, yo, yo. La estructura del versículo tres es la misma que la del versículo dos; negación-afirmación ("no...pero…"). Piense sobre sí mismo de forma diferente a como lo hace el mundo. ¿Pero qué significa eso?

La alternativa que Pablo da a una visión secular de la propia identidad: pensar de sí con cordura—específicamente conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Esto es alucinante. Fíjese en lo que está diciendo: Si quiere saber dónde se encuentra, tenga en cuenta su fe y mídase usándola como criterio. Piense sobre usted mismo de acuerdo con, o según el patrón de la medida de fe que Dios le ha dado. La fe nos hace mirar más allá de nosotros mismos. Por eso, mídase poniendo los ojos en los demás, no en usted. Cristo lo es todo, dice Pablo en Col. 3:11, así que no se mire más a sí mismo, sino a Cristo. Esto sí que es revolucionario. Haga que la medida de sí mismo sea según la medida en la que mira, experimenta y valora a Cristo. Si quiere que su vida tenga sentido, acérquese a Cristo como aquel que realmente puede darle sentido. Si quiere tener valor, considere a Cristo como al único que tiene valor infinito. Nuestra valía viene de atesorar el auténtico valor de Cristo. El versículo tres nos habla de que la principal característica de la mente renovada es la contemplación de toda la realidad en una forma radicalmente centrada en Cristo. ¿Qué valor tiene nuestra identidad? La respuesta es que el valor de Cristo es incalculable. Pablo está cambiando simplemente las categorías para que no tengamos que preocuparnos por nuestra autoestima. La belleza de la propia identidad es la posibilidad de perderla en Cristo.

Dos razones por las que Pablo dice esto en el versículo tres

1) Porque la fe es un regalo de Dios y por tanto no da lugar a la vanagloria. La fe por naturaleza no se fija en la propia identidad, y además es un regalo. Nuestro orgullo recibe una corrección doble. Cualquiera que sea la medida de fe que tenga, no la ha conseguido usted. Es un regalo.

2) Esto nos hace depender de Dios con mayor humildad, porque es él quien nos da las diferentes medidas de fe. Cristo recibe así más gloria que en el caso de que la fe fuera uniforme. Dios se preocupa realmente de que haya diversidad.

Romanos 12:4

Lo único que quiero decir aquí es esto: Al decir que somos individualmente miembros los unos de los otros, una de las asombrosas implicaciones de esto es que la mejor forma de saber cuál es su don es ser parte del cuerpo. No ponernos a hablar enseguida, sino integrarnos en el cuerpo por medio de la fe. Encontrar nuestro lugar haciendo lo que mejor nos va. Los dones espirituales son básicamente—no solamente, pero principalmente—habilidades naturales supernaturalmente utilizadas por el Espíritu Santo para llevar a cabo su obra por medio de la gracia. Un don espiritual transmite gracia. En 1ª de Pedro 4:10 dice "como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios". Los dones administran la gracia. Tiene que empezar a hacer aquello en lo que se siente a gusto y después la gracia empieza a fluir. Comienza a ayudar a las personas. Y las otras personas le empiezan a felicitar por lo que hace. Sea usted mismo; los otros lo verán y le ayudarán a seguir adelante. Así es como descubrimos quiénes somos. No trate de imponerse a los demás. No tiene que presentarse diciendo: "He venido para…"

Me parece que éste es un buen sitio para detenernos. Esto es lo que vamos a hacer, Dios mediante; acabar el capítulo 12, y después hacer el capítulo 13 mañana por la mañana.



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