Magnificando el Evangelio y los Asuntos del Fin de la Vida
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Ensor
sobre Muerte & Morir
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Paola Montano
Mi madre ha llegado a lo que yo llamo “la época del ceño fruncido”. Estos son tiempos de diagnósticos desalentadores, muchos medicamentos y citas con el médico como empleo a tiempo completo. Al igual que las hojas que caen de un árbol de arce, vemos cómo su independencia se desliza un pequeño incidente a la vez. Se acerca el largo invierno de la dependencia y, más allá de eso, el pronunciado valle de la muerte.
No hay nada digno de elogio en que mis hermanos y yo nos reunamos este fin de semana pasado para considerar la mejor manera de cuidarla. Yo digo “nada digno de elogio” porque ese parece ser el punto de 1 Timoteo 5:8 (LBLA):
Pero si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.
Un cristiano que no cuida de sus padres trae reproche sobre el evangelio de Cristo. ¿Cómo? Porque él “niega la fe” a través de la indiferencia egoísta en lugar de la apostasía abierta. Esta palabra por sí sola no nos motiva a cuidar a mi madre, pero sí nos muestra que cuidarla a través de los años del ceño fruncido y glorificar el evangelio son lo mismo. Como familia cristiana, queremos ayudarla a terminar bien— como un testimonio duradero para nosotros y para nuestros hijos, y para cualquiera que pueda estar observando.
Mi madre no vino a Cristo sino hasta mediados de sus 40 años. Tres de nosotros estábamos en la universidad o trabajando en ese momento. Cada uno había venido a Cristo en los últimos 12 meses y nuestro testimonio la llevó a buscar el Evangelio por sí misma. Así que tenemos fuertes recuerdos de nuestros “años perdidos”, y hemos visto la gracia de Dios obrar poderosamente en cada uno de nosotros, pero especialmente en mi madre.
Ella tiene 78 ahora. En mis 53 años, casi nunca la vi enferma. A los 67 años, viuda, se retiró de la enseñanza y se fue a Rusia como misionera con CoMission. Tres años más tarde se redujo al "servicio a corto plazo" y pasó varios meses cada año en Nizhny Novgorod (la ciudad disidente de "Gorky").
En su fiesta de cumpleaños, para celebrar su 75 años, anunció que Dios la llamaba a su hogar desde Rusia. ¡Sintió el llamado de ir a Mongolia! Hace seis meses, mientras estaba en Mongolia, comenzó a tener problemas de ceguera. Era una enfermedad rara llamada Arteritis de Células Gigantes. Dosis extremas de esteroides le salvaron la vista, pero dejaron su huella de muchas otras formas debilitantes. Unas semanas más tarde le diagnosticaron cáncer de mama. Se sometió a cirugía y quimioterapia. Ella ha estado teniendo problemas para respirar desde entonces y ha decaído.
El efecto acumulativo en mi hermano, dos hermanas y en mi también nos ha desequilibrado un poco. Hemos orado y es muy posible que ella regrese con fuerza. Pero también nos hemos dado cuenta de que "Super Mamá" es como toda carne y debe seguir su ejemplo.
A pesar de que vivimos de costa a costa, pensamos que era mejor reunirnos con ella en persona. Mi hermano mayor oró con gran humildad pidiendo a Dios discernimiento y unidad de espíritu. Lloramos, pero fue un momento dulce.
Analizamos nueve preguntas. En cada caso, le pedimos a nuestra madre que dijera sus preferencias primero y luego cada uno de nosotros intervino. Aquí estan las preguntas en el orden en que las discutimos:
1. ¿Qué se puede hacer para prolongar su independencia?
Como ella vive sola y el más cercano de sus hijos está a una hora de distancia, hablamos sobre el servicio de limpieza, la entrega de comidas y comestibles y, para nuestra tranquilidad, una alarma personal para que use en su muñeca. Esta fue una difícil discusión. Mi madre no gasta su dinero en tales cosas. Pero los tenemos sobre la mesa.
2. ¿Qué medidas deberían considerarse cuando su independencia total no es posible?
Aquí le presentamos la idea de que se quedara con uno de nosotros durante los períodos de tratamiento y recuperación o durante los meses de invierno, cuando el aislamiento es un peligro real y la mobilidad es más difícil y peligrosa. También escuchamos sus puntos de vista acerca de mudarse a un pueblo comunitario en donde la vida independiente es posible, pero la ayuda está cercana. (No hubo interés alguno.)
3. ¿Cuál es nuestro “plan de cuidado familiar” cuando vivir de forma independiente ya no sea posible?
Ella expresó su deseo de vivir con la familia, y estuvimos de acuerdo. Discutimos sus opciones y cómo prepararse para ello.
'4. ¿Qué condiciones o indicadores activarán el plan de cuidado familiar?
Mi madre hizo una lista de algunas de las cosas que indicarán que es hora de mudarse con uno de nosotros (como quedarse totalmente ciega). Enumeramos entre 6 y 8 más. Esperemos que esto nos ayude a todos reconocer el momento.
5. ¿Cómo se cubrirán los gastos relacionados con su seguridad, atención médica continua y gastos de manutención?
Mi hermana mayor ha dedicado más tiempo comprendiendo los activos de nuestra madre, sus planes de seguro y asuntos de negocio. También le aconsejará sobre cuándo gastar su dinero en sí misma, ya que sabemos que no lo hará sin apoyo. También hablamos sobre los gastos compartidos cuando fuera necesario.
6. Si se requiere un asilo para su cuidado, ¿adonde irá?
Hablamos sobre buscar atención de calidad y comprender los costos y la necesidad de que esté cerca de la familia.
7. ¿Qué directivas médicas deberían existir en sus últimos días y qué principios deberían guiar nuestras decisiones sobre la atención médica?
Esta fue la conversación más difícil que tuvimos. Evitar el sufrimiento parece ser el gran determinante en nuestra cultura. Pero esto no es tan bíblico. Dios ha obrado el bien durante mucho tiempo a través del sufrimiento. Buscamos apreciar eso. Discernimos entre qué medidas promueven la vida versus qué medidas simplemente prolongan la muerte. Revisamos casos reales de otros familiares, lo que parecía apropiado y lo que parecía excesivo. También hablamos sobre la comida y agua como una medida no extrema. Y revisamos el poder médico asignado a mi hermana menor.
8. ¿Qué instrucciones funerarias y deseos de entierro desea que observemos? ¿Y qué arreglos previos se han hecho o deberían hacerse?
Escuchamos a mi madre derramar el deseo de su corazón de hacer de su funeral un testamento final de la gracia y la gloria de Cristo y la resurrección. Yo predicaré. Y por el bíblico respeto por el cuerpo humano, no será incinerada.
9. ¿Qué desea que sepamos acerca de la disposición de sus activos?
Mi madre parecía más preocupada por esta pregunta (de hecho, ella quería comenzar con esta pregunta). Ella es consciente de cómo las familias han sido desgarradas luchando por dinero y bienes. Pero tenemos dos cosas a nuestro favor. En primer lugar, no ha coleccionado muchas cosas y es una mujer modesta. Y segundo, nosotros, sus hijos, vamos a orar para que Dios nos impida volver a caer en este mundo. “Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:16).
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