No Hay Más Ofrenda Por El Pecado

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English: No More Offering for Sin

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Por Ligonier Ministries Staff sobre Los Pactos
Una parte de la serie Tabletalk

Traducción por Javier Matus


“Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.” (Heb. 10:18).

- Hebreos 10:15-18

El pasaje de hoy ofrece una paráfrasis de la profecía del nuevo pacto que se encuentra en Jeremías 31. Recordarán que este pasaje es citado ampliamente en Hebreos 8 con el fin de recordarle a los lectores que ya están viviendo en el período del nuevo pacto. Los capítulos 9 y 10:1-14 ofrecen una amplia discusión sobre el sacrificio eficaz de Cristo que trae la pureza prometida al pueblo de Dios en el nuevo pacto. Aunque esta pureza todavía no es una realidad experiencial, sin duda ya somos santos ante los ojos de Dios a causa de Cristo. Esta santidad posicional garantiza que experimentaremos la perfecta santidad de la vida, aunque no será hasta que vengan los cielos nuevos y la tierra nueva.

Repitiendo esta profecía en 10:15-18, el autor ofrece aún más apoyo a la superioridad del sacrificio del nuevo pacto y concluye su enseñanza sobre el mismo para que pueda enfocarse en la exhortación en el resto de su carta. Antes de examinar estos versículos en cualquier detalle, primero notemos que Cristo ya ha inaugurado el nuevo pacto. Por causa de Su muerte, Jesús es el Mediador del nuevo pacto (Heb. 9:15).

Hoy vemos que bajo el nuevo pacto, Dios ya no se acuerda de nuestros pecados (10:17). Esto no quiere decir que Dios se olvida de nuestra maldad. Más bien, significa que Dios ya no mantiene nuestros pecados en contra nuestra. Significa que Dios perdona nuestros pecados y eliminará su presencia de nosotros.

¿Por qué son importantes estos dos hechos? El público pensó que era posible regresar al antiguo pacto y aún así tener la salvación. Pero el autor de Hebreos está argumentando que esto es imposible. Esto se debe a que estamos en el nuevo pacto. Jesús ha venido y consumado la obra necesaria para lograr el perdón y la eliminación del pecado. Aunque la presencia del pecado continúa, cuando Dios nos mira, Él ve la justicia de Cristo. Aquellos de nosotros que estamos en Cristo tenemos la ventaja de que nuestros pecados ya no son recordados más. Posicionalmente, no somos culpables. Según el juicio de Dios, es como si ya fuésemos perfectos, aunque esta perfección todavía no se ha manifestado plenamente.

Como el perdón ya está aquí, no queda nada por hacer para ganarlo. Por lo tanto, no hay más necesidad de sacrificio (v. 18). Y si no hay más necesidad de sacrificio, el regresar a los sacrificios del templo sería nada menos que una negación del perfecto sacrificio de Cristo y por lo tanto una negación del único medio de salvación.

Coram Deo

Jeremías esperaba con interés el día en que Dios ya no se acordaría más de los pecados de Su pueblo. En este día no habría más necesidad de sacrificio porque la obra ya se habría hecho para lograr esta realidad. Alabe a Dios porque, si usted está en Cristo, Él ya no mantiene su pecado en contra suya, y viva en gratitud por su salvación.

Pasajes para Estudio Adicional

Sal. 32:1-2
Dan. 9:27a
Rom. 5:12-21
Col. 3:12-14


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