No ignores el libro
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Roxana Verdejo
La siguiente es una transcripción ligeramente editada.
Esto es Hechos 26:17-18. Para mí, esto es increíble; sorprendente. Es el momento en que Jesús le entrega a Pablo la comisión de ir: «... yo te envío, para que abras sus ojos».
«Te envío» —a ti, ser humano finito, falible y que careces de poderes sobrenaturales—, «te envío, para que abras sus ojos a fin de que se vuelvan de la oscuridad a la luz, y del dominio de Satanás a Dios». «Pablo, ve y haz eso». A lo cual, por supuesto, Pablo diría: «No puedo hacer eso».
Y Jesús lo sabe y, por lo tanto, el punto de esta orden es que la obra sobrenatural y regeneradora de Dios se realiza siempre a través de la acción humana. ¡Siempre!
Tienes que escuchar o leer, en una producción humana, la Palabra de Dios para ser nacido de Dios. Dios no va a abrir los ojos del ciego para ver nada. Él abre los ojos para ver a Cristo.
«Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandeciera la luz, ... para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo» (2 Corintios 4:4-6).
Si vamos a glorificar a Dios, lo que también debe ocurrir es que debemos estudiar el libro. No es suficiente simplemente ir y orar por la iluminación: «¡Oh, Espíritu Santo!, dime lo que necesito saber acerca de Dios en este momento».
Eso es un insulto al Espíritu Santo porque su respuesta va a ser: «Escribí un libro; no lo ignores. No intentes hacerlo de otra manera. No tome atajos para llegar a mí. No preservé este libro a través de la sangre de los mártires para que tú puedas ir al bosque a jugar conmigo. Arrodíllate ante mi libro y ora».
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