Por el amor de Dios, volumen 1/16 de junio

De Libros y Sermones Bíblicos

16 DE JUNIO

Deuteronomio 21; Salmos 108-109; Isaías 48; Apocalipsis 18

EL SALMO 108 ES MUY PARTÍCULAR en el libro de los Salmos. Aparte de algunos cambios menores, está compuesto de partes de otros dos salmos. El Salmo 108:1-5 deriva del 57:7-11; y el mismo Salmo 108:6-13 deriva del 60:5-12. No obstante la “esencia” del resultado es sorpredentemente diferente.

En ambos Salmos el 57 y el 60 David se encuentra bajo una gran presión. En el primero, el título ubica a David en la trayectoria del rey Saúl, y escondido en una cueva; en el segundo, David y sus tropas han sido derrotados. En ambos casos, sin embargo, los salmos culminan en alabanza y confianza, y las secciones respectivas de la alabanza y la confianza de éstos dos salmos se unen ahora para hacer el Salmo 108. A pesar que el Salmo 108 aún sugiere una situación estresante que incluye algunas sanciones por parte de Dios (108:11), desaparece por completo el tono de humor oscuro de las primeras partes de éstos dos salmos y la comparación está inundada con adoración y confianza.

Este simple hecho nos obliga a reconocer algo muy importante. Los primeros dos salmos (57 y 60) sin duda nos parecerán especialmente apropiados cuando enfrentamos peligros, de manera personal o colectiva, o sufrimos algún tipo de derrota humillante. El presente salmo resonará en nuestros oídos cuando nos detenemos a mirar atrás a la diversa bondad de Dios, recordándonos a nosotros mismos el alcance de su soberanía y su mérito absoluto en recibir nuestra alabanza. Podria resultar especialmente útil cuando estamos por aventurarnos en alguna nueva iniciativa para la cual nuestra fe demanda fundamentos claros. Esta perspectiva de aplicaciones cambiadas ocurre porque las mismas palabras no se colocan ahora en un nuevo contexto. Y ese es el punto.

No obstante toda la Escritura es verdad e importante, vale la pena estudiarla, reflexionar en ella y considerar aplicarla cuidadosamente, Dios el Señor en su sabiduría no nos dió una Biblia de principios abstractos, sino textos sumamente diversos entrelazados en situaciones sumamente diversas. A pesar de la diversidad, por supuesto, existe todavía un argumento extenso, y en última instancia sólo una Mente está detrás de el. Pero el rico tapiz de la variada experiencia humana reflejada en los diferentes libros y pasajes bíblicos, sobre todo en los diferentes salmos, faculta a la Biblia para hablarnos con poder y fuerza característica cuando la “coincidencia” entre la experiencia del autor humano y nuestra experiencia es especialmente íntima.

Por esta sorprendente riqueza, Dios merece alabanza reverente. ¿Qué mente sino la de Él, cuál alcance de comprensión sino el de Él, cuál supervisión providencial sobre la producción de la Escritura sino la de Él, podría producir un trabajo tan homogéneo y tan profundamente diverso? Aquí también esta la razón para unir nuestro “Amén” a las palabras del 108:5: “Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios, sobre toda la tierra sea tu gloria”.