La Iglesia Deliberante/La Importancia de los Ancianos

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English: The Deliberate Church/The Importance of Elders

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Por Mark Dever sobre El Ministerio de Ancianos
Capítulo 18 del Libro La Iglesia Deliberante

Traducción por 9Marks


Contenido

Introducción

Es popular e algunos círculos contemporáneos sostener que la estructura de liderazgo de la iglesia en realidad solo se reduce a semántica. Ya sea que los llame diáconos o ancianos no tiene importancia, mientras usted tenga a personas espiritualmente maduras guiando a la iglesia y dirigiendo sus asuntos. En círculos bautistas, y particularmente en las iglesias de los Bautistas del Sur en los últimos ciento veinte años, modelo dominante del liderazgo parece ser de un solo pastor/anciano soportado por múltiples diáconos y a menudo responsables ante una junta de administradores.

Sin duda, la Biblia deja un amplio espacio suficiente para tratar sobre el tema de la estructura de la iglesia. Pero, aunque la evidencia es insuficiente, es sin embargo consistente. Las iglesias del Nuevo Testamento eran gobernadas congregacionalmente y aun dirigidas por una pluralidad de ancianos quienes eran liberados por los siervos diáconos para dedicarse a la oración y al ministerio de la Palabra[1].

En esta sección comenzaremos a reflexionar acerca de la necesidad de la reunión de la pluralidad de ancianos, y como llevar a cabo la reunión con sabiduría bíblica. En este capítulo nos enfocaremos particularmente en revisar la información bíblica y reflexionar sobre los beneficios prácticos de tener una pluralidad de ancianos.

Breve Trasfondo Bíblico

Hechos 20:17-38 muestra que las palabras ancianos (presbuterous, v. 17) y obispos (episkopus, v.28) son intercambiables, y que ambos hacen la obra de apacentar (poimaeinein, v.28) o pastorear el rebaño de Dios. Un pastor, pues, es un anciano, y un anciano es un obispo/superintendente –los tres términos se refieren al mismo oficio y a la misma obra de pastorear[2]. Note también que Pablo “enviando a Efeso” hizo llamar “a los ancianos [presbuterous, plural] de la iglesia [ekklesias, singular]” (v.17). El patrón es el de una pluralidad de ancianos en cada iglesia local[3].

1 Timoteo 3:1-13 distingue el oficio de anciano (episkopos) del de diácono (diáconos). Cada uno debe reunir los mismos requisitos de carácter, pero los ancianos deben ser aptos para enseñar[4]-una capacidad que no es requerida al oficio del diácono. De hecho, D.A. Carson ha observado que todas las cualidades que Pablo enumera para los ancianos están en otras partes del Nuevo Testamento impuestas a todos los cristianos –cada cualidad, esto es, excepto la capacidad de enseñar. Rápidamente, entonces, vemos que los ancianos son diferentes de los diáconos en que la enseñanza es fundamental para la responsabilidad del anciano, mientras que las tareas de los diáconos están en otra parte. Ambos oficios deben estar presentes para que la iglesia este organizada, dirigida y sirva de acuerdo a la Palabra.

Hechos 6:1-4 aclara aun más las distinciones. Allí leemos de la controversia entre las viudas de los griegos y los hebreos acerca del derecho de la distribución de la comida entre ellas. Los discípulos reunieron a toda la congregación y dijeron: “No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir [diakonein] a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra” (6:2-4). La división del trabajo es clara. Los siete hombres escogidos “diaconaron” (sirvieron) a las mesas, la cual liberaron a los apóstoles de “diaconar” la Palabra.

Los diáconos, entonces, sirvieron al cuidado de las necesidades físicas y financieras de la iglesia, y lo hacen en una manera que sana las divisiones, trayendo unidad bajo la Palabra, y apoya el liderazgo de los ancianos. Sin este servicio práctico de los diáconos, los ancianos no serán liberados de dedicarse a la oración y al servicio de la Palabra a las personas. Los ancianos necesitan a los diáconos para servir prácticamente, y los diáconos necesitan a los ancianos para dirigir espiritualmente.

GABINETE DE ESTRATEGIA
  1. Lea Hechos 14:23. ¿Qué implicación tiene la manera en que Pablo estructuró las iglesias que plantó?
  2. Vea por los menos cinco de los siguientes versos: Hechos 11:30, 16:4; 20:17; 21:18; Filipenses 1:1; Santiago 5:14; 1 Pedro 5:1 ¿Qué puede aprender acerca del numero y responsabilidades de los ancianos en las iglesias locales?
  3. Compare Hechos 20:17 y 20:28. Luego compare Tito 1:5, 6 y 7. ¿Qué términos parecen ser usado intercambiablemente?

El Aspecto Práctico de la Pluralidad[5]

Hemos visto algunos de los argumentos bíblicos prácticos para la distinción entre ancianos y diáconos, para los papeles de cada uno y para la pluralidad de los ancianos en una sola iglesia. ¿Cuáles son los beneficios prácticos de tener más de un anciano en cada iglesia? En otras palabras, ¿vale la pena el problema de cambiar de una estructura de liderazgo de un solo pastor y múltiples diáconos a una estructura de liderazgo de pluralidad de ancianos con múltiples diáconos sirviendo[6]? Pensemos en algunas de las ventajas de hacer este cambio.

Equilibra la debilidad pastoral. Ningún pastor es ampliamente y suficiente talentoso para hacer toda la obra del ministerio solo. Hay debilidades en cada partido del pastor. Todos necesitamos de otras personas para equilibrar nuestras deficiencias muy humanas. Cuando usted se rinde ante hombres piadosos cuyos dones, pasiones, y capacidades equilibran las suyas, usted proveerá un liderazgo equilibrado para las personas que lo siguen.

Difunde la crítica congregacional. Bajo un modelo de un solo pastor y múltiples diáconos, el pastor a menudo toma la peor parte de la crítica a solas. Las decisiones fuertes pueden pasar desapercibidas, los motivos pueden malinterpretarse, antes de que pase mucho tiempo el pastor se haga blanco de todos los comentarios críticos porque él es el único que se percibe que esta tomando todas las decisiones y dando todos los votos finales –y bajo este modelo, a menudo así es. Dentro de una pluralidad de ancianos, sin embargo, el liderazgo es compartido con un cuerpo de ancianos que han sido reconocidos y afirmados por la congregación. Esta provisión alivia al pastor de llevar toda la crítica, porque ahora el liderazgo y la responsabilidad de toma de decisiones son compartidas entre el grupo. Otros hombres pueden ahora estar en la brecha con el pastor y luego pueden tomar juntos tanto la responsabilidad como la crítica. También, la congregación será mas probable que este dispuesta a seguir las decisiones difíciles de un grupo de ancianos que seguir aquellas que se hacen por un solo pastor. Así algunas de las críticas serán evitadas solo por el aumento de confianza que una pluralidad reconocida congregacionalmente de ancianos que se engendran de los miembros de la iglesia.

Añade sabiduría pastoral. Compartiendo el liderazgo con un grupo de ancianos capaces y piadosos mantendrá casi invariablemente a los pastores (especialmente a los jóvenes) de hacer o decir cosas tontas, o de decir o hacer las cosas correctas en maneras inútiles. Ninguno de nosotros es omnisciente. Todos necesitamos humillarnos, compartir el liderazgo, y pedir consejo. De hecho, muchos de nosotros somos impacientes cuando implementamos una visión para un cambio piadoso. Los ancianos piadosos pueden ayudarnos a escoger el paso para el cambio para que la congregación pueda mantenerse en ritmo con ello. Ellos también pueden ayudarnos a formular planes, a articular metas, y a manejar situaciones sensibles mejor de lo que podemos hacerlo nosotros solos.

Liderazgo indigente. Es decir, arraigar el liderazgo en miembros laicos. Esto es importante porque la congregación necesita ser capaz de funcionar y continuar creciendo aun si algo terrible sucede al pastor principal. La última cosa que queremos hacer como pastores vocacionales es hacer muy dependiente a la congregación de nosotros de tal manera que la iglesia caería si nosotros muriésemos, si somos llamados a otro lugar, ó (Dios no quiera) caigamos en algún pecado que nos descalifique. ¡Queremos que nuestro trabajo continúe llevando fruto después de que nos vayamos! Pero esto significa que el liderazgo debe estar arraigado en miembros laicos. Lo mejor, y la manera más bíblica de hacer esto es incorporar una estructura de liderazgo basado en una pluralidad de ancianos en la cual los ancianos laicos sean más numerosos que los ancianos ministros.

Permite la disciplina correctiva. Sin disciplina correctiva, la iglesia no tiene manera de proteger la pureza de su testimonio público corporativo de la hipocresía de los miembros involucrados en pecado escandaloso. Además el cumplimiento de la disciplina correctiva de la iglesia es mucho más difícil sin una pluralidad de ancianos. Llevar a cabo la disciplina correctiva de la iglesia requiere una estructura de liderazgo que no se doble bajo las presiones espirituales y relacionales del proceso. Añadiendo sabiduría, difundiendo las críticas, un liderazgo indigente, la pluralidad del liderazgo ayuda a transferir la carga de la disciplina correctiva a través de múltiples pilares. La pluralidad del liderazgo, entonces, es vital para descargar la disciplina correctiva y por lo tanto es vital también para mantener el testimonio corporativo de la iglesia local a los ojos de la comunidad inconversa.

Reduce la tensión del “ustedes contra él”. Cuando los desacuerdos suceden entre el pastor y la congregación en relación a la duración de la iglesia o de una decisión difícil, esto afecta a toda la congregación, una mentalidad poco saludable de “ustedes contra él” puede surgir. Esto puede hacer que el pastor se sienta extremadamente aislado y puede a menudo crear actitudes de confrontación debajo de la superficie de las relaciones pastor/congregación. Si duda, los ancianos pueden cambiar la relación y poner en marcha una de “nosotros contra ellos”. Sin embargo, alivia el aislamiento del pastor, y puede prevenir tales antipatías de surgir de nuevo si el pastor es suficientemente sabio para recibir el consejo santo. Una vez más, agregando sabiduría, difundiendo las críticas, equilibrando la debilidad pastoral, haciendo un liderazgo indigente y una pluralidad de ancianos puede ir tan lejos hasta desactivar la bomba del “ustedes contra él”.

GABINETE DE ESTRATEGIA
  1. ¿Cómo puede prever que una pluralidad de ancianos sea saludable para su iglesia corporativamente?
  2. ¿Cómo puede prever que una pluralidad de ancianos sea saludable para usted como pastor?
  3. ¿Cuáles son algunos de los obstáculos que lo estén deteniendo de cambiarse a una pluralidad de ancianos?
  4. ¿Cuáles son algunas de las maneras en que usted puede comenzar a orar por un cambio saludable en su iglesia?

Conclusión

Las iglesias pueden andar sin tener ancianos. Sucede todo el tiempo. Pero el patrón bíblico es consistente, y los beneficios prácticos son claros, tanto para el pastor como para la congregación. La pregunta, pues, no es porque tener ancianos, sino, ¿Por qué no tenemos nosotros? Puedo honestamente decir que cambiar a una pluralidad de ancianos en nuestra iglesia has sido el evento más provechoso para mí en mi ministerio pastoral aquí en Washington, D.C.

Cuando la idea de la pluralidad de ancianos fue propuesta, algunos pastores responden diciendo de la problemática de la transición de otros modelos a un modelo dirigido por ancianos. ¿Cómo hacer para escoger a los ancianos? ¿Existe un proceso viable para convenir en quien debe servir? Iremos a estas preguntas y algunas otras en nuestros siguientes cuatro capítulos.

  1. Para un argumento completo para el liderazgo de ancianos en el contexto del gobierno congregacional, vea Mark Dever, A Display of God’s Glory (Una Manifestación de la Gloria de Dios) (Washington, D.C.,: 9 Marks Ministries, 2001). Para argumentos bautistas históricos sobre el mismo tópico, vea Mark Dever, ed., Polity: Biblical Arguments on How To Conduct Church Life (Sistema de Gobierno: Argumentos Bíblicos en Como Conducir la Vida de la Iglesia) (Washington, D.C.: Center for Church Reform, 2001)
  2. Note la misma calidad intercambiable de “ancianos” (presbuterous) y “el obispo” (episkopus) en Tito 1:5-7.
  3. Cf. Hechos 14:23, donde Pablo y Bernabé nombran ancianos (presbuterous, plural) en cada iglesia (kat’ ekklesian¸ singular distributivo).
  4. Cf. También Tito 1:9.
  5. Para una guía excelente en como guiar en este cambio, vea Phil A. Newton, Elders in Congregational Life: A Model for Leadership in the Local Church (Ancianos en la Vida Congregacional: Un Modelo de Liderazgo en la Iglesia Local) (Grand Rapids, Mich.: Kregel. 2005).
  6. Aquí haremos el argumento del aspecto de múltiples diáconos sin referencia del asunto. Para esto vea, Mark Dever, A Display of God’s Glory (Una Manifestación de la Gloria de Dios) (Washington, D.C.: 9 Marks Ministries, 2001).

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