Una oración para educar a los hijos con gracia y fe, no con miedo y orgullo
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Scotty Smith sobre Crianza de los Hijos
Traducción por Laura Coloma
- Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. Es en vano que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de afanosa labor, pues El da a su amado aun mientras duerme. He aquí, don del Señor son los hijos y recompensa es el fruto del vientre. Salmos 127:1-3
Padre celestial, es un placer dirigirme a ti hoy como arquitecto y constructor de tu propia casa – incluyendo el hogar de fe y el lugar de nuestros hijos en tu familia. Cuando me remonto a mis años de padre legalista y pragmático, me entristezco, pero también me alegro, porque tú siempre has sido fiel a tu pacto de amor, aun cuando fui autoritario e incrédulo.
El paso de educar utilizando el miedo y el orgullo a educar con gracia y fe ha sido un viaje irregular, pero fructífero. Llévame más profundo, llévame más allá. Me has rescatado de “trabajar en vano”- asumiendo una carga que nunca pretendiste para los padres. Padre, solo tú puedes revelar la gloria y gracia de Jesús a nuestros hijos. Solo tú puedes dar a cualquiera un nuevo corazón. Nos has llamado a educar como un acto de adoración “a educar “como tú,” no para guardar las apariencias, ganar buena reputación, o para probar que somos dignos de tu amor.
Oh, ese orgullo tan arrogante de pensar que por “criar bien a los hijos” podemos recibir el crédito por lo que solo tú tan misericordiosamente haces en la vida de nuestros hijos. Oh, esa incredulidad tan arrogante de pensar que por no “criar bien a los hijos” limitamos para siempre lo que tú serás capaz de alcanzar en el futuro. Oh, la presión injustificada que deben sentir nuestros hijos cuando los educamos con nuestros miedos y orgullo en vez de con tu amor y gracia.
Como nuestros hijos y nietos son tu legado, Padre, enséñanos – enséñame- a cuidarlos como guardianes humildes, no como dueños ansiosos. Más que nada, enséñanos como educar a los hijos y a los nietos, de una forma que revele de la mejor manera las inescrutables riquezas de Cristo.
Danos penitencias rápidas y bondades visibles. Condénanos pronto y absolutamente cuando no eduquemos a tus hijos “con rectitud en cuanto a la verdad del evangelio” (Gálatas 2:14). Que podamos modelar para nuestros hijos pequeños la realidad de la gracia; y donde existan relaciones rotas con nuestros hijos adultos, escribe historias de reconciliación y belleza, por tu honor y gloria. Oremos amén en el nombre fiel y poderoso de Jesús.
Vota esta traducción
Puntúa utilizando las estrellas