¿Puede la teología cristiana salvar la familia?

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English: Can Christian Theology Save the Family?

© The Gospel Coalition

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Por Ryan Hoselton sobre Crianza de los Hijos

Traducción por The Gospel Coalition


Mi esposa y yo volvimos recientemente al restaurante donde pasamos nuestro último sábado por la noche antes de nuestra boda. Mientras nos acomodamos, nuestros ojos se fijaron en la mesa donde nos sentamos 16 meses atrás al otro lado de la habitación, compartiendo planes de viaje, tratando de pronunciar platos franceses, y preparándonos para crear una familia.

Recordamos cómo una pareja de mediana edad en el bar escuchó nuestra conversación esa noche y se volvió a ofrecer su aporte por experiencia. "Simplemente maravilloso, ustedes dos se ven tan enamorados", intervino el marido borracho. "Vayan a lo grande con la boda", la esposa intervino, "todo va cuesta abajo desde allí". Su tono cínico y ojos desilusionados socavaron cada palabra de su marido.

La maldad nos pega cerca de casa

No pasó mucho tiempo después de nuestra boda para que descubriéramos que las oportunidades para estropear una familia son muchísimas. "Todo un ejército de males asedia la vida de la familia", escribió el teólogo holandés Herman Bavinck (1854-1921) en su obra atemporal, La Familia Cristiana. Bavinck listó solo un puñado de males que amenazan el bienestar del hogar: la infidelidad del marido, la terquedad de la mujer, la desobediencia del niño; tanto la adoración como la denigración de la mujer, tanto la tiranía como la esclavitud, la seducción y el odio de los hombres, tanto idolatrar como matar niños, la inmoralidad sexual, el tráfico de personas, el concubinato, la bigamia, la poligamia, la poliandria, el adulterio, el divorcio, el incesto; los pecados contra la naturaleza en que los hombres cometen actos escandalosos con hombres, mujeres con mujeres... la estimulación de la lujuria por medio de pensamientos impuros, palabras, imágenes. . . glorificando la desnudez y elevando incluso las pasiones de la carne en el servicio de la deidad.

Cuando "el matrimonio pierde su deleite", Bavinck observó, "se convierte en monotonía insoportable". La pareja en el bar conocía esta sombría realidad muy íntimamente. La verdad es que ninguna familia elude las consecuencias del mal.

¿Es la familia un proyecto fallido?

"Nunca ha habido un momento en que la familia ha enfrentado una crisis tan grave como el momento en el que vivimos ahora", declaró Bavinck. Durante su época, los científicos trataron de reducir el origen y la naturaleza de la familia a explicaciones naturalistas. La monogamia, la fidelidad, y la crianza no tenían fundamento moral o sagrado legítimo. La ciencia determinó la utilidad de la familia, haciéndola demasiado defectuosa como para la gente moderna. Los intelectuales propusieron sustituir el matrimonio con el amor libre, los lazos familiares con los pactos sociales, y la crianza con los métodos de crianza científicos.

Bavinck encontró que los cambios en la expresión artística subvirtieron la familia también: Hoy en día, ya que el realismo ha tomado lugar en el arte. . . las personas se complacen en describir la vida después de la boda y en el matrimonio, presentándola como una gran decepción, como la cohabitación intolerable, como una desesperada situación de miseria y coacción. La poesía se introduce entonces en esta situación por medio de la pasión pecaminosa, afecto prohibido, la lujuria contra natura; estas son glorificadas y repletas con brillo a costa del amor y la fidelidad en el matrimonio.

Nunca ha habido una época ideal para la familia, y desde luego no estamos en una hoy. Desde las ceremonias de premiación de la música hasta las películas de Woody Allen, la cultura popular no ha sonreído amablemente a la familia. Aún más, el hambre de éxito financiero ha traído daños a muchas familias existentes y ha disminuido la motivación a crear nuevas.

De acuerdo con el artículo "Las 10 Cosas que Aprendimos Sobre el Matrimonio en el 2013", de la revista Time, "nuestros suegros tienen una razón evolutiva para odiarnos", "el divorcio bajo en drama es posible", y "el matrimonio entre personas del mismo sexo sigue ganando". Número uno en la lista concluye: "una persona podría marearse tratando de precisar la definición de una familia".

Grandemente vertiginoso.

¿Se encuentra el problema en la institución de la familia propiamente? ¿Sería mejor el mundo si abandonáramos la familia por completo?

Llamado para una teología de la familia

Bavinck creía que solo la teología cristiana podría ofrecer esperanza para la familia en su día y el nuestro. Él escribió: "Los cristianos no pueden permitir que su conducta sea determinada por el espíritu de la época, sino que deben centrarse en el requisito del mandamiento de Dios", mostrando "con palabras y hechos cuan inestimable bendición Dios ha concedido a la humanidad" con el don de la familia. Los siguientes puntos —deducidos de la obra de Bavinck— proporcionan una base útil para desarrollar una teología de la familia.

Dios creó la familia hermosa y buena. Dios es el más comprometido defensor de la familia. "La historia de la raza humana comienza con una boda", y Dios mismo la ofició. Él creó una pareja compatible para Adán como un regalo, bendijo a la pareja, y les ordenó que llevaran su imagen, multiplicaran las familias, y sometieran la tierra (Génesis 1:28). Como Bavinck dijo, "La obra artística de Dios viene a la existencia llevando el nombre de hogar y familia". Dios creó a los seres humanos para reflejar el amor relacional dentro de la Trinidad, y designó a la familia como el instrumento supremo para este fin.

El pecado ha devastado la familia. Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios primero, ellos "pecaron no solo como individuos", sino "también como esposo y esposa, como padre y madre". El pecado asestó un golpe devastador para el hogar. Introdujo "desunión entre Adán y Eva", llenó a "Caín de odio contra Abel y lo incitó al fratricidio", y "llevó a Lamec a la poligamia". El pecado envenena la salud de nuestras relaciones, primero con Dios y por lo tanto con el cónyuge, padre, hijo, hermano, y el prójimo.

Cristo ofrece esperanza a la familia. Dios no dejó la familia en derrota. De hecho, todavía tenía grandes planes para ella. Después de la caída, Dios le prometió a Eva que su descendencia vencería el mal (Génesis 3:15). Como escribe Bavinck, "En el Hijo nacido de ella, la mujer y el hombre vuelven una vez más a su vocación". Jesucristo es el único ser humano que nunca ha pecado contra su Padre en el cielo y su familia en la tierra. Su muerte por nuestros pecados ofrece esperanza para el perdón y la reconciliación no solo con nuestras familias terrenales, sino también con Dios nuestro Padre. Aunque los matrimonios terrenales siguen siendo imperfectos, ellos representan el amor entre Cristo y su pueblo más que cualquier otra cosa en la creación. Bavinck concluye su libro con estas palabras llenas de esperanza: "La historia de la raza humana" también "termina con una boda, la boda de Cristo y su iglesia, del Señor del cielo con su novia terrenal". En Cristo, la familia encuentra significado, propósito y esperanza.


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