¿Podemos aprender algo de los amigos de Job acerca de cómo ayudar a los que sufren?
De Libros y Sermones BÃblicos
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Revisión de 18:47 5 sep 2013
Por John Piper
sobre Sufrimiento
Una parte de la serie Ask Pastor John
Traducción por Silvia Griselda Buongiorne
Lo que sigue es una transcripción editada del audio.
¿Podemos aprender algo de los amigos de Job acerca de cómo ayudar a los que sufren?
Por supuesto. Los primeros siete días fueron su hora dorada. Creo que si se paraban allí habrían sido héroes, porque habrían mostrado compasión y paciencia. Y eso es lo que debemos aprender.
Cuando uno entra en circunstancias de calamidad terrible tiene que ser lento para hablar y pronto para escuchar. Uno deberá ser pronto para llorar, pronto para poder contenerse y estar listo para satisfacer las necesidades, llevar comidas, y esperar en el Señor. Probablemente la lucha teológica vendrá después. Se presenta de forma distina con cada uno.
Pero creo que la lección que aprendemos a medida que avanzamos en el libro de Job, es que mientras que los tres amigos, Elifaz, Bildad y Zofar-estaban sentados en polvo y ceniza, y doloridos por su amigo Job, sin embargo, el fue ayudado por ellos. Y muchas personas son ayudadas por el sólo hecho de la presencia amorosa de otra persona.
Yo no creo que esto anula la importancia de la verdad. Déjeme darle un ejemplo.
Estoy aquí con un colega, Tom Steller, que ha estado conmigo durante 24 años. Tom y yo a veces nos hemos dicho el uno al otro: "Sería muy bueno permanecer juntos el tiempo suficiente como para que muramos juntos, Tom." Y dependiendo de cual de nosotros venga a visitar al otro en el hospital, en nuestra hora final, sabemos que por haber permanecido 24 o (tal vez para entonces) 54 años juntos, no tenemos que decirnos ni una palabra. Todo se ha dicho. Tenemos una teología común. Ninguno de los dos tendrá que predicarle al otro para intentar cambiarle las ideas. Todos sabremos que Dios reina, Dios es bueno, Dios es amor, y Dios es sabio. Estamos perplejos, pero no tenemos que predicarnos el uno al otro. Tomémonos de las manos y oremos para poder luchar la batalla de la fe juntos.
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