Donde el Gran Rey Guarda Su Vino
De Libros y Sermones BÃblicos
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Última versión de 20:11 15 may 2017
Por John Piper
sobre Sufrimiento
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Javier Matus
Nunca he oído a nadie decir: “Las lecciones realmente profundas de mi vida han llegado a través de momentos de tranquilidad y consuelo”. Pero he oído a santos fuertes decir: “Todo avance significativo que he hecho para captar las profundidades del amor de Dios y crecer más profundamente con Él, ha venido a través del sufrimiento”.
Esta es una seria verdad bíblica. Por ejemplo: “Por amor de Cristo lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:8). Paráfrasis: Sin dolor no hay ganancia. O:
Que todo sea sacrificado ahora,
Si me conseguirá más de Cristo.
He aquí otro ejemplo: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” (Hebreos 5:8). El mismo libro dice que nunca pecó (Hebreos 4:15). Así que aprender obediencia no significa cambiar de desobediencia a obediencia. Significa crecer más y más profundamente con Dios en la experiencia de la obediencia. Significa experimentar profundidades de rendición a Dios que no hubieran sido requeridas de otra manera. Esto es lo que vino a través del sufrimiento. Sin dolor no hay ganancia.
Alexander Solzhenitsyn da un relato conmovedor de su despertar religioso a través del sufrimiento. El amor, la paciencia y el sufrir de creyentes rusos perseguidos siempre le habían impresionado. Una noche, cuando Solzhenitsyn yacía en una cama de hospital, un médico judío, Boris Kornfeld, se sentó con él y contó la historia de su conversión al cristianismo. Esa misma noche, Kornfeld fue muerto a golpes mientras dormía. Las últimas palabras de Kornfeld en la tierra, escribe Solzhenitsyn, “yacieron sobre mí como una herencia”. En otro lugar dice: “Sólo cuando me acosté sobre la paja podrida de la prisión, sentí en mi interior los primeros movimientos del bien… Bendita seas, Prisión, por haber sido mi vida” (Créditos a Philip Yancey, Christianity Today, octubre de 1984).
Samuel Rutherford dijo que cuando fue arrojado a los sótanos de la aflicción, recordó que el gran Rey siempre guardaba su vino allí. Charles Spurgeon dijo: “Los que se zambullen en el mar de la aflicción sacan perlas raras”.
¿No amas a tu amado/a más cuando sientes algún extraño dolor que te hace pensar que tienes cáncer? De hecho, somos criaturas extrañas. Si tenemos salud y paz y tiempo para amar, es una cosa delgada y apresurada. Pero si estamos muriendo, el amor es un río profundo y lento de gozo inexpresable, y apenas podemos soportar renunciarlo.
Por lo tanto, hermanos y hermanas, “Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas” (Santiago 1:2).
Preparándome contigo,
El Pastor John
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