La Chequera del Banco de la Fe/16 de Mayo

De Libros y Sermones Bíblicos

Revisión a fecha de 00:50 28 jul 2010; Kathyyee (Discusión | contribuciones)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar anavegación, buscar

Recursos Relacionados
Leer más Por Charles H. Spurgeon
Indice de Autores
Leer más sobre Vida Devocional
Indice de Temas
Recurso de la Semana
Cada semana enviamos un nuevo recurso bíblico de autores como John Piper, R.C. Sproul, Mark Dever, y Charles Spurgeon. Inscríbete aquí—es gratis. RSS.

Sobre esta Traducción
English: Faith's Checkbook/May 16

© Public Domain

Compartir esto
Nuestra Misión
Esta traducción ha sido publicada por Traducciones Evangelio, un ministerio que existe en internet para poner a disponibilidad de todas las naciones, sin costo alguno, libros y artículos centrados en el evangelio traducidos a diferentes idiomas.

Lea más (English).
Como Puedes Ayudar
Si tú puedes hablar Inglés bien, puedes ofrecerte de voluntario en traducir

Lea más (English).

Por Charles H. Spurgeon sobre Vida Devocional
Capítulo 138 del Libro La Chequera del Banco de la Fe

Traducción por Allan Aviles


16 de Mayo

“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos misericordia.” Mateo 5: 7.


No es bueno que el hombre que no quiera perdonar sea perdonado, y que quien no quiera dar a los pobres vea sus propias necesidades subsanadas. Dios nos medirá con nuestra propia medida, y aquellos que han sido duros señores y duros acreedores, descubrirán que el Señor tratará duramente con ellos. “Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia.”

En este día, tratemos de dar y de perdonar. Hemos de ocuparnos en estos dos verbos: tolerar y soportar. Hemos de ser amables, y benévolos y tiernos. No malinterpretemos la conducta de los demás, ni impongamos onerosos contratos, ni iniciemos insensatas querellas, ni seamos demasiado exigentes. Ciertamente deseamos ser bendecidos, y también necesitamos obtener misericordia: seamos misericordiosos para que alcancemos misericordia. Cumplamos con la condición, para que recibamos la bienaventuranza. ¿Acaso no es un deber agradable ser amable? ¿Acaso no hay mucho más dulzura en eso que en estar enfadados y ser mezquinos? Vamos, ¡hay una beatitud en la cosa misma! Además, la obtención de misericordia es una rica recompensa.

¿Quién, con la excepción de la gracia soberana, podría sugerir una promesa como esta?

Nosotros somos misericordiosos a nuestros semejantes mortales en cosas de centavos, y el Señor nos perdona “toda aquella deuda”.


Vota esta traducción

Puntúa utilizando las estrellas