La Chequera del Banco de la Fe/26 de Agosto

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“Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el
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'''''“Y juzgaré entre oveja y oveja.” Ezequiel 34: 22.'''''
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entendimiento de los entendidos.” 1 Corintios 1: 19.
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Este versículo es una amenaza para los sabios del mundo, pero es una promesa
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Algunos son gordos y prósperos, y por eso son rudos con los débiles. Este es un pecado cruel, y causa mucha aflicción. Esos empujones con el costado y con el hombro, esos empellones a las enfermas con los cuernos, son un triste instrumento de ofensa en las asambleas de los creyentes profesantes. El Señor toma nota de estos hechos altivos y groseros, y se enoja grandemente por causa de ellos, pues Él ama al débil.  
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para el simple creyente. Los que se declaran eruditos están continuamente
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tratando de convertir en cenizas la fe del humilde creyente. Pero fallan en sus
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intentos. Sus argumentos se desploman, sus teorías caen por su propio peso, y
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sus conspiraciones infernales se delatan a sí mismas antes de que su propósito
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se vea cumplido. El viejo Evangelio no está extinto todavía, ni lo estará mientras
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el Señor viva. Si pudiera ser exterminado, ya habría perecido de sobre la faz de la
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tierra desde hace mucho tiempo.
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Nosotros no podemos destruir la sabiduría de los sabios, ni procuramos intentarlo,
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¿Se cuenta mi lector entre los despreciados? ¿Es un gemidor en Sion y un hombre marcado por causa de su tierna conciencia? ¿Lo juzgan duramente estos hermanos? Que no resienta su conducta; sobre todo, que no empuje ni dé empellones en retribución.  
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pues la obra está en mejores manos. El propio Señor dice: “lo haré” y Él nunca
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resuelve en vano. Él declara Su propósito dos veces en este versículo, y podemos
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tener la certeza que no se apartará de él.
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¡Qué obra tan perfecta de limpieza hace el Señor en lo relativo a la filosofía y al
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Que deje el asunto en las manos del Señor. Él es el Juez. ¿Por qué habríamos de entrometernos en Su oficio? Él decidirá mucho más justamente que nosotros. Su tiempo para el juicio es el mejor, y no debemos tener ansias de apresurarlo. Que se ponga a temblar el opresor de empedernido corazón. Aunque atropelle impunemente a los demás en el momento presente, todas sus altivas expresiones están debidamente registradas, y por cada una de ellas habrá de rendir cuentas ante el tribunal del Grandioso Juez.
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“pensamiento moderno” cuando pone Sus manos en ello! Abate la fina apariencia
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hasta convertirla en nada; destruye por completo la madera, el heno y la
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¡Paciencia alma mía! ¡Paciencia! El Señor conoce tu aflicción. ¡Tu Jesús tiene piedad de ti!
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hojarasca. Está escrito que será así, y así será. Señor, hazlo pronto. Amén y
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Amén..
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Última versión de 22:10 25 ago 2010

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English: Faith's Checkbook/August 26

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Por Charles H. Spurgeon sobre Vida Devocional
Capítulo 240 del Libro La Chequera del Banco de la Fe

Traducción por Allan Aviles


26 de Agosto

“Y juzgaré entre oveja y oveja.” Ezequiel 34: 22.

Algunos son gordos y prósperos, y por eso son rudos con los débiles. Este es un pecado cruel, y causa mucha aflicción. Esos empujones con el costado y con el hombro, esos empellones a las enfermas con los cuernos, son un triste instrumento de ofensa en las asambleas de los creyentes profesantes. El Señor toma nota de estos hechos altivos y groseros, y se enoja grandemente por causa de ellos, pues Él ama al débil.

¿Se cuenta mi lector entre los despreciados? ¿Es un gemidor en Sion y un hombre marcado por causa de su tierna conciencia? ¿Lo juzgan duramente estos hermanos? Que no resienta su conducta; sobre todo, que no empuje ni dé empellones en retribución.

Que deje el asunto en las manos del Señor. Él es el Juez. ¿Por qué habríamos de entrometernos en Su oficio? Él decidirá mucho más justamente que nosotros. Su tiempo para el juicio es el mejor, y no debemos tener ansias de apresurarlo. Que se ponga a temblar el opresor de empedernido corazón. Aunque atropelle impunemente a los demás en el momento presente, todas sus altivas expresiones están debidamente registradas, y por cada una de ellas habrá de rendir cuentas ante el tribunal del Grandioso Juez.

¡Paciencia alma mía! ¡Paciencia! El Señor conoce tu aflicción. ¡Tu Jesús tiene piedad de ti!


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