La Chequera del Banco de la Fe/5 de Marzo

De Libros y Sermones Bíblicos

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El justo teme al Señor y por tanto está bajo la protección divina incluso en cuanto
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al techo que le cubre a él y a su familia. Su casa es una morada de amor, una
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escuela de entrenamiento santo, y un lugar de luz celestial. En ella hay un altar
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familiar donde el nombre del Señor es tenido diariamente en reverencia. Por ello
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el Señor bendice su habitación. Puede ser una casita humilde o una mansión
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señorial; pero la bendición del Señor llega debido al carácter del habitante, y no
señorial; pero la bendición del Señor llega debido al carácter del habitante, y no
debido al tamaño de la morada.
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Amados, hemos de tener a Jesús como nuestro huésped constante, así como lo
Amados, hemos de tener a Jesús como nuestro huésped constante, así como lo
tenían las hermanas de Betania, y entonces seremos en verdad bendecidos.
tenían las hermanas de Betania, y entonces seremos en verdad bendecidos.
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Hemos de procurar ser justos en todas las cosas: en nuestro negocio, en nuestro
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juicio sobre los demás, en nuestro trato con los vecinos, y en nuestro propio
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carácter personal.
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Un Dios justo no puede bendecir transacciones injustas.
Un Dios justo no puede bendecir transacciones injustas.

Última versión de 17:43 20 jul 2010

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Sobre esta Traducción
English: Faith's Checkbook/March 5

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Por Charles H. Spurgeon sobre Vida Devocional
Capítulo 66 del Libro La Chequera del Banco de la Fe

Traducción por Allan Aviles


5 de Marzo


“Pero bendecirá la morada de los justos.” Proverbios 3: 33.

El justo teme al Señor y por tanto está bajo la protección divina incluso en cuanto al techo que le cubre a él y a su familia. Su casa es una morada de amor, una escuela de entrenamiento santo, y un lugar de luz celestial. En ella hay un altar familiar donde el nombre del Señor es tenido diariamente en reverencia. Por ello el Señor bendice su habitación. Puede ser una casita humilde o una mansión señorial; pero la bendición del Señor llega debido al carácter del habitante, y no debido al tamaño de la morada.

El hogar en el que el señor y la señora son personas temerosas de Dios, es sumamente bendecido; pero un hijo o una hija o incluso un sirviente pueden atraer una bendición sobre todo el hogar. El Señor con frecuencia preserva, prospera y provee a toda una familia por causa de uno o dos de sus miembros, que son personas “justas” en Su estimación, porque Su gracia los ha hecho así. Amados, hemos de tener a Jesús como nuestro huésped constante, así como lo tenían las hermanas de Betania, y entonces seremos en verdad bendecidos. Hemos de procurar ser justos en todas las cosas: en nuestro negocio, en nuestro juicio sobre los demás, en nuestro trato con los vecinos, y en nuestro propio carácter personal. Un Dios justo no puede bendecir transacciones injustas.


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