La Chequera del Banco de la Fe/5 de Marzo

De Libros y Sermones Bíblicos

Saltar anavegación, buscar

Recursos Relacionados
Leer más Por Charles H. Spurgeon
Indice de Autores
Leer más sobre Vida Devocional
Indice de Temas
Recurso de la Semana
Cada semana enviamos un nuevo recurso bíblico de autores como John Piper, R.C. Sproul, Mark Dever, y Charles Spurgeon. Inscríbete aquí—es gratis. RSS.

Sobre esta Traducción
English: Faith's Checkbook/March 5

© Public Domain

Compartir esto
Nuestra Misión
Esta traducción ha sido publicada por Traducciones Evangelio, un ministerio que existe en internet para poner a disponibilidad de todas las naciones, sin costo alguno, libros y artículos centrados en el evangelio traducidos a diferentes idiomas.

Lea más (English).
Como Puedes Ayudar
Si tú puedes hablar Inglés bien, puedes ofrecerte de voluntario en traducir

Lea más (English).

Por Charles H. Spurgeon sobre Vida Devocional
Capítulo 66 del Libro La Chequera del Banco de la Fe

Traducción por Allan Aviles


5 de Marzo


“Pero bendecirá la morada de los justos.” Proverbios 3: 33.

El justo teme al Señor y por tanto está bajo la protección divina incluso en cuanto al techo que le cubre a él y a su familia. Su casa es una morada de amor, una

escuela de entrenamiento santo, y un lugar de luz celestial. En ella hay un altar familiar donde el nombre del Señor es tenido diariamente en reverencia. Por ello el Señor bendice su habitación. Puede ser una casita humilde o una mansión

señorial; pero la bendición del Señor llega debido al carácter del habitante, y no debido al tamaño de la morada.

El hogar en el que el señor y la señora son personas temerosas de Dios, es sumamente bendecido; pero un hijo o una hija o incluso un sirviente pueden atraer una bendición sobre todo el hogar. El Señor con frecuencia preserva, prospera y provee a toda una familia por causa de uno o dos de sus miembros, que son personas “justas” en Su estimación, porque Su gracia los ha hecho así. Amados, hemos de tener a Jesús como nuestro huésped constante, así como lo tenían las hermanas de Betania, y entonces seremos en verdad bendecidos.

Hemos de procurar ser justos en todas las cosas: en nuestro negocio, en nuestro juicio sobre los demás, en nuestro trato con los vecinos, y en nuestro propio carácter personal.

Un Dios justo no puede bendecir transacciones injustas.


Vota esta traducción

Puntúa utilizando las estrellas