La Chequera del Banco de la Fe/6 de Mayo

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'''''“Jehová hará volver a tus cautivos.” Deuteronomio 30: 3'''''
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'''''“No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor'''''
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El propio pueblo de Dios puede venderse a la cautividad por el pecado. Este es
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'''''de Jehová todo el tiempo; porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no'''''
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un fruto muy amargo de una raíz sumamente amarga. ¡Cuán terrible es la
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servidumbre cuando el hijo de Dios es vendido al pecado, es encadenado por
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Satanás, es privado de su libertad, desposeído de su poder en la oración y de su
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deleite en el Señor! Debemos vigilar para no caer en tal cautividad; pero si esto ya
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nos ha sucedido, de ninguna manera hemos de desesperar.
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Pero no podemos ser mantenidos en esclavitud por siempre. El Señor Jesucristo
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'''''será cortada.” Proverbios 23: 17, 18.'''''
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ha pagado un precio demasiado alto por nuestra redención para dejarnos en
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mano del enemigo. El camino a la libertad es “Vuelve a Jehová tu Dios.” Allí
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donde encontramos la salvación al principio, la encontraremos otra vez.
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Confesando el pecado al pie de la cruz de Cristo, encontraremos perdón y
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liberación. Además, el Señor quiere que obedezcamos Su voz de acuerdo a todo
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lo que nos ha mandado, y debemos hacer esto con todo nuestro corazón, y con
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toda nuestra alma, y entonces nuestra cautividad terminará.
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Con frecuencia, la depresión de espíritu y un gran abatimiento del alma son
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Última versión de 23:21 26 jul 2010

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English: Faith's Checkbook/May 6

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Por Charles H. Spurgeon sobre Vida Devocional
Capítulo 128 del Libro La Chequera del Banco de la Fe

Traducción por Allan Aviles


6 de Mayo

“No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor

de Jehová todo el tiempo; porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no

será cortada.” Proverbios 23: 17, 18.

Cuando vemos prosperar a los malvados, somos propensos a envidiarlos. Cuando oímos el ruido de su júbilo, y nuestro propio espíritu está decaído, casi llegamos a pensar que ellos se llevan la mejor parte. Esto es insensato y pecaminoso. Si los conociésemos mejor, y especialmente si recordáramos su fin, les tendríamos lástima. El remedio para la envidia radica en una vida bajo un constante sentido de la presencia divina, adorando a Dios y teniendo comunión con Él a lo largo de todo el día, independientemente de cuán largo parezca el día. La verdadera religión levanta al alma a una región más elevada, donde el juicio se torna más claro y los deseos son más elevados. Entre más porción de cielo haya en nuestras vidas, menos porción de la tierra ambicionaremos. El temor de Dios echa fuera la envidia de los hombres.

El golpe mortal para la envidia es una calmada consideración del futuro. La riqueza y la gloria de los impíos son un vano espectáculo. Esa apariencia pomposa destella durante una hora, y luego se extingue. ¿En qué estará mejor el próspero pecador por su prosperidad cuando le sobrevenga el juicio? En cuanto al hombre piadoso, su fin es paz y bienaventuranza y nadie podría robarle su gozo; por tanto, el hombre piadoso ha de renunciar a la envidia, y ha de llenarse dulce contentamiento.

Obtenido de "http://es.gospeltranslations.org/wiki/La_Chequera_del_Banco_de_la_Fe/6_de_Mayo"

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