¿Es el corazón del cristiano engañosamente perverso?
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Santificación y Crecimiento
Una parte de la serie Ask Pastor John
Traducción por Paola Montano
Transcripción del audio
¿Es el corazón del cristiano engañosamente perverso? Ya has escuchado la frase "engañosamente perverso" del Antiguo Testamento, pero ¿es esta acusación aplicable al corazón del cristiano regenerado? La pregunta proviene de Micah, un oyente de un podcast. "¡Hola! Pastor John" Hace poco tuve un debate con un amigo acerca de Jeremías 17:9 (RVR1960): 'Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?’ Lo apliqué a la continua ceguera del pecado en el corazón del cristiano. Mi amigo dijo que yo estaba tomando un pasaje referente a corazones incrédulos y lo estaba aplicando incorrectamente al corazón del cristiano. Sin embargo, al analizar el contexto más amplio de Jeremías 17:5–13, estoy aún más convencido que el versículo 9 es igualmente aplicable a los creyentes, especialmente a la luz de los versículos 7 y 8. ¿Qué opinas? ¿Jeremías 17:9 se refiere a los creyentes, incrédulos o ambos?” Pastor John, ¿cómo asimilas este texto y su contexto?
Permítete examinar rápidamente el flujo de pensamiento de Jeremías 17:1–9. Y creo que todos podrán entender el versículo 9.
Una Bendición y una Maldición
Jeremías comienza con una acusación contra Judá y una advertencia de destrucción. Dice, "El pecado de Judá está... grabado sobre la tabla de su corazón... Como ellos se acuerdan de sus hijos, así se acuerdan de sus altares y de sus Aseras" (Jeremías 17:1–2, LBLA). Se refiere a otros dioses. El problema aquí es la idolatría. “Oh montaña mía en el campo, tus riquezas y todos tus tesoros entregaré al saqueo, a causa del pecado de tus lugares altos en todo tu territorio” (Jeremías 17:3, LBLA). Él va a juzgarles por el pecado de su corazón y la idolatría de su adoración.
Y luego habla de lo que hay debajo de eso. Dios dice en Jeremías 17:5–6 (LBLA): "Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del Señor se aparta su corazón. Será como arbusto en el yermo y no verá el bien cuando venga". Esta es la raíz de la idolatría y el pecado. El problema fundamental es que estaban confiando en el hombre, no en Dios.
Y luego describe lo que alternativamente debería ser: lo contrario de esto y los beneficios que vendrían si ese fuera el caso. “Bendito es el hombre” —no maldito el hombre que en el hombre confía— "que confía en el Señor, cuya confianza es el Señor. Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, y sus hojas estarán verdes; en año de sequía no se angustiará ni cesará de dar fruto” (Jeremías 17:7–8, LBLA).
Cada Corazón una Fábrica de Ídolos
Ahora bien, eso nos deja con la siguiente pregunta: Si confiar en nosotros mismos resulta en tal miseria (no vendrá ningún bien) y confiar en Dios resulta provechoso (vas a prosperar), ¿por qué una nación entera actúa de manera suicida con su pecado, idolatría y confianza en sí mismos? Y su respuesta es el versículo 9 (RVR1960): "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Por lo tanto, el corazón humano está enfermo de pecado y bajo el dominio del engaño. Y es por eso que las personas actúan de manera suicida al preferir la confianza en sí mismos en lugar de confiar en Dios.
Entonces, la esencia del pasaje parece ser que la raíz del pecado y la idolatría es fallar en confiar en Dios y no en nosotros mismos. Y la raíz de ese fracaso es un corazón engañoso y depravado. Por esta razón, creo que Jeremías — de hecho, creo que todos los escritores de la Biblia — dirían que ese es el problema principal desde la caída del hombre en pecado y corrupción. Todos los seres humanos — sin excepciones — nacen con esta naturaleza caída, enfermos, engañosos, jactanciosos, con un corazón opuesto a Dios.
¿Qué Sucede en el Nuevo Nacimiento?
La pregunta es la siguiente: cuando una persona experimenta el nuevo nacimiento —se convierte en cristiano — ¿qué le sucede a ese corazón enfermo, engañoso, jactancioso y opuesto a Dios? Aquí hay algunos versículos que describen lo que sucede:
- Ezequiel 36:26 (LBLA) describe el nuevo pacto de esta manera: "Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne”.
- Romanos 6:17 (LBLA): "Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, os hicisteis obedientes de corazón a aquella forma de enseñanza a la que fuisteis entregados”.
- Hechos 15:9 (LBLA): "y ninguna distinción hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones”.
- Juan 7:38 (LBLA) puede ser el más sorprendente de todos: Jesús dice: "El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: «De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva»". Oh, increíble. Oh, quiero ser así, ¿verdad? Solo quiero tener un nuevo corazón que no solo disfrute del agua — sino que fluya hacia otras personas. Juan 7:39 (LBLA): "Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir".
- 1 Timoteo 1:5 (LBLA): " Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro".
- 2 Corintios 5:17 (LBLA): "Si alguno está en Cristo, nueva criatura es".
Infusión de ADN Divino
Así que, mi conclusión es que podemos decir que Jeremías 17:9 (engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso) es una verdad del corazón humano — de todos. Pero cuando Dios aplica el precio pagado con sangre del nuevo pacto, hay una nueva creación. Los pecados son perdonados. Espíritu Santo es derramado. Tenemos una nueva naturaleza. Esa novedad consiste en una nueva naturaleza y en la presencia del Espíritu Santo que influye en nuestro corazón. Podríamos llamarlo el ADN divino que se vuelve cada vez más a la imagen de Cristo.
Un buen versículo para finalizar puede ser 2 Corintios 3:18 (LBLA): "Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo" — mi corazón viejo, horrible, jactancioso y opuesto a Dios está siendo —"transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu".
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