¿Es su hijo cristiano?

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English: Is Your Child a Christian?

© The Gospel Coalition

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Por Brian Croft sobre Crianza de los Hijos

Traducción por The Gospel Coalition


¿Es mi hijo cristiano?

Como padres, todos luchamos con esta pregunta; y he observado que por lo general hay dos extremos que deben ser evitados. El primero se ve agravado por la falta de discernimiento que muestran muchas iglesias cuando extienden los llamados al altar a niños de 4 o 5 años de edad, pidiéndoles que levanten la mano si ellos aman a Jesús, y luego bautizándolos como seguidores de Cristo, como convertidos.

La segunda es a menudo una reacción contraria a la primera. Este extremo evita que tanto los padres como los pastores afirmen la conversión de un niño hasta que sea un adulto independiente de la autoridad y cuidado de sus padres. Si bien la renuencia en ambos casos es algo justificado, creo que se debe encontrar un término medio con el fin de discernir una evidencia bíblica de que un niño, adolescente o adulto joven se ha convertido en una nueva criatura en Cristo.

Cinco Evidencias

Partiendo de lo obvio-que no somos Dios y no podemos ver el corazón de nadie-creo que hay ciertas evidencias que pueden ayudarnos a discernir la legitimidad de la profesión de fe de un niño o adolescente. Tomando como referencia los cinco signos de la verdadera conversión de Jonathan Edwards, aquí están cinco evidencias que utilizo a menudo como una plantilla cuando se trata lidiar con este asunto.

  1. Un creciente afecto y necesidad por Jesús y por el evangelio.
  2. Una mayor comprensión de las verdades de la Escritura.
  3. Aumento de la bondad y la generosidad hacia sus hermanos.
  4. Una mayor conciencia y disgusto por el pecado.
  5. Deseo marcado de obedecer a sus padres.

En mi experiencia como padre y pastor, me he dado cuenta que la edad no es el indicador más importante para determinar la verdadera conversión. En cambio, es prudente buscar estas evidencias de acuerdo a cada edad particular. Por ejemplo, un joven de 16 años de edad articulará su comprensión del evangelio de manera diferente y más completa que un niño de 10 años. Lo mismo puede decirse del deseo de un niño de obedecer a sus padres o mostrar un espíritu altruista hacia sus hermanos. Estas cosas lucirán diferentes según la edad, y nuestras expectativas deben tomar esto en cuenta. Sin embargo, debemos observar los frutos de alguna manera, y yo descartaría firmemente cualquier afirmación de la conversión de un niño sin algún tipo de evidencia tangible más allá de una profesión verbal de fe. Por otro lado, sin embargo, advierto a los padres y pastores de caer en la trampa de exigir más a un niño de lo que puede ser razonablemente esperado y observado a su edad.

Cinco preguntas

He aquí cinco preguntas que se deben considerar en la búsqueda de las evidencias anteriores y la evaluación de la condición espiritual de un niño.

1. ¿Aparenta mi hijo amar verdaderamente a Jesús, o es que él o ella lo dicen porque lo digo yo?

Los niños a menudo hacen lo que les decimos que deben hacer, creen lo que les decimos deben creer, y dicen lo que les decimos que deben decir. Cuando se trata de decir: "Yo creo en Jesús", los padres pueden manipular una respuesta incluso con la mejor de las intenciones. En lugar de persuadirlos a decir las palabras correctas, debemos buscar afecto genuino por Jesús en el niño y tratar de determinar, como mejor podamos, si este afecto tiene su raíz en lo que Jesús ha hecho para salvarlos de sus pecados a través de su muerte y resurrección.

2. ¿Busca mi hijo conocer la Palabra de Dios de forma independiente?

He leído la Biblia con mis hijos desde antes de que ellos mismos pudieran leer. Lo que más me llamó la atención, sin embargo, fue cuando mi hija mayor comenzó a leer y a tratar de entender la verdad sin mi insistencia. Leía las Escrituras por su cuenta y luego me hacía preguntas. Estos comportamientos revelan lo que mi esposa y yo nos identificamos como un genuino deseo de conocer la Palabra de Dios, independientemente de cualquiera de nosotros.

3. ¿ Muestra mi hijo una mayor comprensión de las verdades espirituales profundas?

Una evidencia útil de que mi hijo mayor se había convertido sucedió cerca de un año después de su conversión. Al terminar de leer el libro de Juan, en nuestro estudio de la Biblia los miércoles por la noche, mi hijo compartió que estaba triste de perderse la última semana, que iba a consistir en un resumen del libro. Le pregunté por qué estaba triste, ya que él había estado allí durante todo el libro, y me respondió: "Siento que recuerdo los tres últimos capítulos de Juan muy bien, pero no me acuerdo mucho de los dos primeros". Fue ahí que me di cuenta de que habíamos empezado el estudio de Juan poco después de que sentimos que nuestro hijo se había convertido.

La palabra "despertar" es una manera útil de entender la conversión no sólo en los adultos, sino también en los niños. Observe si le parece que su niño entiende mejor que antes las verdades acerca de Dios, el Evangelio y la Biblia ¿Ha notado un despertar espiritual?

4. ¿ Está demostrando mi hijo fruto espiritual en contra de su personalidad?

Es común el confundir el fruto espiritual con los aspectos positivos de la personalidad del niño. Por tal razón, tenemos que conocer los diferentes rasgos de la personalidad de cada niño antes de que podamos discernir el verdadero fruto espiritual. Por ejemplo, mi hijo es una persona extrovertida, ama a la gente, y siempre ha amado a los suyos en nuestra iglesia. Por lo tanto, el amor por la iglesia local, a pesar de ser un fruto de la conversión, no era el mejor dato para discernir la conversión de mi hijo, pues él tiende a amar a la gente de manera natural. Mi hija mayor, sin embargo, no amaba a la gente de manera espontánea, algo que cambió notablemente después de su conversión. En resumen, es importante evaluar honestamente la personalidad de su hijo y buscar evidencias de fruto sobrenatural que parecería estar en contra de su personalidad.

5. ¿Hay remordimiento por los pecados diarios de forma independiente?

Mi esposa y yo encontramos que es útil observar si nuestro hijo siente carga por su pecado, aparte de cualquier disciplina, corrección o castigo. Un padre puede hacer que un niño se sienta "culpable" por los pecados, pero eso no significa necesariamente que Dios, por su Espíritu, lo ha llevado a convicción. Busque momentos cuando su hijo hiere con sus palabras a un hermano y va a pedir disculpas por su cuenta. Observe si su hijo viene donde usted y confiesa una mentira antes de descubrirse, no por otra razón (aparente) más que el hecho de que su propio corazón y conciencia fueron condenados por el Espíritu.

Comprendo que esto es un terreno difícil. Como padre y pastor, todo lo anterior debe aplicarse según el caso. Aunque muchos de nosotros podemos estar en diferentes lugares en este espectro, debemos, sin embargo, tratar de evitar los extremos en ambos lados. Encontrar un buen asiento en el centro como punto de partida, y desde allí ser sabios, evaluar con honestidad, y orar para que el Dios misericordioso que regenera a los adultos, adolescentes y niños por igual nos dé discernimiento, paciencia y gracia.


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