12 promesas para la perseverancia en la lectura de la Biblia
De Libros y Sermones BÃblicos
Traducción por Javier Matus
Por Dave Zuleger
sobre Santificación y Crecimiento
Como cristianos, sabemos que, sin recibir la Palabra de Dios, nuestra fe se volverá anémica, superficial y débil. Y, sin embargo, muy a menudo descuidamos el precioso don de la Palabra de Dios en nuestras vidas diarias.
Esta es una simple lista destinada a ayudar a motivar a las almas que son propensas a vagar, para que vean que vale la pena entregarnos este año a la Palabra de Dios —una razón por cada mes que puedas ser tentado a rendirte.
1. La Biblia nos permite conocer y amar más a Jesús.
“Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. (Juan 5:39, LBLA)
La Biblia no es lo definitivo, sino Jesús, la Palabra de Dios encarnada. Pero la Biblia es el lugar donde sabemos con certeza que podemos ver y gustar de Cristo cada día. Los escritos del Antiguo Testamento Lo prometen y apuntan hacia Él. Los evangelios nos muestran Su ministerio aquí en la tierra que conduce a Su muerte y resurrección. Las epístolas nos muestran la obra que continúa haciendo mediante Su Espíritu a través de Su iglesia, que es Su cuerpo.
No hay nada ni nadie más valioso para conocer y amar en 2016 que Jesús, y no hay un lugar donde sea más probable que Lo encuentres que en este Libro.
2. La Biblia nos da esperanza en Dios sin importar lo que esté sucediendo en nuestras vidas.
4 Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza. (Romanos 15:4)
La Biblia es el fundamento bajo nuestros pies que nos da el estímulo que necesitamos para mantener la esperanza en Cristo en tiempos de depresión y sufrimiento. Tenemos un Dios que escribió un Libro para que podamos ser personas con esperanza. Debemos aprovechar ese precioso regalo.
3. La Biblia nos lleva a la felicidad suprema en Dios.
¡Cuán bienaventurado [esto significa feliz] es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!. (Salmo 1:1-2)
Dios Se ha revelado en Su Palabra. En la Biblia, descubre el camino de la vida que nos lleva a la “plenitud de gozo” y los “deleites para siempre” (Salmo 16:11).
La felicidad que nos ofrece la Biblia es tan inmutable y duradera como el Dios que la escribió y que es nuestro mayor Tesoro.
4. La Biblia nos arma para matar nuestro pecado por el Espíritu de Dios.
Si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. (Romanos 8:13)
La espada del Espíritu que es la palabra de Dios. (Efesios 6:17)
La Palabra de Dios es la espada en las manos del Espíritu de Dios. La espada se pone a trabajar para cortar en nuestra vida el pecado que evita que nos acerquemos a Dios. La espada atraviesa los huesos y los tuétanos para revelar nuestros corazones. Con el pecado quitado y limpiado, podemos ver a Cristo más plenamente y encontrar una mayor santidad y felicidad.
5. En la Biblia, escuchamos directamente de la boca del Dios del universo.
Toda Escritura es inspirada por Dios. (2 Timoteo 3:16)
Que nunca nos aburramos leyendo la Biblia. Que nunca olvidemos que el Dios todopoderoso del universo nos está hablando directamente en esos momentos.
Probablemente hay gente que te mueres por conocer en persona. Nunca perderías la oportunidad si te fuera dada. Quitarías de tu agenda cualquier cosa para estar con ellos. ¿No debería el Dios del universo estar en esa lista? Nos reunimos con Él una y otra vez en Su Palabra cuando leemos nuestras Biblias.
6. La Biblia es un curso gratuito sobre la vida enseñado por Dios mismo.
Toda Escritura es… útil para enseñar. (2 Timoteo 3:16)
Si Dios está hablando, y Su Palabra es útil para enseñar, entonces tenemos que ir a clase todos los días bajo la cátedra de Dios Mismo. Y es gratis. Ciertamente Dios nos ha dado Su Espíritu para enseñarnos Su sabiduría misteriosa y oculta (1 Corintios 2:7, 10).
7. La Biblia nos ilumina en las áreas donde necesitamos crecer para que podamos ser cambiados y entrenados a la imagen de Cristo.
Nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria. (2 Corintios 3:18)
Al ver a Jesús en Su Palabra, también veremos que no estamos a la altura. Veremos pecado y áreas que necesitan crecer. Jesús es el estándar para el cambio y los medios de cambio. A medida que Lo vemos, el Espíritu se pone a trabajar para cambiarnos más y más a Su imagen, y para liberarnos de los pequeños y estúpidos deseos e ídolos con los que nos hemos estado conformando.
8. La Biblia nos equipa para buenas obras que traen gloria a nuestro Dios.
Toda Escritura es inspirada por Dios… a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16-17)
La Biblia nos anima y nos prepara para hacer buenas obras que adornan hermosamente el evangelio. Y mientras hacemos estas buenas obras, otros las ven y dan gloria a nuestro Padre en el cielo (Mateo 5:16; 1 Pedro 2:12). Queremos que nuestras vidas cuenten para Su gloria, y Dios nos da la guía de esa gran causa en Su Palabra.
9. La Biblia produce familias y relaciones sanas y felices.
Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo… padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor. (Efesios 6:1, 4)
No podemos saber cómo y por qué debemos obedecer a nuestros padres, al menos de una manera que honre a Dios, si no conocemos Su Palabra. Y no podemos saber cómo criar a nuestros hijos para que conozcan, amen y obedezcan al Señor si no conocemos la Palabra del Señor.
Las familias del hogar y las familias de la iglesia serán lugares más saludables y felices, por todas las razones ya mencionadas anteriormente, si somos personas saturadas con la Biblia.
10. La Biblia nos impide estar conformados a este mundo.
No os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto. (Romanos 12:2)
El mundo nos bombardea con tentaciones pecaminosas y necias, reclamando la conformidad a sus sistemas y maneras. Necesitamos desesperadamente ser personas que fijen sus ojos en Jesús y mediten en todas Sus palabras, para que no nos conformemos al mundo, sino que nos transformemos para ser más como Él.
Si quieres ser mediocre e irrelevante, ignora la Palabra y sigue el ritmo del mundo. Si quieres marcar una diferencia eterna para el mundo, sé transformado por la Palabra de Dios.
11. La Biblia nos enseña a orar.
Al que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominación. (Proverbios 28:9)
Sin la Biblia, nuestras oraciones fácilmente se desvían hacia nuestras propias quejas, deseos y celebraciones de lástima, que son carnales e impulsadas por el pecado. Con la Biblia, podemos ver la realidad, ver nuestro pecado, incluso ver los pecados de otros contra nosotros, y acercarnos al trono de la gracia en busca de ayuda, con verdades profundas y duraderas resonando en nuestros oídos.
12. La Biblia nos incita a una comunión y responsabilidad genuinas y saludables
Y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras. (Hebreos 10:24)
La Biblia nos ayuda en nuestras familias e iglesias para hacer de la gloria de Dios la meta, del pecado el enemigo, y de la perseverancia en nuestra fe la prioridad. Nos da el valor y la sabiduría para admitir humildemente y con amor nuestros errores a los demás y confrontar el pecado los unos de los otros.
Haz de este próximo año una búsqueda para encontrar gozo en Dios al escuchar de Dios. Él vale la pena todo el esfuerzo.
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