Acerca de prestarle a Dios
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Dar
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Maciel Suazo
Proverbios 19:17
"Aquel que se apiade del pobre, le presta al Señor. y él lo recompenzará por su buena obra."
Me ha dado un gran trabajo el imaginarme a mi mismo como un acreedor de Dios. ¿Cómo podría presumir de decir que le he hecho un préstamo a Dios de mi almacén y ahora él es mi deudor? Acaso no nos dijo Dios, “Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud.” (Salmos 50:12)? Sin duda esto significa que insultamos a Dios si pensamos que podemos negociar con él. Se nos olvida que todo con lo que podríamos negociar ya le pertenece a Dios. No somos más que mayordomos o representantes de las posesiones de Dios. El es el dueño legítimo de todo lo que existe. Entonces, siendo así, ¿Cómo puede un mayordomo prestarle a su amo algo que ya le pertenece? San Pablo lo deja bien claro en Romanos 11:35 cuando dice que nadie le ha dado nada a Dios por lo que él tenga que recompensar.
Para entender el Proverbio 19:17, pienso que deberímos empezar por aprender lo más fundamental de este libro: "Confía en el Señor con todo tu corazón y no en tu propia prudencia” (Proverbios 3:5). La única manera de tener una vida plena es dejando de confiar en nuestra propia sabiduría y comenzar a creer que Dios es quien nos dará la salida a nuestros problemas.
Una persona que sabe que Dios le bendice por su Fé, más que por su capacidad de acumular riqueza, mirará a los otros desde una perspectiva diferente. Dirá, "Bueno, he aquí a alguien igual a mí" no tengo poder, ni cómo negociar con Dios. Todo lo que puedo hacer es confiar en él. Es lo único que puedo hacer, así que es mejor no alabarme a mi mismo por esta persona, y no solo eso, he aquí una oportunidad para expresar mi Fé en Dios. Si le doy a este pobre hombre algo de mi dinero, tiempo o energía para ayudarle a encontrar trabajo, entonces no tendré el dinero o el tiempo o la energía necesaria para hacer lo que pensaba me haría feliz, esto significa que tendré que confiar en Dios y no en mis propios preceptos. Pero esto no es para nada riesgoso, Ya que sé cuanto ama Dios el que confíen en él, de hecho a Dios le gusta tanto que confíen en él, que siempre bendice a los que confían con una vida mas plena de la que hubiesen tenido si no hubieran confiado. Así que, claro, le daré mi ayuda a este probre hombre.
Si ser bueno con los pobres es confiar que Dios cuidará de nosotros, entonces, de cierta forma, Dios se convierte en un Deudor, él es un deudor de su propia gloria. Si yo confío en Dios y reconozco que puedo contar con su palabra, sabiduría y amor, entonces, Dios está obligado por su honor y su gloria a mantener el valor de su palabra, sabiduría y amor. La Fé es algo que le genera una deuda a Dios, la razón por la cual la Fé ocasiona esto, es debido a que es la única actitud humana que va de nuestra voluntad a la voluntad de Dios. Y cuando la voluntad de Dios es la que está en juego, esta prevalecerá.
Entonces, realmente no le prestamos nada a Dios al ser buenos con los pobres, si no, que nos ponemos en una situación en la que él debe bendecirnos. Esto, solo si hemos hecho el bien confiando en que la misericordia de Dios cuidará de nosotros.
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