Agustin

De Libros y Sermones Bíblicos

ROMANOS 13: 13-14

“Antes bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer para las lujurias de la carne”.

Los trabajos de Atanasio sirvieron para ayudar a la iglesia a formular la doctrina de la Encarnación. Ahora, cuando continuamos nuestro estudio de algunos de los héroes de la historia de la iglesia, miramos a Agustín de Hipona, otro importante teólogo de la iglesia en sus inicios. Se ha dicho que toda la teología Occidental es un comentario del trabajo de Agustín. Esto se debe en gran parte a que no hay otro escritor que haya tenido mayor influencia en el cristianismo, con la excepción de los autores bíblicos. Tomás de Aquino, por ejemplo, mencionó mucho a Agustín cuando compuso su Summa Theologica. Cuando Martin Lutero y John Calvin fueron acusados de enseñar la nueva doctrina, mencionaron a Agustín como un ejemplo de quien había enseñado lo que ellos estaban enseñando.

Agustín nació el año 354, hijo de un padre pagano y una madre Cristiana llamada Mónica. Si bien Mónica es muy conocida por su devoción, Agustín en sus primeros años, era todo menos un Cristiano. Su vida moral se caracterizó por una serie de amantes, y una de ellas le otorgó un hijo ilegítimo llamado Adeodato. Espiritualmente, Agustín pasó su tiempo siguiendo el Neoplatonismo y Maniqueismo, filosofías profundamente anti-cristianas.

A pesar de todos estos aspectos, Mónica pasó años orando por su hijo. Así es como Agustín empezó a admirar el rezo de Ambrosio de Milán debido a su talento en retórica. Poco a poco el mensaje de las Escrituras empezó a producir frutos. Un día, Agustín estaba en el jardín reflexionando sobre su vida inmoral. Se dice que escuchó la voz de una niña (aparentemente no había ninguna niña presente) que decía, “toma el libro y lee”. Al escuchar la voz, Agustín empezó la lectura de la carta a los Romanos 13: 13-14 y entregó su fe a Cristo.

Agustín se convirtió en Obispo de Hipona en el año 395 y ejerció una gran influencia en la iglesia. Discrepó con el monje británico Pelagio, quien no sólo negó el pecado original, sino que también había dicho que una persona no requería de una gracia especial para ser salva. El trabajo de Agustín sobre la Trinidad fue muy influyente en la historia de la teología Cristiana. Sus Confesiones es una de las más importantes autobiografías jamás escritas.

En la Ciudad de Dios de Agustín, recuerda a la iglesia que a aunque los reinos de este mundo pueden surgir y caer, el reino de Dios nunca terminará. En el año 430, Agustín se encuentra con su Rey.

CORAM DEO

Agustín dijo, “Oh Señor, tú nos has hecho a tu imagen y semejanza y nuestros corazones no encuentran reposo hasta que descansan en el tuyo”. La vida de Agustín es un buen ejemplo de la verdad de esta declaración. Únicamente Jesús puede darnos paz. Si tú eres Cristiano, agradécele a Él por la paz que Él nos da. Si no eres un creyente, confía en Jesús para que puedas entrar en Su paz.

Pasajes para un Estudio más Profundo

Ps. 51 Acts 9:1–19 Rom. 5:12–21 Rev. 11:15

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