Bendiciones de Jacob

De Libros y Sermones Bíblicos

“Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón” (Heb. 11:21).

- Hebreos 11:21

Ayer examinamos Hebreos 11:20 y vimos cómo Isaac por la fe bendijo a sus dos hijos al final de su vida. Esta evidencia de la fe demuestra que los que tienen la verdadera fe perseverante se aferrarán a las promesas de Dios, incluso si mueren antes de que todas se realicen plenamente.

En el pasaje de hoy leemos otro ejemplo de la fe extraído de los últimos días de un santo del antiguo pacto. Esta vez nuestro modelo es Jacob, quien al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, mientras que “adoró apoyado sobre el extremo de su bordón” (v. 21).

Este versículo reflexiona sobre el libro del Génesis y la historia de Jacob bendiciendo a sus dos nietos, Efraín y Manasés. Leemos en Génesis 48:8-16 que cerca del final de la vida de Jacob, José trajo a sus dos hijos a su abuelo. Manasés el mayor fue colocado a la derecha de Jacob con el fin de, como era costumbre, recibir la mejor bendición. Efraín fue colocado a la izquierda de Jacob. Pero en lugar de bendecir a Efraín con su mano izquierda y Manasés con su derecha, Jacob cruzó sus brazos y le dio a Efraín la mejor bendición.

En el versículo 17, vemos que José se molestó con su padre porque violó la costumbre de dar la mejor bendición al hijo mayor. No se esperaba que el hijo menor recibiera la mejor bendición. Sin embargo, aunque este acto no era la costumbre del día, el dar la mejor bendición a aquel a quien los hombres no elegirían para bendecir es la práctica estándar de Dios. Después de todo, ¿no fue Jacob, el hijo menor, elegido en vez de su hermano mayor Esaú (Mal. 1:2-3)? Y más asombroso, ¿no vino el Mesías y Señor del universo disfrazado como el hijo de un pobre carpintero (Mat. 13:55)?

La verdadera fe perseverante sabe que Dios a menudo elegirá el menor con el fin de hacer lo máximo. Por otra parte, Hebreos 11:21 no sólo alude a este hecho, sino que también nos dice que incluso al final de la vida, aquellos quienes tienen la verdadera fe continuarán adorando a Dios. Porque Jacob no sólo bendijo a sus nietos, también “adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.” Esta adoración al final de la vida de Jacob refleja su propio viaje, que, a pesar de que era un charlatán al principio, se caracterizó por una actitud de adoración. John Owen comenta sobre este versículo diciendo que Jacob se fue con Dios “reconociendo Su misericordia y pidiendo más gracia,” porque “ciertamente esta es la manera en que los santos actúan al morir.”

Coram Deo

La verdadera fe perseverante se manifiesta en una actitud de adoración a través de todas las estaciones de la vida. Aunque la manifestación exacta de esta adoración puede ser diferente dependiendo de nuestras circunstancias, la fe perseverante siempre manifiesta su confianza durante la adoración. A medida que transcurra su día, busque maneras en las que pueda adorar a Dios.

Pasajes para Estudio Adicional

Gen. 47
Rom. 12:1-2
1 Cor. 1:26-29
Ef. 2:11-13