Como Jesús Ayudó a Sus Discípulos a Aumentar su Fe
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Fe
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Patricia Alvarado
- Lucas 17:5-10
“Y los apóstoles dijeron al Señor: ¡Auméntanos la fe! 6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a este sicómoro: “Desarráigate y plántate en el mar.” Y os obedecería 7 ¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando ovejas, y cuando regresa del campo, le dice: “Ven enseguida y siéntate a comer”? 8 ¿No le dirá más bien: “Prepárame algo para cenar, y vístete adecuadamente, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después comerás y beberás tú”? 9 ¿Acaso le da las gracias al siervo porque hizo lo que se le ordenó? 10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha ordenado, decid: “Siervos inútiles somos; hemos hecho sólo lo que debíamos haber hecho.”
En Lucas 17:5, los apóstoles le piden a Jesús que aumente su fe. ¿Cómo les ayuda Jesús? De dos maneras, ambas son al decirles la verdad. Entonces, incluso en la manera en que Él responde nos muestra que la fe llega al escuchar. El conocimiento de ciertas cosas debería aumentar nuestra fe.
Primero, Él fortalece nuestra fe diciéndonos en el versículo 6 que el problema crucial para tener grandes logros para avanzar al Reino de Dios no es la cantidad de nuestra fe, sino el poder de Dios. Él dice: “Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a este sicómoro: “Desarráigate y plántate en el mar.” Y os obedecería. Al referirse al pequeño grano de mostaza después de haber sido cuestionado acerca de aumentar la fe, Él desvía la atención de cuanta fe hay que tener hacia el objeto de fe. Dios mueve sicómoros. Y no depende definitivamente en cuanta fe se tiene sino en Su poder, Sabiduría y Amor. Al conocer esto somos ayudados para no preocuparnos de nuestra fe y somos inspirados a confiar en la gratuidad y poder de Dios.
Segundo, Él ayuda a aumentar su fe al decirles en los versículos 7-10 que una vez que hayan cumplido con todo lo que se les ordenó hacer, siguen dependiendo drásticamente de la gracia. Jesús nos ilustra. Puede que quieran volverlo a leer en los versículos 7-10. El punto esencial de esto es que el dueño de un esclavo no se convierte en un deudor para el esclavo, sin importar cuanto trabaje el esclavo. El significado es que Dios nunca será nuestro deudor. El versículo 10 lo resume: Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha ordenado, decid: “Siervos inútiles somos; hemos hecho sólo lo que debíamos haber hecho.” Siempre seremos sus deudores. Y nunca vamos a poder pagar esta deuda, ni tampoco se nos pide que lo hagamos. Siempre dependeremos de la gracia. Nunca podremos trabajar para salir de la deuda y llegar al punto donde Dios nos deba algo. "¿O quien le ha dado a Él primero para que se le tenga que recompensar?" (Romanos 11:35).
Cuando en el versículo 9 se menciona que el dueño no “agradece” al esclavo, el modismo “agradece” es provocativo. Creo que la idea es que “agradecer” es una respuesta a la gracia. La razón por la cual el dueño no agradece a su esclavo es que el siervo no le da al dueño más de lo que el dueño merece. Él no está tratando al dueño con gracia. La gracia es ser tratado mejor de lo que merecemos. Así que es con nosotros en relación a Dios. Nosotros nunca tratamos a Dios con gracia. Nunca le damos más de lo que Él merece. Lo cual significa que Él no nos debe el agradecimiento. Dios nunca nos dice: “Gracias”. En vez de eso, Él siempre nos da más de lo que nosotros merecemos y siempre le vamos a deber las gracias.
Así que, la lección para nosotros es que cuando hayamos hecho todo lo que deberíamos hacer, cuando hayamos resuelto todos nuestros problemas de cuidado pastoral y modificado las actitudes de nuestra gente y movilizado la mayoría de las misiones y amado al pobre y salvado matrimonios y educado hijos de Dios y proclamado a Cristo con valentía, Dios no nos debe agradecer. Por el contrario, nosotros en ese momento nos relacionaremos con Él como deudores de la gracia justo como ahora.
Esto es una gran invitación a la fe. ¿Por qué? Porque significa que Dios es tan libre de bendecirnos tanto antes de que actuemos como nos lo pide como después. Ya que somos esclavos “no merecedores” antes de hacer lo que deberíamos hacer, y esclavos “no merecedores” después también, es sólo la gracia la que empujaría a Dios a ayudarnos. Así, Él es libre de ayudarnos antes y después. Estos es un gran incentivo para confiar en Su ayuda cuando sintamos que nuestras acciones no son las que nos pide.
Entonces dos cosas aumentan nuestra fe: 1) que Dios mismo y no cuanta fe tengamos es un factor decisivo para desarraigar sicomoros; y 2) la gracia dada de forma gratuita es decisiva en como Dios nos trata antes y después de haber hecho todo lo que debiéramos hacer. Nunca nos movemos más allá de la necesidad de la gracia. Es por eso que hay que confiar en Dios para hacer maravillas en nuestra pequeña fe y no hay que dejarnos paralizar por lo que falta por hacer en nuestras vidas y en nuestra Iglesia.
Pastor John
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