Como cambiar tu Iglesia
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Mark Dever
sobre Liderazgo de Iglesia
Una parte de la serie 9Marks Essentials
Traducción por Beatriz Topkul
Los pastores frecuentemente me preguntan, “Cómo lograremos cambiar nuestras iglesias?” Muchísimos ministros se han alejado de sus iglesias tratando de atraer algún cambio. Algunos, incluso, han sido despedidos.
Aún como pastores debemos guiar nuestras iglesias al cambio aunque dicho cambio sea, frecuentemente, difícil. Aquí están algunas sugerencias acerca de cómo traer el cambio: enseña, permanece y ama.
Enseñanza para cambiar
Primero, nuestras ideas para nuestras iglesias deben venir de las Escrituras. Eso hace del púlpito la herramienta más poderosa para cambiar la iglesia. La predicación regular de exposición de las Escrituras es como Dios normalmente obra en los corazones humanos.
Ora para que a través de tu predicación Dios enseñe a tu iglesia como necesita cambiar. Es sorprendente con que frecuencia nosotros los pastores queremos resolver problemas antes que demos tiempo a la explicación de tales problemas!
Muchísimos pastores tratan de forzar el cambio en su iglesia –frecuentemente defendida como liderazgo- cuando tratan de informar a los hermanos de la iglesia, debemos alimentar a las ovejas que se nos han otorgado para su cuidado, no golpearlos. Enseñarles.
Incluso si el cambio que imaginas es correcto existe aún la cuestión de si el tiempo es el correcto. Ser el correcto no es un permiso para una acción inmediata lo que me trae a mi segundo punto.
Permanencia para el cambio
La idea de comprometerse en un lugar se está desvaneciendo en los lugares de trabajo y en casa. El modelo para generaciones más jóvenes no es una escalera prefabricada corporativa con vías cuidadosamente limitadas, sino más bien el mosaico de la Word-Wide-Web con opciones y alternativas que parecen extenderse infinitamente. Seremos enseñados a valorar distintas experiencias entendiendo que cada una enriquece la otra.
Nosotros los pastores necesitamos establecer un modelo diferente en nuestras iglesias. Necesitamos enseñarles que el compromiso es bueno si es para nuestros matrimonios y familias, nuestros amigos y nuestra fe o nuestra iglesia y nuestro vecindario. Es la luz de un compromiso a más largo plazo (no pensando en términos de meses sino de décadas) en que podemos ayudar a nuestras iglesias a encontrar sus prioridades correctas y justas.
Como pastor, tú más grande poder para ayudar a tu congregación a cambiar no viene a través de tu pujante personalidad sino a través de años de paciente y fiel enseñanza. Los cambios que no pasen este año pueden venir el próximo año o en diez.
Con ese propósito, elige tus batallas sabiamente, cuidadosamente priorizando un cambio necesario sobre el otro. ¿Cuál de los cambios que son necesarios es más necesario ahora? ¿Cuál puede esperar? Generalmente hablando, los pastores necesitan aprender como pensar en una forma madura y de largo alcance.
Grandes pastorados ayudan también al pastor. Estos le impiden a él venir con una bolsa de trucos, haciendo sus cosas por dos o tres años y luego pasar a otra cosa. Generalmente, tanto tiempo como permanezcamos más reales tendremos que ser –y eso es bueno para nuestros propios espíritus y para aquellos que servimos.
La clave del cambio es permanecer en una iglesia lo suficiente como para enseñarle a la congregación. Si no planeas permanecer entonces sé cuidadoso antes de comenzar algo que el próximo individuo tendrá que terminar. No dejes la congregación endurecida contra ti o tu sucesor, incluso contra el mismo cambio.
Como joven seminarista tomé tres clérigos Anglicanos de Cambridge como mis modelos. Todos tenían ministerios expositivos en locaciones clave ejercitándose durante muchos años –Ricardo Sibbes (en Cambridge y Londres por 30 años), Charles Simeon (en Cambridge por cerca de 50 años) y John Stott (en Londres alrededor de 50 años). Por la gracia de Dios estos tres hombres edificaron la iglesia en que sirvieron y efectuaron las generaciones ministeriales nacientes a través de su larga fidelidad.
Amor para cambiar
Para desear los cambios correctos, enseñar acerca de ellos y permanecer lo suficiente, debes amar. Debes amar al Señor y debes amar a la gente que te ha sido confiada.
Clemente de Roma dijo, “Cristo pertenece a los rectos de corazón y no a aquellos quienes se exaltan a si mismos sobre su rebaño.” Del amor viene el cuidado paciente que vez tras vez vuelve a la congregación a la Palabra de Dios.
Jonathan Edwards no fue menos fiel que un pastor porque su congregación lo despidió. Algunos de nosotros han tenido cortos y leales pastorados. Pero estos no son mi preocupación aquí y ahora. Con esta pequeña pieza simplemente he tratado de crear algunas ideas en tu mente de cómo tu puedes –a través de la enseñanza, la permanencia y el amor- guiar a tu congregación a un cambio bíblico.
Mark Dever es el pastor más antiguo de la Iglesia Bautista de Capital Hill en Washington, DC y es el autor de Nueve Marcas de una Iglesia Sana (Crossway, 2001).
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