Conocer a Jesús reconfigura nuestras preguntas
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Jonathan Parnell sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Natalia Micaela Moreno
Su principal problema era su ignorancia, que es exactamente lo que Jesús aborda en Juan 4:10. En lugar de responder a su pregunta, Él señala la necesidad de reconfigurarla.
“Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice...” dice Jesús para señalar que ella no sabe quién es Él. Ese es el problema más esencial en la vida de esta mujer samaritana, no sus cinco matrimonios fallidos ni el hecho de que esté viviendo con su novio. Ella no tiene idea de quién es el que le acaba de pedir un vaso de agua.
En los versículos que siguen, Juan nos muestra cómo las interacciones de esta mujer con Jesús la sacan de esta ignorancia.
Primero ella lo identifica como un hombre judío (v. 9). Entonces ella percibe que él es un profeta (v. 19). Entonces ella se pregunta si se trata del Mesías (v. 29). Y entonces, para el versículo 39, ella cree, junto con muchos otros de su ciudad, que Él es el Salvador del mundo (v. 42).
¡Imagina de lo que esta mujer se enteró! El judío desconocido del versículo 10 es el Salvador del mundo para el versículo 42. Sin duda, si hubiera sabido quién era al principio ella hubiera hecho una pregunta distinta. Sabemos esto porque Jesús lo dijo:
Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: 'Dame de beber', tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva. (Juan 4:10, LBLA)
¿Sabes quién es Jesús?
¿Qué le estás pidiendo?
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