Cuando Dios se siente cruel
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Jon Bloom sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Javier Matus
Digamos que estás orando con un amigo que sufre y él le grita a Dios:
“Clamo a Ti, y no me oyes; me presento, y no me atiendes. Te has vuelto cruel para mí”.
¿Te estremecerías? ¡Él acaba de acusar a Dios de ser cruel! ¡Cielos! ¿Querrías rápidamente orar una corrección? “Señor, ¡estamos muy agradecidos porque eres soberano sobre todo y por la realidad de Romanos 8:28!”
Bueno, tu oración puede ser bíblica, pero también lo sería la oración de tu amigo. De hecho, la oración hipotética de tu amigo precisamente está en la Biblia (Job 30:20-21) y salió de la boca del hombre que Dios consideraba el más íntegro y recto sobre la tierra durante su vida (Job 1:8).
Gracias a Dios que la Biblia es tan honesta
Leamos de nuevo la franca oración de Job:
“Clamo a Ti, y no me oyes; me presento, y no me atiendes. Te has vuelto cruel para mí”.
¿No te hace sentir agradecido leer esa oración angustiada de un hombre piadoso? Me encanta lo honesta que es la Biblia. La Biblia lo dice tal como es y, a veces, tal como se siente. Me encanta el hecho de que casi todos los héroes de la Biblia son pecadores sin adornos, con pies de barro y verrugas que todos podemos ver. Me encanta que a veces incluso se preguntan si Dios simplemente está siendo cruel. Porque eso es lo que nosotros, los pecadores que tropiezan, miopes, débiles, que dudan y con pies de barro nos preguntamos cuando estamos sufriendo. Significa que hay esperanza para nosotros cuando nos sentimos abrumados y decepcionados y confundidos y desilusionados. La franqueza de la Biblia es una gran misericordia para nosotros.
Nuestros sentimientos son reporteros poco fiables
¿Puedes identificarte con Job? Clamas a Dios en tu aflicción y nada parece cambiar. Es como si Dios estuviera ahí parado mirándote retorcerte. Parece cruel.
Pero, de hecho, esto no es lo que realmente está sucediendo. Ese no fue realmente el caso de Job y no es realmente el caso para nosotros. Lo que es cierto es que Dios está haciendo mucho más en nuestra aflicción de lo que sabemos en ese momento.
Para Job, no sabía que él estaba avergonzando a Satanás al confiar en Dios a pesar de su confusión desoladora. No sabía que su experiencia alentaría a millones durante milenios. Simplemente sabía que su dolor a veces se sentía insoportable y no parecía que Dios estuviera haciendo algo para ayudar. Y al igual que Job, no sabemos qué planes sorprendentes Dios tiene guardados para lo que hoy puede parecer insoportable y cruel.
Pero sí sabemos esto: Dios le estaba respondiendo a Job cuando parecía que no. Y Dios estaba recordando a David cuando David clamó: “¿Me olvidarás para siempre?” (Salmo 13:1). Y cuando Jesús clamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué Me has desamparado?” (Mateo 27:46), Dios había apartado su rostro de nuestro pecado, solo para resucitar a Su Hijo de entre los muertos a la gloria que no muere, sin igual y eterna.
Estos textos y la oración de Job y muchos otros en la Biblia nos ayudan a recordar que a veces parece como si Dios estuviera siendo cruel cuando en realidad no lo es. Nos recuerdan que no podemos confiar en lo que parece que Dios está haciendo. Solo podemos confiar en lo que Dios dice que está haciendo. Todos sabemos por mil experiencias que nuestros sentimientos son reporteros poco fiables.
Sé rápido para escuchar, lento para corregir y anímate
Pero estos textos también nos recuerdan que las personas piadosas a veces sienten y expresan estas emociones intensas. Y a menudo lo que necesitan de nosotros en ese momento no es un curso teológico correctivo inmediato. Lo que necesitan es un compañero que también gime que se siente en silencio con ellos y, cuando sea útil, señalarles a los santos empáticos de las Escrituras que sintieron cosas similares y vieron que Dios es fiel después de todo.
Tu sufrimiento o el de tu ser querido puede ser inescrutable hoy. Pero en realidad les está preparando a ti o a ellos “un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Corintios 4:17). Anímate y resiste. Si Dios parece cruel hoy, algún día descubrirás que fue un espejismo inducido por el dolor y que Él tenía Su gracia planeada para tu gozo más allá de lo que jamás hayas soñado que fuera posible.
Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a Su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, Él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. (1 Pedro 5:10)
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