Cuando hay crisis en Navidad
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Noël Piper sobre Sufrimiento
Traducción por Harrington Lackey
Un noviembre, una amiga mía casi pierde a su hijo. Para Navidad, la crisis ya había pasado, pero todavía no estaban seguros de las implicaciones a largo plazo. Me envió un correo electrónico a mediados de diciembre, durante la temporada que, antes de esto, siempre había sido su favorita:
Sorprendentemente, estoy encontrando la Navidad difícil. Un poco me molestan todas las celebraciones; a veces quiero gritar: ¿No sabes que mi bebé podría haber muerto?
Al mismo tiempo, estoy muy agradecida de que esté viva y muy consciente de que podría no haberlo estado. ¡Así que pensarías que estaría muy, muy feliz! En términos espirituales, la Navidad no es muy significativa para mí este año de una manera u otra. Me siento un poco como Dios y estoy en un viaje juntos, viendo y haciendo mucho, pero ciertamente no me quedo en ningún lugar por ningún período de tiempo.
Si está soportando una carga difícil, puede pesar aún más mientras mira a su alrededor toda la emoción de las vacaciones. Puede parecer que todos están felices, excepto tú.
Tal vez te preguntes cómo puedes celebrar cuando te sientes tan entumecido. ¿Puedo invitarte a mirar por encima del hombro la carta que le envié a mi amigo? Rezo para que sea un estímulo para ti.
No es de extrañar que la Navidad sea difícil para ti este año. La razón de la Navidad es la misma que siempre, y nada es más esencial para nuestras vidas que la encarnación.
Lo que es diferente para ti, espero, es que las tradiciones que terminamos alrededor del 25 de diciembre para hacerlo diferente de otros días, esas tradiciones y actividades no son nada para ti este año. De hecho, la idea de ellos probablemente pesa como un bulto de plomo en su vientre. ¡Y qué!
Los árboles no son nada. Las fiestas no son nada. Las luces no son nada. La música no es nada.
Sólo Cristo importa. Él es la única razón por la que puedes estar en cualquier tipo de viaje con Dios, que puedes tener algo que ver con Dios.
Sólo Jesús importa. Agárrense a eso. Una vez le dije a alguien en tiempos difíciles: "Solo quédate ahí". Pero ella me corrigió: "No solo estoy aguantando allí. Estoy tratando de aferrarme a Jesús".
Así que, por favor, sigan aferrándose a Jesús.
A veces, cuando las cosas van bien, podemos olvidar con demasiada facilidad que solo tenemos una fuerza segura, inamovible y confiable: Jesús, que fue un bebé una vez, y es siempre y para siempre Dios. Eso es lo que nos sostiene y nos mantiene, podamos o no llevar a cabo nuestras tradiciones.
Que nuestras decoraciones, regalos y festividades, o la falta de ellos, nunca bloqueen nuestra visión de Él, sino que siempre nos dirijan hacia Él.
Libro adaptado de Noel Piper, “Treasuring God in Our Traditions” y publicado en la edición del 3 de diciembre de 2003 de the Minnesota Christian Chronicle.
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