Cuatro Espejos Distorsionados del Ministerio
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Paul Tripp sobre Ministerio Pastoral
Traducción por Ruben Saenz Serrano
Debido a que todos nosotros somos tentados por la auto-suficiencia y pensamos que somos independientemente perfectos, todos somos atraídos a una visión sobre-inflada y exagerada de nosotros mismos. Para usar las palabras del apóstol Pablo, «no penséis de vosotros mismos más altamente de lo que debéis» Siempre queremos que nuestra rectitud sea reconocida y afirmada. Queremos que nos vean rectos y maduros. Queremos ser estimados. Por lo tanto somos atraídos a las cosas que parecen definirnos como parecidos a Cristo y maduros. Esencialmente, todos somos susceptibles de mirarnos en espejos distorsionados.
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El Espejo del Conocimiento
El conocimiento bíblico y la comprensión de la teología son muy importantes; después de todo, Dios escogió revelarse a sí mismo y a su plan en un libro. Es un libro que debes decidirte a conocerlo en todas sus formas. Es un libro que su tema es la verdad, en la cual debes crecer para entenderlo completamente. Debes ver la estructura de la verdad, esto es, cómo las verdades se entretejen y se conectan la una a la otra. Debes entender el flujo del plan de redención.
Pero el conocimiento bíblico no debe ser confundido con la verdadera fe o con la madurez espiritual. La fe es más de lo que haces con tu cerebro. El conocimiento no define la fe. Por ejemplo, puedes ser maduro en tu entendimiento de la soberanía de Dios, pero seguir viviendo una vida de temor porque en tu inmadurez has relacionado tu seguridad más a tu control que a las sabias reglas de Dios. Finalmente, la fe es una inversión del corazón que nos lleva a una manera nueva y radical de vivir.
El Espejo de la Experiencia
Mientras más tiempo estés en tu cargo, son más los bloqueos que has sorteado y más los golpes que has recibido, y más si sientes que ya has llegado. Ya no eres nuevo al toma y daca del ministerio en la iglesia. Ya no te sorprende, porque ya has visto todo. Tú sabes que el ministerio es una guerra, casi siempre más decepcionante que excitante. Tú sabes que tendrás detractores y partidarios. Tú sabes las presiones de balancear el ministerio y la familia. Tú sabes que la iglesia local tiene temporadas. Como pastor tendrás temporadas buenas y temporadas malas. Todas estas experiencias te hacen sentir más maduro.
Pero hay una diferencia crítica entre la sabiduría terrenal ganada por la experiencia, y la madurez espiritual. Tú podrás saber lo que va a suceder a continuación, pero no podrás manejar bien esas circunstancias, porque te falta madurez. Si todo lo que necesitamos para la madurez fuera experiencia, nosotros conoceríamos a mucha más gente madura, y Jesucristo no habría tenido la necesidad de venir a la tierra. La experiencia te puede enseñar algunas cosas, pero no tiene el poder de hacerte santo. Tristemente, cuando te dejas decepcionar por la experiencia, dejas a un lado tu dedicación para el cambio, porque piensas que no es necesario.
El Espejo del Éxito
El éxito en el ministerio de la iglesia local es el resultado de factores más profundos que las percepciones del líder, o que el planeamiento estratégico, o que las sensaciones del momento, o la habilidad para formar el equipo del ministerio y más que una visión convincente. Si los esfuerzos de nuestro ministerio no están impulsados por el poder de la gracia de Dios y aplicados por el Espíritu Santo, no servirán para nada. Es Cristo y solamente Cristo quien construye su iglesia.
Esto es algo que nos llena de humildad porque requiere que admitamos que no tenemos ningún poder para cambiar a nadie. No tenemos ninguna habilidad para hacer avanzar el reino de Dios. Por tanto el éxito del ministerio siempre dice más del Señor al que servimos, que de nosotros mismos. De hecho, el Dios de gracia bendecirá nuestros ministerios a pesar de nosotros por su celo por su iglesia y su dedicación a su gloria.
El Espejo de la Celebridad
Aquellos que solamente conocen tu ministerio a través de tu persona pública, que leen tus libros y artículos y que solo oyen tu voz en una conferencia o en un DVD, no pueden dar un punto de vista verdadero acerca de ti. Puedes tomar sus palabras de felicitación como bien intencionadas, pero carentes de verdad y de disposición espiritual. Ellos no te han visto en tu esfera privada, no conocen tu corazón, y no han tenido una entrevista con los que viven cerca de ti.
Dicho esto, sigue siendo tentador el escuchar mucho de tu propia prensa. Es tentador el pensar que has triunfado debido a que la gente te trata como si fueras algo especial. Es tentador el olvidar quién realmente eres. Las aclamaciones públicas son casi siempre la semilla del orgullo espiritual. El asunto de la madurez pastoral no puede ser contestado por una persona que te conoce y te aprecia, porque francamente, en realidad no te conoce bien.
Pastor, ¿te examinas diariamente, poniéndote humildemente ante el único espejo en el cual puedes confiar, el espejo de la Palabra de Dios? ¿O has caído en el hábito de mirar en los espejos distorsionados, los cuales siempre te darán una vista deformada de tu jornada espiritual? La cruz de Jesús te libera de la exposición al temor de la Escritura, porque la gracia de la cruz ha hecho provisión de todo aquello que la Biblia te revela.
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