Día de la Resurreción 2.0

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English: Resurrection Day 2.0

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Por Nancy Guthrie sobre Resurrección de Cristo

Traducción por Patricia Alvarado


El domingo experimentamos un agradable Día de la resurrección acompañado de música triunfante y radiantes celebraciones confiadas en que “¡Ciertamente ha resucitado!”

Pero cuando pensamos en ese primer día de la resurrección, nos damos cuenta de que nuestra experiencia es muy diferente a aquella de los primeros seguidores de Jesús. El registro de Lucas del descubrimiento de la tumba vacía no es seguido de una alegre celebración inmediata, sino de una conversación desalentadora:

Y he aquí que aquel mismo día dos de ellos iban hacia una aldea llamada Emaús, que estaba como a siete millas de Jerusalén, y conversaban entre si acerca de todas estas cosas que habían acontecido. (Lucas 24:13-14)

Después de haber sido testigos de lo que pasó a Jesús en Jerusalén, se hallaban confundidos, entristecidos y decepcionados de que quien pensaron sería El que vendría a salvarlos, hubiera sido humillado y crucificado, y según su juicio, rotundamente derrotado por las instituciones políticas y religiosas. “Pero nosotros esperábamos que Él era el que iba a redimir a Israel”, dijeron a un extraño que empezó a caminar con ellos (Lucas 24:21) sin darse cuenta que era Jesús. Ellos habían escuchado a Jesús enseñar, habían visto sus milagros y habían creído en Él. Y ahora no sabían que pensar. El que habían pensado habría de salvarlos aparentemente no pudo salvarse así mismo.

Lentos para Aprender

Cuando leemos como Jesús respondió a estos discípulos, tal vez detectemos un poco de frustración, del tipo de frustración que un papa experimenta con su hijo cuando le ha dicho mil veces lo mismo pero evidentemente nunca ha escuchado realmente:

Entonces Jesús les dijo: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara en su gloria? (Lucas 24:25-26)

A estos seguidores que han pasado años de su infancia estudiando el Torá con el Rabino y años en el templo escuchando conforme los pergaminos se abrían y se leían; Jesús estaba diciendo que si ellos realmente hubieran escuchado lo que los profetas escribieron, y que si ellos hubieran pasado de escucharlo a examinarlo, procesarlo y realmente creerlo, hubieran podido entender que al que Dios prometió enviar, los salvaría a través del sufrimiento, ya que esa verdad está entretejida en la totalidad del Viejo Testamento.

La identidad de Jesús confirmada

Jesús estaba diciendo que ellos debieron de haber entendido que su crucifixión no negaba su identidad como el Mesías sino que la confirmaba, ya que la muerte del Mesías estaba pronosticada, vislumbrada y estampada a lo largo de todo el Viejo Testamento. De hecho, cada porción del Viejo Testamento anticipa el sufrimiento y la gloria de Cristo a su propia manera.

La primera promesa en el Viejo Testamento de un “hijo” o descendiente de Eva, indica directamente su sufrimiento. Dios dijo que la serpiente “mordería su talón”. Así que desde la primera vez que se prometió al Salvador en el Viejo Testamento, estaba claro que El prometido padecería pero surgiría del sufrimiento victorioso, poniéndole fin al mal y al sufrimiento.

Tal vez esta promesa es cuando Jesús “comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras.” (Lucas 24:27). Tal vez continuó en Génesis 22 donde Abraham rinde cuentas, preparándose para ofrecer a Isaac, ayudándoles a ver como describía el sacrificio de su Padre para su Hijo amado. Tal vez, señaló a José y trazó su caída de sufrimiento en la esclavitud y el aprisionamiento así como su gloriosa exaltación al poder y les mostró como José, quien se convirtió en el salvador de todo el mundo por medio del sufrimiento y la humillación, reveló el patrón de como el sería el Salvador del mundo. Tal vez Jesús hizo su camino por el Éxodo, resaltando la muerte del cordero pascual, por Levítico y su sistema de sacrificios, por las escrituras de David quien describe su propio sufrimiento y exaltación en un lenguaje insuficiente que sobrepasó su experiencia hasta llegar a la de su bisnieto.

Un Orden Obvio

Estaba ahí para que ellos vieran. El sufrimiento precede a la gloria. La humillación llega antes de la exaltación. ¡El sufrimiento de la cruz y la tumba dio paso a la gloria de la resurrección! Confusión disuelta en entendimiento. Corazones rotos se convirtieron en corazones ardientes. La pena se transformó en júbilo.

Hoy el Día de la Resurrección es muy diferente a la que fue para esos seguidores en el camino de Emaús y para aquellos escondidos a puertas cerradas en Jerusalén. No solo tenemos todo el Viejo Testamento que nos prepara para entender el sufrimiento y gloria de Jesús, sino también, el Nuevo Testamento para extender nuestro entendimiento del mismo. La Biblia completa nos invita a compartir los sufrimientos así como la gloria de nuestro Salvador mientras infunde en nosotros una confianza sólida en que nuestros sufrimientos un día darán camino a la gran gloria.



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