Deleites Temporales del Pecado
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Fe
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado” (Heb. 11:24-25).
- Hebreos 11:24-25
Hoy continuamos con nuestro análisis de Moisés como un ejemplo de la fe perseverante. Primero, recordemos que incluso antes de que Moisés pudiera ejercer la fe por sí mismo, su madre y su padre fueron modelos de la fe para él. Por la fe lo escondieron durante tres meses, garantizando que este niño especial crecería hasta la edad adulta y se convertiría en un poderoso libertador del pueblo de Dios (Heb. 11:23).
El pasaje de hoy comienza una plática de la vida adulta de Moisés. Se nos recuerda en los versículos 24 y 25 que, cuando se convirtió en un adulto, Moisés se negó a ser conocido como el nieto de Faraón y optó por ser maltratado junto con el pueblo de Dios. Recuerde que Moisés permaneció consciente de su verdadera herencia israelita aún cuando él era un miembro de la corte egipcia como nieto del faraón. Fue esta herencia que Moisés escogió en vez del prestigio y el poder. Él pudo haber permanecido en su posición exaltada pero se identificó con el pueblo de Dios y obedeció el mandamiento de Dios de ir delante de Faraón por parte de ellos.
Moisés pudo haber permanecido en el poder. Él pudo haber razonado que estaba bien que él continuara en la corte egipcia porque José había sido miembro de alto rango de la corte y nunca fue condenado por retener su posición. Pero no fue un pecado para José permanecer en la corte egipcia porque Dios lo había puesto allí y ordenó que se quedara todo el tiempo que vivió con el fin de salvar al pueblo de Dios (Génesis 45:7-8).
Sin embargo, si Moisés hubiese permanecido él hubiera escogido los “deleites temporales del pecado” (Heb. 11:25) en vez de su recompensa eterna. En los días de Moisés, los egipcios persiguieron al pueblo de Dios y así el quedarse dentro del gobierno egipcio hubiera sido pecaminoso. Él habría elegido la bendición temporal en vez del camino del sufrimiento, que, aunque temporalmente doloroso, conduciría a la recompensa eterna. Pero Moisés no hizo esto, perseveró en la fe y siguió el camino del sufrimiento con su pueblo con el fin de huir del pecado.
Unos 1.400 años más tarde, Jesús enfrentó esta misma decisión. Se le ofreció la seguridad y bendición temporal si Él se hubiese desviado de la voluntad de Dios para Su sufrimiento y adorado al diablo (Lucas 4:5-8). Pero Jesús, el mayor Moisés, también evitó los placeres temporales del pecado por la fe y, al hacerlo, se convirtió en la persona que podría sufrir para redimir a Su pueblo.
Coram Deo
A veces optamos por permanecer en un lugar determinado porque creemos que podemos tener un gran impacto para Dios, incluso cuando sabemos que Dios nos está llamando a otra parte. A veces evitamos hacer caso al llamado de Dios, porque sabemos que puede llevar a la dificultad. Cuando Dios le llama a entrar a lugares difíciles, tiene que ir, aún si puede implicar el sufrimiento.
Pasajes para Estudio Adicional
Gén. 50:15-21
Ex. 2:11-22
Hechos 7:20-29
2 Tim. 1:8
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