Dios es más fuerte que tu terquedad
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Phillip Holmes sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Paola Montano
¿Qué fue lo que cambió tu corazón de la incredulidad a la fe en Jesús?
Es sorprendente hacerle esa pregunta a cristianos y ver cuán ansiosos están por darle la gloria a Dios, y no a ellos mismos. Lo cual es un muy buen instinto. Como dice John Piper, "Hay algo en la verdadera gracia en el corazón del creyente que nos hace querer dar toda la gloria a Dios”. Muchos de nosotros hemos descubierto que, a veces, nuestra experiencia del poder de la gracia de Dios supera con creces la explicación teológica de la misma.
John Newton, autor de "Sublime Gracia", era un hombre horrible y malvado cuyo corazón fue capturado por Dios. Reflexionando sobre su estilo de vida como incrédulo, escribió: "No solo pequé con mano engérgica, sino que me propuse tentar y seducir a los demás en cada ocasión: busqué ansiosamente ocasiones para mi propio peligro y daño" (Memorias, 13). Newton es uno de los muchos ejemplos de que la fuerza de Dios es capaz de superar toda terquedad y depravación.
Mientras luchaba con el calvinismo, me enfrenté a este dilema y esta tensión. Ya había aceptado que el hombre es totalmente depravado basándome en lo que leí en las Escrituras, y porque sabía (muy bien) el estado de mi propio corazón y mis propios fracasos.
¿Qué me hizo creer? ¿Quién abrió mis ojos? No puedo llevarme el crédito de mi salvación así como Lázaro no puede llevarse el crédito de su resurrección. Al igual que Newton, sabía que había sido malo, que estaba espiritualmente muerto en pecado desde mi nacimiento físico. Pero algo cambió dentro de mí. Creo que la mayoría de los cristianos, si son presionados con esta pregunta, reconocerían que algo milagroso les sucedió. Dios es glorificado cuando solo su gracia recibe el crédito por nuestra salvación.
Resistimos la salvación
Cuando hablamos de una gracia irresistible, no estamos diciendo que es imposible resistir la voluntad y la influencia de Dios. En el Nuevo Testamento se nos advierte, "no apaguéis el Espíritu", y "no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios" (1 Tesalonicenses 5:19; Efesios 4:30 LBLA). En el sermón de Esteban en Hechos 7, él llama a sus oyentes “duros de cerviz” e “incircuncisos de corazón y de oídos”, diciéndoles "resistís siempre al Espíritu Santo”.
Todos somos culpables de ser resistentes al Espíritu. La pregunta es si Dios nos dejará en nuestra obstinada y desamparada situación de pecado. ¿Nos abandonará Dios en nuestra resistencia, o su gracia se abrirá paso a pesar de ello?
Dios es activo en la salvación
John Piper escribe: "La gracia irresistible significa que la resistencia que todos los seres humanos ejercen contra Dios todos los días (Romanos 3:10-12; Hechos 7:51) es maravillosamente superada en el momento oportuno por la gracia salvadora de Dios hacia rebeldes que no la merecen, a quienes Él libremente elige salvar" (Cinco puntos, 16).
La gracia de Dios, según Charles Hodge, "no se puede resistir, más que el acto de la creación. El efecto sigue inmediatamente a la voluntad de Dios, como cuando dijo que sea la luz, y hubo luz” (Teología Sistemática, 688).
Nuestro pecado fue transmitido desde Adán, infectándonos internamente con el mal. La Biblia nos enseña algunas cosas sobre nuestra naturaleza pecaminosa como seres humanos:
- El corazón humano es engañoso y sin remedio. (Jeremías 17:9)
- Estamos muertos en nuestros pecados. (Efesios 2:1)
- El evangelio es necedad para aquellos que están muertos en sus pecados, y no aceptaremos las cosas de Dios a menos que suceda una obra sobrenatural. (1 Corintios 1:18)
Pero la gracia de Dios se mueve para restaurar todo lo que estaba mal, dándonos un deseo por Dios mismo y todo lo que es suyo. Cuando somos salvos, Él comienza a reparar internamente lo que se corrompió a través de Adán. Ahora podemos verlo como nuestro mayor bien, nuestra máxima fuente de gozo. La Biblia revela un Dios que trabaja activamente como un médico dentro de los corazones y las mentes de su pueblo elegido para efectuar nuestra salvación, no sólo ofrecerla.
- Dios el Padre atrae a todos los que se acercan a Dios el Hijo. (Juan 6:44)
- Dios nos da el conocimiento que todos tenemos sobre él y su gloria. (2 Corintios 4:6)
- Dios nos da vida juntamente con Cristo. (Efesios 2:5)
- Dios nos liberó del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado. (Colosenses 1:13)
Los escépticos podrían atacar la doctrina de la gracia irresistible, citando las palabras de Jesús en Juan 12:32: "si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo”. Sin embargo, el uso de "todos" en todo el Evangelio de Juan presenta serios problemas con el uso de este versículo como una objeción (Cinco Puntos, 28).
La promesa de Jesús al final de Juan 6:44 nos muestra que su uso de la atracción es efectivo: eficaz, autoritario y exitoso. Al final del versículo 44, Jesús dice, “y yo lo resucitaré en el día final". Lo se refiere a la persona que fue atraída. Jesús no deja lugar a dudas de que aquellos a quienes el Padre atrae están sellados para el día de la redención. Entonces, el todos en Juan 12:32, dentro de su contexto, no se refiere a cada persona que haya existido. La frase todos significa todo tipo de personas: judíos y gentiles.
Dios es más Glorificado
Le debemos a Dios toda la alabanza y las gracias por su obra en nuestra salvación. Somos menos capaces de salvarnos a nosotros mismos de lo que es capaz de conducir un ciego. Menos capaces que un camello de entrar por el ojo de una aguja. Pero Dios bondadosamente nos rescató y nos dio nuevos corazones.
La capacidad de Dios para cambiar al peor de los pecadores da esperanza para todos. Esta realidad debería hacernos valientes al proclamar el Evangelio a nuestro prójimo. Dios es capaz de salvar al peor ser humano que conoces. Después de todo, salvó al peor ser humano que conoces - tú. Qué dulce es saber que la conversión de una persona no se basa en la elocuencia del presentador o la bondad de ese individuo, sino únicamente en la gracia soberana de Dios.
Si la depravación total es el gran ecualizador de la humanidad, la gracia irresistible podría considerarse como el equivalente salvador para la iglesia. A través de esta verdad, sólo Dios es glorificado y ampliamente valorado por todos.
La próxima vez que des tu testimonio, que toda la gloria sea para Dios por el cambio que ha sucedido dentro de ti. Dios es más glorificado cuando no es simplemente un asistente de nuestra fe, sino el autor y consumador.
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