El Sufrimiento Me Reveló lo Débil que Era

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English: Suffering Revealed How Weak I Was

© Desiring God

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Por Paul Tripp sobre Sufrimiento

Traducción por Alfonso Rodriguez Sauza


Contenido

Lo que Aprendí del Fallo Renal.

19 de octubre del 2014… es un día que nunca olvidaré. Es el día en que mi vida cambió para siempre.

Me dirigí al hospital con lo que parecían ser síntomas leves, y en un abrir y cerrar de ojos, fui internado en lo que terminaron siendo 10 días insoportablemente dolorosos. Nunca seré capaz de describir fielmente el dolor que sentía. Este era un tipo de dolor que nunca pensé que podía existir, y después de un espasmo particularmente horrible, y que duró más de lo usual, me le quedé viendo a Luella, mi esposa, y le dije que quería morir.

Me encontraba en una insuficiencia renal aguda, y de haberme esperado otros siete a diez días más para ir al hospital, no estaría aquí escribiendo este post. Cuatro años y seis cirugías después, mis síntomas ahora son lo más manejables posibles, pero he quedado como un hombre físicamente dañado.

Corazones Siendo Atacados

Mi experiencia traumática, y los resultados que tuvieron lugar que cambiaron mi vida, fueron y son físicos. Pero mi experiencia de sufrimiento y tu experiencia de sufrimiento nunca se limitarán simplemente al terreno físico.

El sufrimiento es emocionalmente desgastante, además de espiritualmente asfixiante; es guerra espiritual. El sufrimiento nunca es sólo un asunto del cuerpo, porque siempre es una cuestión del corazón. Cuando tú sufres, tu corazón está bajo ataque. El padecimiento nos lleva al límite de nuestra fe. Nos lleva a pensar en cosas que no habíamos contemplado antes y, quizás, hasta a cuestionar cosas que considerábamos resueltas en nuestros corazones.

Por si no te has dado cuenta, no eres una máquina. Si se da una disfuncionalidad en un motor, este no siente tristeza, no siente la tentación de preocuparse, no comienza a cuestionar creencias arraigadas, o a desear tener la vida de otra máquina, y no le interesa lo que le depara el futuro.

Por el glorioso diseño de DIOS, todo lo que hacemos sale del corazón (Proverbios 4:23; Marcos 7:14-23; Lucas 6:43-45). Pero muchos de nosotros, mientras combatimos contra la causa aislada de nuestro sufrimiento, se nos olvida pelear por nuestro corazón. Al hacer esto, nos dejamos expuestos y vulnerables a dolores, espirituales y emocionales, más complicados, de mayor duración y cada vez más angustiantes.

Al Descubierto por causa del Dolor

Me embarga la humildad al tener que admitirlo, pero mi experiencia física me trajo dos cosas. Primero, sacó a la luz el ídolo del ego que yo no sabía que estaba dentro de mí. Tres años antes de que me enfermara, perdí 18 kilos, cambié toda mi relación con la comida, y comencé a ejercitarme con más agresividad.

Funcionó. Mantuve mi nuevo peso y me sentí más joven y con más energía, como no me había sentido en años. Viajaba cada fin de semana a conferencias por todo el mundo y, cuando no estaba absorto haciendo esto, escribía libro tras libro. Ahora que reflexiono sobre todo lo que pasó, veo que me consideraba invencible. No era un hombre joven, pero me sentía en mi mejor nivel.

Cuando me di cuenta de que estaba muy enfermo y que la debilidad y la fatiga me acompañarían para el resto de mi vida, el golpe no fue sólo físico, pero también emocional y espiritual. No sólo sufrí dolor físico, pero también, y de un modo más profundo, la muerte de mi falsa ilusión de invencibilidad y la vanidad de ser alguien altamente productivo. Estos son problemas de identidad a la vez sutiles, pero profundamente arraigados. Si alguien me hubiera preguntado entonces, les habría contestado que mi identidad estaba firmemente anclada en CRISTO, y hay formas significativas en que sí lo estaba. Pero, por debajo de todo, se encontraban artefactos de autosuficiencia.

La siguiente maravillosa (y dolorosa) cosa que reveló mi experiencia fue mi falta de fe para depender absolutamente en DIOS. La debilidad simplemente demuestra aquello que ha sido cierto desde el principio: que dependemos totalmente en DIOS para la vida, para respirar y para todo lo demás.

Pablo dice en II de Corintios 12:9, que él hace alarde de sus debilidades. Él llego a comprender que el Poder de DIOS se hace perfecto en sus debilidades como hombre. Mira, tú y yo no debemos tenerle miedo a la debilidad. A lo que debemos temer, es a nuestro espejismo de fuerza. La gente que es fuerte tiende a no buscar ayuda, porque creen que no la necesitan. Cuando ha quedado patente que eres débil, es entonces cuando aprovechas los inagotables recursos del poder divino que son tuyos en CRISTO. En mi debilidad, llegué a descubrir la fortaleza que nunca había conocido antes.

Ningún Valle Demasiado Profundo

¿Estas sufriendo ahora mismo? Si no es así, llegará el día en que sí. Y mientras eso sucede, ve a tu alrededor, porque, alguien cercano a ti sí lo está. En medio de tu dolor o el dolor de alguien más, no descuides el corazón y las batallas espirituales y emocionales que luchan desesperadamente por controlarte.

Recuerda que las cosas dolorosas con las cuales lidiamos no son un accidente trágico, mala suerte, o una indicación de un fracaso masivo del Plan de DIOS. Fíjate como la biblia habla de nuestra experiencia en el aquí y ahora:

“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros. Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.” (2da de Corintios 4:7-10).

DIOS nos deja en este mundo roto porque lo que produce en nosotros es mucho, mucho mejor que la vida cómoda que todos queremos. No siempre he sentido así, pero es cierto que, en nuestro sufrimiento, DIOS no nos está echando una carga de carencia a las espaldas, sino, más bien, en SU Misericordia, nos está dando más.

Y llénense de esperanza… las escrituras nunca desvaloriza o mira con desprecio al que sufre, nunca se burla de nuestro dolor, nunca hace oídos sordos a nuestros lamentos, y nunca nos condena por causa de nuestras luchas. La biblia le presenta al que sufre a un DIOS que nos entiende, al que le importamos, que nos invita a que vengamos a ÉL por ayuda, y que promete que un día Él acabará con todo tipo de sufrimiento de una vez para siempre.

Tu SEÑOR está en ti, ÉL está contigo, y está aquí y ahora por ti. Así que, con la valentía que nos da el evangelio, sigue caminando hacia adelante con fe, sabiendo que no hay valle tan profundo o sufrimiento tan grande que sobrepase la gracia de DIOS en CRISTO.


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