El Vituperio De Cristo
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Fe
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón” (Heb. 11:26).
- Hebreos 11:26
Hay pocos personajes más asociados con el antiguo pacto que Moisés, el elegido por Dios para sacar a Su pueblo de la esclavitud en Egipto. El antiguo pacto estaba tan estrechamente asociado con Moisés que en los tiempos del Nuevo Testamento uno podía decir, “¿Qué escribió Moisés?” en lugar de “¿Qué dice la Ley?” (ver Marcos 10:3).
Porque Moisés es tan fundamental para el antiguo pacto, no es de extrañar que el autor de la epístola a los Hebreos explica cómo él es un modelo de fe perseverante. Recuerde que el público original de esta epístola quería volver al antiguo pacto. Querían volver a las observancias ceremoniales de la ley, porque estaban sufriendo persecución y desgracia por llevar el nombre de Cristo. Ellos pensaron que podían ser fieles al ejemplo de Moisés si regresasen a la Ley y la seguían exactamente como fue dada.
El público original quería apartarse del vituperio de Cristo. Querían apartarse y dejar la desgracia que Él les dio regresando al sistema del antiguo pacto. Sin embargo, el hacerlo no evidenciaría la misma fidelidad que su héroe, Moisés, sí evidenció. Hebreos 11:26 nos dice que en lugar de apartarse del vituperio de Cristo, Moisés lo abrazó. De hecho, consideró este vituperio “una mayor riqueza que los tesoros de Egipto.”
El versículo 25 nos dice cómo Moisés abrazó este vituperio. Moisés rechazó la corte del Faraón y se identificó con el sufrimiento de su pueblo, quienes fueron avergonzados por el sufrimiento bajo la esclavitud en Egipto. Al dejar su posición de prestigio por el escarnio, imitó a Jesús, quien dejó los privilegios de la gloria y se identificó con el sufrimiento de Su pueblo bajo la esclavitud de gobiernos paganos. Además, Jesús también llevó la desgracia de ser rechazado por Su pueblo y por el mundo cuando murió en la cruz por aquellos quienes le odiaban.
De alguna manera pequeña, Moisés compartió en estas desgracias cuando dejó la casa de Faraón para interceder por Israel. Moisés pudo hacer esto porque tenía en la mira su recompensa (v. 26). Sabía que esta desgracia sería sólo temporal, pero la recompensa que Dios ofrece sería eterna. Esta es la perspectiva de la fe perseverante que, en anhelo ardiente de la recompensa eterna, lleva con orgullo las desgracias temporales y el rechazo que vienen con el seguir a Cristo.
Coram Deo
¿Usted ha abrazado el vituperio de Cristo? ¿Considera la vergüenza que podría venir por seguirle, a los ojos del mundo, como más grande que todo lo que el mundo tiene para ofrecer? Tome algo de tiempo para mirar su vida, y vea si hay maneras en la que puede soportar más visiblemente el vituperio de Cristo. Orando, pídale a Dios que le ayude a hacerlo.
Pasajes para Estudio Adicional
Jer. 20:1-2
Mat. 6:19-21
Marcos 13:13
2 Cor. 12:10
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