La Iglesia Deliberante/Aplicando el Principio Regulador

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English: The Deliberate Church/Applying the Regulative Principle

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Por Mark Dever sobre Liderazgo Espiritual
Capítulo 12 del Libro La Iglesia Deliberante

Traducción por 9Marks


Contenido

Introducción

Jesús esta edificando Su Iglesia, y el lo esta haciendo por el poder de Su propia Palabra (Mat. 16:18; Rom. 1:16; 10:17). El también regula la adoración de la iglesia por la misma Palabra, gentilmente nos informa como debemos acercarnos a El. ¿Cómo debemos entonces estructurar nuestras reuniones de adoración dominicales matutinas en una manera que reflejen el compromiso de Dios para formar la iglesia mediante Su Palabra?[1] Los líderes de la iglesia quienes e han comprometido a ver reformada la iglesia de acuerdo a la Palabra de Dios a través de la historia han tenido un método común: leer la Palabra, predicar la Palabra, orar la Palabra, cantar la Palabra, ver la Palabra (en las ordenanzas)[2]. A menudo es referido por los teólogos como los elementos de la adoración corporativa, estos cinco principios son esenciales en la vida corporativa, en la salud, y la santidad de cualquier iglesia local[3].

Lea la Biblia

“Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.” (1 Tim. 4:13). Dios les ha ordenado a los pastores a ver que la Escritura sea regularmente leída en la asamblea pública de la congregación. ¡La Escritura es poderosa –aun cuando la persona que la lee no trata de explicarla (Jer. 23:29; 2 Tim. 3:16; Heb. 4:12)! Tomar tiempo en nuestros servicios dominicales matutinos para leer la Escritura en voz alta, sin comentarla, cada semana, expresa el valor que le ponemos a la Palabra de Dios. Dice que estamos ansiosos de escuchar la Palabra del Señor –la deseamos. Reconoce que la vida y el crecimiento de nuestras iglesias locales dependen del poder de la Palabra de Dios, y de que realmente creemos que “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mat. 4:4). Reconoce nuestra propia debilidad de que continuamente necesitamos ser recordados de lo que Dios dice. Dice que deseamos escuchar la Palabra de Dios, sentándonos bajo ella con el fin de ser instruidos, valorar y evaluarnos por ella. Dice que deseamos estar de acuerdo con su presentación de la realidad y con su estimación y criterio sobre nosotros. Dice que deseamos someternos a sus veredictos y mandamientos sin reservas. Pero si la lectura pública de la Escritura nos dice todo esto, ¿Qué estamos diciendo si la descuidamos?

Predique la Biblia

“Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Tim. 4:2). Dios ha mandado a los pastores a predicar la Palabra con regularidad. La predicación de la Palabra de Dios es el método ordenado de Dios para comunicar el evangelio a los pecadores (Rom. 10:14-17; cf Hechos 8:4). Pastorear es en última instancia acerca de asegurar la salvación para nosotros y para los demás. (1 Tim. 4:13-16). Pero no podemos hacer tal trabajo sin dedicarnos a predicar y a enseñar. Esto es verdad porque el evangelio es lo que asegura la salvación (Rom. 1:16). Deje de predicar este evangelio, y usted comprometerá su responsabilidad en asegurar la salvación de las almas que Dios le ha confiado.

Por esta causa la dieta regula de predicación evangelística expositiva es crucial. No necesitamos predicar solo un mensaje de salvación cada semana –las personas necesitan carne, no solamente leche (Heb. 5:11-14). No necesitamos ni presentar solo el punto de un pasaje cada semana, aislado de las amarras del evangelio (1 Cor. 2:1-5). Nuestras iglesias necesitan una dieta consistente de sermones que presenten el evangelio y sus implicaciones como la obra natural de hacer del punto de un pasaje bíblico el punto de cada sermón individual. Jesús dijo que toda Escritura en ultima instancia es acerca de El (Lucas 24:27, 45-47). El nos ha dado tanto el permiso como el mandato de leer toda la Biblia con los lentes del evangelio –y luego predicar el evangelio predicando el punto del pasaje, dirigiendo tanto a creyentes como a inconversos con la verdad, el poder y las implicaciones.

Ore la Biblia

“Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres” (1 Tim. 2:1). Este mandamiento ha sido dado al principio de un capítulo que da instrucción sobre la adoración corporativa y la organización. Pablo quería que estas oraciones fueran materia prima en el liderazgo de Timoteo de la adoración corporativa regular. Jesús citó a Isaías diciendo que: “mi casa será llamada casa de oración” (Mat. 21:13). Dios ha ordenado a los pastores a guiar sus congregaciones en oración pública. Todo lo que sucede por delante en la iglesia es parte del ministerio de enseñanza de la iglesia. Usted puede enseñar a los miembros de su congregación como orar bíblicamente, enseñarles como orar en todo tiempo, o enseñarles a no orar en todo, solo por cuanto tiempo usted le abra camino a la oración en el servicio y como llene ese tiempo.

La Escritura nos enseña como orar. Orar la Palabra de Dios apoyándonos en El en la asamblea corporativa indica que queremos acercarnos a El en Sus términos, no en los nuestros, y de acuerdo a como El se ha revelado que es, no en quien nosotros preferimos que El debe ser. Seríamos sabios en incorporar el patrón de oración de los Hechos en nuestros servicios de adoración corporativos. Intercaladas con canciones, lecturas bíblicas, y aun lecturas corporativas de confesiones cristianas históricas[4], podemos tener oraciones, solemnes, humildes, y saturadas de Escritura de Adoración, Confesión, Gratitud y Súplica. La oración de confesión sería una confesión corporativa de las maneras en que hemos pecado en contra de Dios desde la ultima vez que nos reunimos, particularmente enfocándonos en maneras que hemos desobedecido un pasaje leído en público de la Escritura, de los Diez Mandamientos, o de un pasaje que sea predicado en esa mañana[5]. La oración de Dar Gracias se enfoca en expresar Gratitud tanto por los dones físicos como los espirituales que Dios nos ha dado. Y la oración de Súplica funciona como la oración pastoral al traer el pastor las necesidades de la congregación delante de Dios, ora por las autoridades públicas, ora por la iglesia local de las prioridades de las oraciones de Pablo por las iglesias, y posiblemente ora por los puntos principales del próximo sermón para la congregación[6].

Tales oraciones reconocen nuestra dependencia corporativa de Dios. No solo ayuda las personas a una adoración corporativa equilibrada sino a modelarlos en madurez y reverencia al acercarse a Dios en oración. Si usted esta pastoralmente frustrado que su iglesia no es una iglesia de oración, pregúntese así mismo: ¿pueden verme modelándolo?[7].

GABINETE DE ESTRATEGIA
  1. ¿Incluyen sus servicios de la iglesia dominicales matutinos los cinco elementos de adoración (leer, predicar, orar, cantar y ver la Palabra)? Si no ¿Por qué no?

    2.  ¿Cómo puede usted comenzar a trabajar en incorporar los elementos que no están actualmente presente?

Cante la Biblia

“Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efes. 5:19). A toda la iglesia de Efeso se les ordenó la edificación de uno a los otros y adorar a Dios a través del canto. Parte el liderazgo pastoral, pues, es facilitar esta clase de adoración edificante. Pero una vez más, Jesús usa Su Palabra para construir o edificar Su iglesia. De esta manera tiene sentido que solo se entonen cantos que usan Su Palabra tanto generosamente como exacta. Tanto más se aplique la teología, frases y alusiones bíblicas, será mejor -porque la Palabra edifica la iglesia, y la música nos ayuda a recordar la Palabra, la cual parece que rápidamente la olvidamos.

Ciertamente esto nos significa que usted tiene que usar solo himnos y cantos antiguos. Hay en realidad mucha sabiduría y edificación al utilizar una variedad de estilos musicales con el fin de que los gustos musicales de las personas se amplíen con el tiempo con la exposición más amplia de diferentes géneros y preferencias musicales basadas en tradición y experiencias personales. Esta amplia exposición puede ayudar a limitar la intensidad de las preferencias musicales de las personas basadas en tradiciones y experiencias personas, tal cambio disminuirá la probabilidad de división o el conflicto sobre los asuntos de ámbito musical. Una planificación cuidadosa aquí puede ayudar a desactivar las bombas más notorias de las “guerras de adoración”.

Significa, sin embargo, que usted como pastor debe discernir teológicamente en lo que usted fomente y guíe a cantar a su congregación. También significa que usted debe mostrar valentía en no permitirse a sí mismo a ser guiado por las preferencias musicales de la cultura o de la congregación, o aun por la pasión del director de música, sino por el contenido teológico de los cantos y su potencial de edificación. La edificación –edificar personas– sucede cuando las personas son alentadas a entender y aplicar el evangelio mas bíblicamente, no necesariamente cuando ellas son guiadas a una experiencia emocional o al alentarlas a identificar una expresividad temporal emotiva en la adoración.

Las letras hacen que la música tenga poder de formación porque ellas son memorables. Use cantos que llenen nuestras mentes con el carácter de Dios, que formen nuestra cosmovisión por la verdad de Dios, y esto nos enseñará el significado bíblico y las implicaciones personales de Su evangelio. Así como en la oración, así también aquí, todo lo que sucede al frente en las reuniones corporativas es una función del ministerio de enseñanza de la iglesia. Como la principal enseñanza del pastor, es por tanto su responsabilidad de pastorear la congregación a pastos verdes de cantos teo-céntricos y centrados en el evangelio, y alejarlos de los planos áridos de la vacuidad teológica, de meditaciones de la experiencia humana y del frenesí emocional. El mejor de los himnos y el mejor de los más modernos coros de adoración son aquellos que fijan nuestra mirada lejos de nosotros mismos hacia el carácter y evangelio de Dios[8]. Practique discerniendo la diferencia, y sea cuidadoso acerca de lo que este usted enseñando a través de la música que usted aliente a las personas a cantar. Si es posible, niéguese a entregar esta responsabilidad a otra persona. Dios nos mantendrá responsables de este aspecto de nuestros ministerios de enseñaza también –aun si decidimos delegarla (Heb. 13:17).

Vea la Biblia

“Haced esto en memoria de mí” (Luc.22:19). Las ordenanzas son las presentaciones dramáticas del evangelio. Ellas son las películas que representan las realidades espirituales del evangelio, escritas y dirigidas por Jesús mismo. El pan y el vino en la Cena del Señor ilustran el cuerpo molido y la sangre vertida por la remisión de nuestros pecados, un recordatorio visible de la obra de Cristo en la cruz para nuestro beneficio (Lucas 22:19-20). En la misma manera, el bautismo ilustra nuestra muerte espiritual al pecado, nuestra sepultura con Cristo y nuestra resurrección con El a la nueva vida (Rom. 6:3-4). En las ordenanzas, entonces, es donde vemos representado el evangelio, y nuestra participación en ella dramatizada. Ellas son donde la promesa de la Palabra de Dios nos habla en forma tangible –tocamos y probamos el pan y el vino; sentimos las aguas del bautismo. Ellos son los medios de gracia instituidos por Jesús y que Dios usa para asegurar a Su pueblo de la fiabilidad de Su evangelio y de la realidad de nuestra participación en ello[9].

Las ordenanzas son las señales visibles y sellos de la participación en el Nuevo Pacto. Después de una correcta predicación de la Palabra de Dios, la correcta administración de los sacramentos es lo que mas visiblemente marca nuestra iglesia del mundo. Así pues es especialmente importante que el pastor sea fiel aquí. En parte, la fidelidad en administrar las ordenanzas significa requerir el bautismo para la membresía de la iglesia. El bautismo es la representación física de la conversión espiritual. Es la primera señal externa de la membresía en el Nuevo Pacto, identificándonos con el pueblo de Dios. Así mismo, debe ser el primer requerimiento físico para la membresía de la iglesia.

La fidelidad aquí implica también que estamos ejercitando la disciplina de la iglesia cuando es necesaria –finalmente protegiendo a las personas de tomar la Cena del Señor si están actualmente involucrados en pecados escandalosos e impenitentes, o si son razonablemente sospechosos de esconder pecados sin arrepentirse o por un descuido prolongado de asistir a la iglesia. Tales pecados ponen en cuestión la autenticidad de la profesión de un miembro. El pastor concienzudo, excluyendo a ese miembro de la Mesa, advertirá a tal persona “que el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí” (1 Cor. 11:29).

Tomando ese cuidado en nuestra administración de las ordenanzas nos ayudará a prevenir falsas conversiones, protegiendo la naturaleza regenerada de nuestra membresía de la iglesia, impidiendo la inmoralidad desenfrenada, anticipándose a los cargos de hipocresía, haciendo de nuestro evangelismo más atractivo y más consistente en nuestro testimonio.

GABINETE DE ESTRATEGIA
  1. ¿Por qué es el responsable el pastor de la música que se canta en la iglesia?
  2. ¿Existen canciones en el repertorio de su iglesia que mal enseñen a su congregación?
  3. ¿Están jugando su rol importante las ordenanzas en su iglesia? ¿Hay algo que las ha reemplazado?

En Múltiples Servicios

Otra manera en que podemos “ver la Biblia” es en la vida corporativa de la congregación que se vive junto. Muchos hoy en día de hoy creen que una iglesia puede hacer todas las cosas mencionadas arriba mas efectivamente usando múltiples servicios dominicales matutinos. Algunos utilizan múltiples servicios para ofrecer múltiples estilos de música de adoración como un medio para atraer mas personas. Otros han experimentado una explosión numérica de crecimiento que con el formato de servicios múltiples parecen ser la única respuesta que prácticamente se acomoda a este suceso inesperado. La iglesia Bautista de Capitol Hill en donde sirvo en Washington, D.C. esta pasando por algunas de estas dificultades de crecimiento mientras escribo.

Reconociendo la posibilidad amplia de desacuerdo, disfrutando una comunión cercana con las iglesias que tienen múltiples servicios dominicales, y experimentando le dificultades logísticas que algunas ocasiones hacen que los servicios múltiples sean inevitables, aun estamos renuentes a usar el formato de múltiples servicios en las reuniones del domingo por la mañana.

La principal razón es que la iglesia es solo una reunión. La palabra griega “iglesia” es ekklesia, la cual en el Nuevo Testamento también se refiere a una reunión simple de personas quienes no son el pueblo de Dios[10]. Por definición y por uso, una ekklesia es una singularidad corporativa –un grupo de personas quienes están en un mismo lugar al mismo tiempo. La definición de la palabra “iglesia”, entonces, hace difícil adoptar múltiples servicios como un formato para la principal “reunión” semanal de los miembros de la iglesia. ¿Son las reuniones múltiples la mejor manera de reflejar la unidad corporativa o la singularidad de la iglesia? ¿Son la mejor manera de facilitar la reunión singular del pueblo de Dios en el mismo lugar al mismo tiempo? ¿Pueden las reuniones múltiples realmente constituir múltiples iglesias?

La manera en que Lucas y Pablo hablan acerca de las reuniones corporativas de la iglesia, suenan como si cada uno en la iglesia esta presente. Aun con una iglesia de tres mil miembros “Todos [pantes] los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas” y “perseverando [todos los creyentes] unánimes [homothumadon] cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón” (Hechos 2:44, 46)[11]. Lucas nos recuerda que “estaban todos unánimes [homothumadon hapantes] en el pórtico de Salomón” (Hechos 5:12). En Hechos 15:22 “los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia” [sun hole te ekklesia] decidieron enviar a Pablo y a Bernabé a Antioquia. Y en 1 Corintios 14, donde Pablo intenta proporcionar enseñanza autoritativa con respecto a la asamblea corporativa, el establece la escena diciendo: “Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar [ean oun sunelthe he ekklesia hole]…” (v. 23)[12].

Es interesante, también, que muchas de las imágenes bíblicas para la iglesia son unidades corporativas. La iglesia local es en varias ocasiones referida como un solo rebaño compuesto de muchas ovejas (Hechos 20:28), un cuerpo compuesto de muchos miembros (1 Cor. 12:14-27), un templo compuesto de muchas piedras (Efes. 2:19-22), una familia compuesta de muchos miembros (Efes. 2:19).
Una vez más, reconociendo y aun experimentando todas las dificultades que vienen con el crecimiento numérico en una ubicación en el centro de la ciudad sin salida al mar, limitarnos a un formato de un servicio para la principal reunión semanal del domingo por la mañana, parece una implicación buena y necesaria según la información bíblica.

Todo lo que se ha mencionado, si la iglesia al cual usted sirve tiene múltiples servicios, sería sabio no apresurarla a cambiarla a un servicio. Enseñe. Cultive una mentalidad unida diversificada, primero entre otros líderes, y luego, a través de ellos, entre el resto de la congregación. ¡Este no es un asunto sobre el cual usted divida la iglesia! Esta es una creencia plena de ideología. No es una convicción, como la divinidad de Cristo, sobre la cual debemos romper la comunión por el desacuerdo. Ni es una mera opinión, como lo debe ser el color de la alfombra. Es una ideología –evaluamos la información bíblica y habiendo sido persuadidos que una conclusión en particular es justificada. Aunque no es una cuestión que toca la doctrina de la salvación, es aun una cuestión de cierta importancia citada escasamente –mas creemos sólidamente- en la Escritura. Debemos buscar de persuadir a otros, como lo hemos hecho aquí, para la edificación de la iglesia. Pero fracturar la unidad de la iglesia sobre una cuestión como esta sería injustificable.

  1. Lo siguiente asume que el propósito de la reunión dominical matutina es primariamente la edificación, y secundariamente el evangelismo. Vea el capítulo 9 para una breve defensa de dar prioridad a la edificación los domingos por la mañana.
  2. J. Ligon Duncan III, en Philip Ryken, Derek Thomas y J. Ligon Duncan III, eds., Give Praise To God: A Vision for Reforming Worship (Dad Gloria a Dios: Una Visión para Reformar la Adoración) (Phillipsburg, N.J.: Prebyterian & Reformed, 2003), 65.
  3. Antes de tratar de dar una idea de lo que distingue a su iglesia de las demás iglesias locales, usted debe establecer lo que distingue su iglesia del mundo. Ser moldeado y reformado de acuerdo a la Palabra de Dios, es la única respuesta que se da, porque es la aceptación y aplicación de la Palabra de Dios, especialmente condensada en el evangelio, lo que siempre ha marcado al pueblo de Dios del mundo (Gen. 12:1-3; Ex. 19:5-6; Deum. 12:29-32; esp. Juan 17:14; Efes. 4:17-24).
  4. E.g., El Credo Niceno de 325 A.C., su forma más común de 381, de la Confesión Belga de 1561. la lectura corporativa de los credos cristianos nos recuerda que no confesamos a Cristo en un vacío histórico, y nos es de ayuda prevenirnos del esnobismo cronológico de que somos mejores porque vivimos después de la historia.
  5. La oración de confesión es mejor seguida por una seguridad del perdón leída directamente de la Escritura para que las personas no se vaya guardando luto en sus pecados, sino regocijándose en la misericordia de Dios por haber sido perdonados.
  6. Sobre orar las oraciones de Pablo vea D.A. Carson, A Call to Spiritual Reformation (Un Llamado a la Reforma Espiritual) (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1992)
  7. Usted podría considerar tener ancianos u otros líderes orar cualquiera de estas oraciones excepto la oración pastoral. Teniendo otros ancianos orando públicamente sirve para entrenarlos al liderazgo público espiritual, establecer su autoridad a los ojos de la congregación, y dar a la iglesia un sentido mas seguro de ser pastoreado por una pluralidad de líderes santos quienes equilibran las debilidades del pastor. Usted también puede considerar tener algunas de estas oraciones preparados de antemano. Lejos de ser “enlatadas”, las oraciones preparadas pueden modelar mejor la fidelidad bíblica y la riqueza en loas oraciones, y pueden también ayudar a evitar las vergüenzas públicas comunes de pausas largas involuntarias, repeticiones o tartamudeos. La preparación de la oración pública no apaga las bendiciones del Espíritu Santo y la articulación de la Palabra, no solamente la espontaneidad.
  8. Los recursos que he encontrado que son de más ayuda son The Baptist Hymnal (El Himnario Bautista), (Nashiville: Convention Press, 1991); Songs of Fellowship (Cantos de la Comunidad) (Eastbourne, E. Sussex, UK; Kingsway Music, 1995); Maranatha Praise (Adoración Maranatha) (Maranatha! Music, 1993); Grace Hymns (Himnos de la Gracia) (London: Grace Publications Trust, 1984); y Hymns II (Himnos II) (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1976). También uso regularmente Psalms, Hymns, and Spiritual Songs (Salmos, Himnos y Cánticos Espirituales) (Cape Coral, Fla.: Founders Press, 1994).
  9. Es por esto que la idea de incorporar drama a las reuniones de adoración es realmente innecesaria y casi anti-bíblica. Jesús ha instituido Su propias presentaciones dramáticas del evangelio (Mat. 28:19-20; Lucas 22:14-20; Hechos 2:38-39; 1 Cor. 11:23-26; Col. 2:11-12). Haciéndolo así, ¿no estará alentando a hacer nuestras propias representaciones dramáticas o a aprovecharnos de los que El gentilmente nos ha ordenado?
  10. Vea Hechos 19:32, 39, 41, donde ekklesia is traducida “asamblea.”
  11. Aun cuando homothumadon es traducida “unánimes” en 2:46 y 5:12, el peso del argumento descansa en la presencia de “todos” los creyentes en cada reunión en particular. Sería también difícil de imaginar que todos os creyentes estuvieran “unánimes” si ellos se negaran o simplemente descuidaran el reunirse junto con el resto del grupo en los tiempos designados.
  12. Las dificultades aquí son comprendidas: ¿Dejó la iglesia de ser iglesia solo si un miembro estuvo ausente en la reunión? ¿impiden las divisiones denominacionales la verdadera reunión de la iglesia? ¿Es erróneo tener múltiples reuniones de la iglesia en una ciudad? Las preguntas se podrían multiplicar. El punto, pues, si convenimos como miembros de la iglesia vivir la vida cristiana juntos, entonces “congregarnos” separadamente en tal manera que nunca veamos a los otros dos tercios de la “congregación”, entonces ¿en que sentido estamos viviendo la vida cristiana “juntos”? ¿En que sentido las reuniones múltiples reflejan la unidad corporativa de la iglesia local?

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