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English: What We Believe About the Fall

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Por Various sobre La Caída

Traducción por Katie Haslam


Los Pecados del Hombre y su Separación de Dios

La Afirmación de la Fe por parte del anciano de la iglesia de Belén, Parte 5

5.1 Creemos que, aunque Dios hizo rectos los hombres, el engaño sutil de Satanás les ha desviado de la palabra y sabiduría de Dios,[1] y el hombre eligió tomar lo prohibido.[2] Al hacer esto, el hombre declaró su independencia y desconfianza de su Creador misericordioso y bueno. Así es cómo los pecados de nuestros primeros padres les separaron de la comunión con Dios y les quitaron su inocencia original.[3]

5.2 Creemos que la caída de Adán, el primer hombre, se extendió a la caída de todos los hombres, de tal manera que la corrupción, culpa, muerte y condenación pertenecen a todos.[4] Así, todos los hombres son naturalmente corruptos,[5] escalivizados a los pecados,[6] y no pueden[7] complacer a Dios y superar sus preferencias a autogobernarse.

5.3 Creemos que Dios ha sometido la creación al vano,[8] y todos los humanos son justamente responsables de la desgracia de enfermedad,[9] decadencia,[10] desastre,[11] y pérdida.[12] Así toda la desgracia y sufrimiento en el mundo es un eco y testigo de la maldad grande de la depravación del corazón del hombre; Dios nos da vida cada día, Dios nos da la oportunidad de empezar de nuevo y arrepentir.[13]

  1. Mira, sólo esto he hallado: que Dios hizo rectos a los hombres, pero ellos se buscaron muchas artimañas. (Eclesiastés 7:29)
  2. Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás. (Génesis 2:17) Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió. (Génesis 3:6)
  3. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales. Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto. (Génesis 3:7-8) Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron. (Romanos 5:12) Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? (1 Corintios 15:21)
  4. Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron; pues antes de la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley. Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero no sucede con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la transgresión de uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron para los muchos. Tampoco sucede con el don como con lo que vino por medio de aquel que pecó; porque ciertamente el juicio surgió a causa de una transgresión, resultando en condenación; pero la dádiva surgió a causa de muchas transgresiones resultando en justificación. Porque si por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así pues, tal como por una transgresión resultó la condenación de todos los hombres, así también por un acto de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos. (Romanos 5:12-19)
  5. En los [pecados] anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. (Efesios 2:2-3)
  6. ¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?. …Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres en cuanto a la justicia. (Romanos 6:16, 20)
  7. Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente. (1 Corintios 2:14) Ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Dios. (Romanos 8:7-8) Pero hasta el día de hoy el SEÑOR no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. (Deuteronomio 29:4)
  8. Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza. (Romanos 8:20)
  9. Y no sólo ella , sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo. (Romanos 8:23)
  10. Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día. (2 Corintios 4:16)
  11. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito: POR CAUSA TUYA SOMOS PUESTOS A MUERTE TODO EL DIA; SOMOS CONSIDERADOS COMO OVEJAS PARA EL MATADERO. (Romanos 8:35-36)
  12. Pero no queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como lo hacen los demás que no tienen esperanza. (1 Tesalonicenses 4:13)
  13. ¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?. (Romanos 2:4)

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