Memorización de las Escrituras facilitada

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English: Scripture Memory Made Simple

© Desiring God

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Por Tabor Laughlin sobre Santificación y Crecimiento

Traducción por Carlos Diaz


Bien sea que lo reconozcamos o no, tenemos mucho tiempo muerto en cada día que pudiéramos estar utilizando para alimentar nuestras almas. A menudo, gastamos nuestros minutos libres del día haciendo otras cosas como ver la TV, jugar en nuestros teléfonos, o navegar por Internet. Quizás algunos de nosotros no estamos viendo el crecimiento espiritual que deseamos porque no vemos los minutos libres que tenemos aquí y allá a lo largo del día como un regalo de Dios, sino como un momento de entretenimiento o productividad.

Si pensamos en ello, la acumulación de momentos disponibles en nuestros días aumenta rápidamente. Al vestirnos, comer el desayuno, esperar en la parada de autobús, caminar a clase, esperar para el comienzo de una reunión - generalmente nuestras mentes están desempleadas durante estos momentos, u ocupadas en las redes sociales. Pero para aquellos que están buscando “aprovechar bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:16, LBLA), existe un medio de gracia adecuado perfectamente a estos pequeños espacios de tiempo: La memorización de la Biblia.

Contenido

Diez minutos para la verdad atesorada

Hace diez años, cuando trabajaba como maestro en China, decidí sacar provecho de mi tiempo libre a lo largo del día memorizando versículos de la Biblia. Escribía un versículo o pasaje en una tarjeta indicadora y lo sacaba a lo largo del día siempre que no estaba haciendo otra cosa. En solo unos pocos años, había memorizado más de mil versículos de la palabra de Dios - pasajes completos e incluso capítulos de la Biblia estaban alojados en mi memoria y hacían su trabajo en mi corazón.

Hasta este día, contaría esos paquetes de tarjetas indicadoras de versículos de la Biblia entre mis posesiones más valiosas. Las llevo conmigo y todavía las uso todos los días.

He descubierto que bien sea que uno gaste mucho tiempo en memorizar las Escrituras, o sólo un poco, siempre es algo increíblemente valioso de hacer. Es fácil considerar nuestros cortos recesos en el día como “nuestro propio tiempo” para relajarnos o navegar Internet o mirar la TV. Aunque estas cosas no son malas, deberíamos ponderar el valor de estas actividades con el grandioso regalo del tiempo para aprender la palabra de Dios. Puedo asegurar que, ya sea que podamos invertir diez o quince minutos cada día en memorizar las Escrituras, o más (o menos) que eso, cualquier esfuerzo que hagamos es tiempo bien empleado.

Porque, aunque el descanso y la recreación tienen algo de valor, el memorizar las Escrituras tiene valor en muchas formas. Por ejemplo, aquí tenemos cuatro beneficios prácticos de memorizar la Biblia:

1. Meditamos sobre la palabra de Dios.

Cuando tenemos las Escrituras escondidas en nuestros corazones, si estamos revisándolas y aprendiéndolas con regularidad, disponemos de la verdad de las Escrituras en nuestras mentes a lo largo de todo el día. Podemos sentarnos en cualquier lugar, o hacer cualquier cosa, y de repente girar nuestras mentes para pensar sobre la Escritura que he memorizado — podemos meditar sobre ella día y noche (Salmos 1:2).

2. Luchamos contra el pecado y resistimos al enemigo.

Las Escrituras nos dicen que deberíamos guardar la palabra en nuestro corazón para no pecar en contra de Dios (Salmos 119:11). Pablo dice que debemos tomar “la espada del Espíritu que es la palabra de Dios” (Efesios 6:17). Esta espada del Espíritu es lo que usamos para librar la batalla contra Satanás y contra el pecado. La memorización de la Biblia significa que siempre estaremos armados.

3. Obtenemos un entendimiento más profundo de la Biblia.

Este es un inmenso beneficio de la memorización. Al memorizar muchos versículos que cubran toda la Biblia, ganamos un entendimiento mucho mejor de ella — no sólo en pequeños segmentos, sino también como un todo. He descubierto que puedo rememorar asuntos clave acerca de todos los libros de la Biblia desde la cima de mi cabeza. Mientras más palabra de Dios introduzcamos, más podemos ver su arquitectura y diseño cuando vayamos a leerla.

4. Estamos equipados para la vida cotidiana.

A menudo es increíblemente práctico poder tener las Escrituras “a mano” sin sacarlas de nuestros teléfonos o abrir nuestras Biblias. Pudiéramos estar haciendo muchas cosas, como motivar a alguien en nuestra iglesia, orar solos o en un grupo, preparar un sermón, compartir el evangelio con un no creyente, escribir un correo electrónico, un artículo o un libro. Incluso con la facilidad moderna de buscar información en Internet o en nuestros teléfonos inteligentes, nunca puede ser más conveniente que saberse de memoria ese versículo exacto que deseamos utilizar cuando queremos usarlo.

No es sin esfuerzo, pero es invaluable

Motivo a los lectores a disponer del tiempo necesario para memorizar las Escrituras. El tiempo dedicado no será en vano. Puede sonar intimidante - como al aprender cualquier cosa, no sucede de forma natural. Por sí es simple. Y el tiempo que le dediquemos será de gran beneficio para nosotros y nuestra vida.

Si no están memorizando las Escrituras ahora, o incluso si nunca han memorizado un versículo en su vida, los motivo a que lo intenten con una meta sencilla de un versículo de memoria cada semana o cada dos semanas. Háganlo lo mejor que puedan, no simplemente para memorizar tanto como sea posible, sino para retener lo que ya han aprendido. En casi cinco años, no he aprendido ningún versículo nuevo, pero todavía tengo horas de material para memorizar cada día, simplemente revisándolo. De esta forma, la memorización de las Escrituras puede ser un medio perdurable de la gracia de Dios que nos beneficiará toda nuestra vida.



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