Por el amor de Dios, volumen 1/18 de julio

De Libros y Sermones Bíblicos

Saltar anavegación, buscar

Recursos Relacionados
Leer más Por D.A. Carson
Indice de Autores
Leer más sobre Vida Devocional
Indice de Temas
Recurso de la Semana
Cada semana enviamos un nuevo recurso bíblico de autores como John Piper, R.C. Sproul, Mark Dever, y Charles Spurgeon. Inscríbete aquí—es gratis. RSS.

Sobre esta Traducción
English: For the Love of God, Volume 1/July 18

© The Gospel Coalition

Compartir esto
Nuestra Misión
Esta traducción ha sido publicada por Traducciones Evangelio, un ministerio que existe en internet para poner a disponibilidad de todas las naciones, sin costo alguno, libros y artículos centrados en el evangelio traducidos a diferentes idiomas.

Lea más (English).
Como Puedes Ayudar
Si tú puedes hablar Inglés bien, puedes ofrecerte de voluntario en traducir

Lea más (English).

Por D.A. Carson sobre Vida Devocional
Capítulo 201 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1

Traducción por Arturo Valbuena M.


18 DE JULIO

Jueces 1, Hechos 5, Jeremías 14, Mateo 28

LA HISTORIA DE ANANÍAS Y SAFIRA, cuyos nombres están inscritos en los registros más antiguos cristianos a causa de su engaño (Hechos 5:1-11), es preocupante por varias razones. Ciertamente, la iglesia temprana lo pensó (5:5, 11). Cuatro observaciones se centran los temas:

Primeramente, el avivamiento no garantiza la ausencia de pecado en la comunidad. Cuando muchas personas se convierten y se transforman realmente, cuando muchos se han renovados y realmente aprenden a odiar el pecado, a otros les resulta más atractivo ser considerado santo que ser santo. El avivamiento ofrece muchas tentaciones con la hipocresía, que sería menos potente cuando el temperamento de la época es secular o pagano.

En segundo lugar, la cuestión no es tanto la disposición del dinero que Ananías y Safira obtuvieron al vender una propiedad como la mentira que dijeron. Aparentemente había algunos miembros que estaban vendiendo propiedades y donaban todas las ganancias a la iglesia para ayudar en sus diversos ministerios, sin contar el alivio de las necesidades de los hermanos y hermanas en Cristo. De hecho, el hombre llamado Bernabé fue ejemplar en este sentido (4:36-37), y sirve como contraste a Ananías y Safira. Pero estos dos vendieron sus propiedades, guardaron algunas de las ganancias para ellos mismos, y pretendieron que lo estaban dando todo. Fue esta afirmación a la santidad y abnegación, esta pretensión de la generosidad y la piedad, que era tan ofensivo. Si no se le controla, bien podría multiplicarse. Sin duda alguna, daría posiciones de honor a las personas cuya conducta no se lo merecían. Pero lo peor, que era una mentira descarada contra el Espíritu Santo, como si el Espíritu de Dios no podía saber la verdad, o no le importaría. En este sentido, fue un acto sumamente presuntuoso, traicionando una postura tan alejada de una fe genuina centrada en Dios que era idólatra.

Terceramente, otro elemento del problema fue una conspiración. No era suficiente que Ananías hizo este truco perverso él mismo. Actuó “con pleno conocimiento de su esposa” (5:2) y, de hecho, su mentira no sólo pasiva, sino activa (5:8), defraudando un compromiso compartido para engañar a los creyentes y de desafiar a Dios.

Y en cuarto lugar, en tiempos de avivamiento genuino, el juicio puede ser más inmediato que en épocas de decadencia. Cuando Dios se aleja de la iglesia y le permite al pecado multiplicarse y que siga su curso, ese es el peor juicio de todos, inevitablemente terminará en un desastre irreparable. Pero cuando Dios responde al pecado con gravedad pronta, las lecciones son aprendidas, y la iglesia evita irse a la deriva de una peor manera. En este caso, gran temor le llegó no sólo a la iglesia, sino también a todos los que oyeron de estos eventos (5:5, 11).

Está escrito: “El que anda en pie teme al SEÑOR, pero cuyos caminos son tortuosos lo desprecia” (Pro. 14:2).


Vota esta traducción

Puntúa utilizando las estrellas