Por el amor de Dios, volumen 1/19 de enero
De Libros y Sermones BÃblicos
Por D.A. Carson
sobre Vida Devocional
Capítulo 21 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1
Traducción por Arturo Valbuena M.
19 DE ENERO
Génesis 20, Mateo 19; Nehemías 9, Hechos 19
DESPUÉS DE LA ENTREVISTA DE JESÚS con el joven rico, dice a sus discípulos: “Os digo la verdad, es difícil para un hombre rico entre en el reino de los cielos. Otra vez os digo, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un hombre rico entre al reino de Dios” (Mateo 19:23-24). Los discípulos, se nos dice, “estaban muy sorprendidos." Ellos exclamaron: “¿Y quién podrá ser salvado?” (19:25). Su pregunta revela mucho. Es como si los discípulos pensaran que si alguien pudiese ser salvado, seguramente sería el tipo de moral, de rectitud, y francamente, joven rico que acababa de despedido por Jesús con cierta tristeza. Si aún él no pudiese ser salvado, entonces ¿quién en el mundo podría ser? Tal vez pensó que su riqueza demostraba ser bendecido por Dios, mientras que su justo carácter público confirmó su juicio.
Por lo tanto, ellos dieron a entender lo mal que entendieron el pronunciamiento de Jesús. Su punto era que la riqueza se convierte fácilmente en un sustituto de Dios. Es extraordinariamente difícil para una persona que esté apegada a las riquezas, mucho menos las riquezas que él o ella haya acumulado, y por lo que se siente orgulloso, para acercarse a Dios como un niño podría acercarse (19:13-15), y simplemente pedir ayuda y recibir la gracia. Los discípulos miran a estas cosas precisamente de la manera equivocada. Las posesiones son bendiciones, razonan ellos, y vienen de Dios. Si una persona disfruta de las posesiones, las bendiciones se tienen que originar en Dios. Así que, sin duda, una persona con muchas bendiciones tiene una mayor probabilidad de ser salvado que otras personas que puedan tener menos bendiciones.
Jesús no discute el sorteo. Si en este momento tuviera que hablar de la probabilidad mayor o menor de que alguien sea salvado, Él apoyaría la legitimidad de su pregunta, que es de hecho muy mal concebida. Eso simplemente no es la manera de ver el asunto. Tome el grupo que los discípulos creen que están más cerca del reino, ¿deberá ser salvado? “Para los hombres esto es imposible”, insiste Jesús (19:26). Y eso significa, por supuesto, que desde la perspectiva del discípulo, si el más afortunado no puede entrar, entonces nadie puede entrar. Ese es el punto: “Para los hombres esto es imposible.”
Sin embargo, esta imposibilidad se puede revertir, por que servimos a un Dios que hace muchas cosas que nosotros los humanos no podemos hacer. ¿Quién se salvará? “Con Dios todo es posible” (19:26). Ahí es donde radica nuestra esperanza: con un Dios que toma a sus siervos más improbables, ricos y pobres por igual, y escribe su ley en sus corazones. Aparte de la gracia de Dios y su intervención, no hay esperanza para ninguno de nosotros.
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