Por el amor de Dios, volumen 1/1ro de agosto
De Libros y Sermones BÃblicos
Por D.A. Carson
sobre Vida Devocional
Capítulo 215 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1
Traducción por Arturo Valbuena M.
1ro DE AGOSTO
Jueces 15; Hechos 19; Jeremías 28; Marcos 14
UNO DE LOS RELATOS MÁS EXTRAÑOS en el libro de hechos es acerca de los siete hijos de Esceva (Hechos 19:11-20). El ministerio de Pablo en Efesos duro un tiempo considerable, quizás dos años y medio y durante ese tiempo “Dios hacía milagros extraordinarios por mano de Pablo” (19:11). El resultado es que varios “competidores” trataron de seguirlo. No es de extrañar. Siempre ha sido así. Cuando Dios autorizó especialmente a Moisés para realizar milagros ante Faraón, los magos de Egipto pudieron duplicar la mayoría (pero no todos) de lo que él hizo.
Así que en los días de Pablo algunos judíos llenos de sincretismo hacían recorridos, participando en alguna especie de ministerio de liberación. Ellos tenían muy poca idea en que estaban participando. Cuando vieron lo que Pablo estaba haciendo en el nombre de Jesús, comenzaron a referirse a ese nombre también, como si se tratara nada más de un talismán mágico: “diciendo: Os ordeno por Jesús, a quien Pablo predica” (19:13).
Los siete hijos de Esceva, un sacerdote judío se dedicaban especialmente a esta operación. Un día el espíritu maligno que estaban tratando de exorcizar les respondió: “A Jesús conozco, y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois?” (19:15). Entonces el hombre poseído por el espíritu se lanzó sobre ellos y les dio una paliza a los siete.
Observe que:
Primero, el resultado de este encuentro fue completamente beneficioso. Cuando la historia se difundió, muchos fueron dominados por un temor saludable y aumento el respeto por el nombre del Señor Jesús. Este era un nombre tan poderoso que no podía ser tratado como una fórmula mágica. Este nombre no podía ser domesticado. El resultado fue que el encaprichamiento con las prácticas ocultas se vio limitado. Muchos confesaron sus malas acciones y otros trajeron sus libros ocultos y los quemaron, totalizando un gran valor (19:17-19). “Así crecía poderosamente y prevalecía la palabra del Señor” (19:20).
Segundo, el elemento realmente notable es la declaración del espíritu maligno: “A Jesús conozco, y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois?” Uno puede entender porque Jesús es conocido entre los poderes demoniacos. No nos sorprende. ¡Pero Pablo también es conocido! Su ministerio había estado atacando los poderes de las tinieblas. Él era conocido por ser protegido y defendido del Cristo vivo, no hay manera que el demonio pudiera haber usado al hombre poseído para golpearlo. Estos otros personajes fueron otro asunto; en lo que respecta a la preocupación del demonio, ellos eran un motivo de risa, fácilmente mofados, fácilmente sometidos y humillados. ¡Pero Pablo era conocido!
Los cristianos que participan con el enemigo serán conocidos no solamente en las cortes del cielo sino también en las cortes del infierno.
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