Por el amor de Dios, volumen 1/21 de junio

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English: For the Love of God, Volume 1/June 21

© The Gospel Coalition

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Por D.A. Carson sobre Vida Devocional
Capítulo 174 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1

Traducción por Luximar Arenas Petty


21 DE JUNIO

'Deuteronomio 26; Salmos 117-118; Isaías 53; Mateo 1

CUANDO YO ERA UN MUCHACHO, una placa en nuestra casa tenía la inscripción con las palabras “Este es el día que el SEÑOR ha hecho; Regocijémonos y alegrémonos en él”. Además del cambio del antiguo “hacer" por “ ha hecho", algunas palabras similares se mantienen en la Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH) del Salmo 118:24.

Mi padre gentilmente aplicaba este texto a sus hijos cuando nosotros lloriqueábamos o nos quejábamos por pequeñeces. ¿Era el clima demasiado caliente y pegajoso? “Este es el día que el SEÑOR ha hecho; Regocijémonos y alegrémonos en él”. ¿Era un día de lluvia torrencial, de tal manera que no podríamos jugar afuera? “Este es el día que el SEÑOR ha hecho; Regocijémonos y alegrémonos en él”. ¡Que día tan aburrido (o el lugar, o el día de fiesta, o la visita de familiares)! “Este es el día que el SEÑOR ha hecho; Regocijémonos y alegrémonos en él”. Algunas veces las palabras eran repetidas con énfasis significativo: “Este es el día que el SEÑOR ha hecho; Regocijémonos y alegrémonos en él”.

No es que papá no escuchara a las quejas serias; es que la Escritura no tiene otra cosa que decir. Sin embargo, cada generación de cristianos tiene que aprender que lloriquear es una afrenta contra la soberanía de Dios y su bondad. Pero el texto debe ser primero leído en su contexto. Previamente el salmista expresa su compromiso a confiar en Dios y no simplemente en ningún tipo de ayuda humana (118:8-9), aunque él está rodeado por enemigos (118:10) Ahora el también revela que sus enemigos incluyen “los edificadores” (118:22), gente con poder dentro de Israel. Estos edificadores eran muy capaces de rechazar ciertas “piedras” mientras construían sus muros y en este caso la misma piedra que los edificadores rechazaron ha venido a ser la piedra angular. En el primer caso esta piedra, esta piedra angular, es casi una referencia segura a un rey davídico, quizás a David mismo. Los hombres de poder lo rechazaron pero el llegó a ser la piedra angular. Además, este resultado no fue logrado por una maquinación brillante o una manipulación inteligente. Por el contrario: “Obra del SEÑOR es esto; Admirable a nuestros ojos” (118:23). Durante la época de Isaías representa a las personas que hacen de una mentira su refugio mientras rechazan la piedra angular de Dios. 28:15-16). El último caso de este modelo se encuentra en Jesucristo rechazado por sus propias criaturas, sin embargo, escogido por Dios, la piedra de construcción máxima y preciosa (Mateo 21:42; Romanos 9:32-33; Efesios 2:20; 1 Pedro 2:6-8), una “piedra” que reveló su verdadero valor por su resurrección de la muerte (Hechos 4:10-11). Ya sea en los días de David o en el cumplimiento final, este maravilloso triunfo de Dios provoca nuestra alabanza: “Este es el día que el SEÑOR ha hecho; Regocijémonos y alegrémonos en él” (Salmo 118:24).



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