Por el amor de Dios, volumen 1/27 de marzo

De Libros y Sermones Bíblicos

27 DE MARZO

Éxodo 38; Juan 17; Proverbios 14; Filipenses 1

JUAN 17 SE CITA CONSTANTEMENTE en círculos ecuménicos. Jesús ora para “aquellos que creerán en mí a través del mensaje de ellos, que todos ellos sean uno; Padre, así como estás en mí y estoy en ti...para dejar saber al mundo que tú me enviaste” (17:20-23) El apoyar el movimiento ecuménico, implica que incondicionalmente se trae uno para pasar el cumplimiento de la oración de Jesús.

Es una oración importante. Pero hay que tener en cuenta qué más ora él en este capítulo: (1) Jesús ora para que Dios proteja a sus primeros discípulos del “maligno", sobre todo ahora que él mismo está siendo retirado de la escena (17:11, 15). Tal vez, está especialmente pensando en los terribles golpes a su fe mientras el Maestro de ustedes es crucificado y enterrado.

(2) Jesús ora para que sus discípulos sean santificados por la verdad — que entiendan bien que la palabra de Dios es verdad, y el propósito de su propia santificación (es decir, "santifica" él mismo — apartándose para el propósito bendito de su Padre — obedeciendo a su Padre y yendo a la Cruz) es que ellos sean santificados (17:17-18).

(3) Jesús ora para que tanto estos primeros discípulos y aquellos que se creen en última instancia a través de su mensaje estén "en nosotros [es decir, en el Padre y el Hijo] para que el mundo crea que me has enviado" (17:21).

(4) Jesús declara que quiere a todos aquellos que el Padre le ha dado para estar donde está, y finalmente para ver su gloria, la verdadera gloria que el Padre le dio, porque el Padre lo ama desde "antes de la creación del mundo" (17:24). Además, por supuesto, Jesús ora para que sus discípulos todos sean uno. Sería bueno que todos aquellos que enfaticen esta petición no dejen de hacer hincapié en las otras peticiones — o, que todos aquellos que enfatizan, por ejemplo, la segunda petición en la lista de arriba también hagan hincapié en la oración por la unidad.

La pregunta sin embargo es, si las oraciones de Jesús son contestadas. ¿No atestigua Jesús en otros lugares que él sabe muy bien que el Padre siempre “lo oye” (11:42)? Sin duda, el Padre protegió todos los primeros discípulos, excepto, por supuesto, de Judas Iscariote, quien incluso Jesús en su oración reconoce que está "condenado a la destrucción" (17:12). Las otras peticiones además están siendo contestadas y finalmente serán respondidas en la consumación. Esto es válido también para la oración de Jesús por la unidad: los verdaderos Cristianos atestiguan una profunda unidad, una unidad real, independientemente de las estructuras jerárquicas y a menudo haciendo caso omiso de iniciativas ecuménicas, en respuesta a la oración de Jesús. A menudo esto atrae a otros al Evangelio. Debemos desear fuertemente y luchar por el cumplimiento de todas las peticiones de Jesús.