Por el amor de Dios, volumen 1/31 de marzo

De Libros y Sermones Bíblicos

31 DE MARZO

Levítico 2: 3; Juan 21; Proverbios 18; Colosenses 1

DESPUÉS DEL NOTABLE INTERCAMBIO que reconduce a Pedro, Jesús le dice tranquilamente que este discipulado algún día le costará su vida: "Cuando seas viejo, extenderás tus manos y alguien te vestirá y te llevará donde no quieres ir" (Juan 21:18). Jesús dijo, en primera instancia ellos deben ser los primeros discípulos. Cuenta la tradición, probablemente con razón, que Pedro fue martirizado en Roma, al mismo tiempo que Pablo fue ejecutado, ambos bajo el emperador Nerón, en la primera mitad de los años 60.

Pedro observa «el discípulo a quien Jesús amaba» — ninguno otro que Juan el evangelista, siguiéndolos cuando él y Jesús pasean por la playa (20:20). La designación «el discípulo a quien Jesús amaba» no debe entenderse como que Jesús hizo un mal juego de arbitrarios favoritos. Indicios pequeños sugieren que muchas de las personas que siguieron a Jesús se sentían especialmente amadas por él. Por lo tanto, cuando Lázaro se enferma gravemente, sus hermanas, María y Marta, enviaron un mensaje a Jesús diciendo: "Señor, la persona que usted ama está enferma" (11:3). Incluso después de la resurrección y ascensión, los seguidores de Jesús han deleitado su amor, su amor personal por ellos. Así, Pablo solo necesita mencionar a Jesús y la cruz, y él puede irrumpir en una alabanza espontánea con una cláusula subordinada adicional: "quien me amó y se entregó por mí" (Gal. 2:20).

En este caso, sin embargo, hay todavía algo que queda del antiguo Pedro. Sin duda, estaba contento por ser reintegrado, para ser cargado con la alimentación de los corderos de Jesús y las ovejas (Juan 21:15-17). Por otro lado, la perspectiva de una muerte ignominiosa era menos atractiva. Así que cuando ve a Pedro ve a Juan, él pregunta: "Señor, ¿qué pasa con él?" (21:21).

No estamos en la posición de criticar a Pedro. La mayoría de nosotros constantemente está comparando registros de servicio. El verde es un color poco infrecuente entre los ministros del Evangelio. Algunos lo usan con más frecuencia, así que podemos explicar su fecundidad superior. Su hijos resultan mejor, su iglesia es un poco más próspera, su evangelismo más efectivo. Alternativamente, podemos alcanzar una cierta cantidad de "éxito" y nos encontramos mirando por encima de nuestros hombros a aquellos que vienen detrás, haciendo comentarios sarcásticos sobre quienes nos desplazarán pronto. Pero después de todo, tienen más ventajas que nosotros, ¿no es así?

Es todo tan patético, las personas tan enfocadas en sí mismas, tan pecaminoso. Jesús le dice a Pedro, "si quiero que él permanezca vivo hasta que yo regrese, ¿qué es eso para ti? Debes seguirme"(21:22). La diversidad de dones y de gracia es enorme; Jesús es el único Maestro que debemos complacer.