Por el amor de Dios, volumen 1/8 de septiembre
De Libros y Sermones BÃblicos
Por D.A. Carson
sobre Vida Devocional
Capítulo 253 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1
Traducción por Arturo Valbuena M.
8 DE SEPTIEMBRE
2 Samuel 2, 1 Corintios 13, Ezequiel 11, Salmo 50
AUNQUE 1 CORINTIOS 13 FORMA, forma parte de argumentos sostenidos en los capítulos 12-14, el pasaje constituye tan encantadora unidad, con tanta líneas maravillosamente evocadoras que ha provocado tantas menciones prolongadas. Hoy reflexionaré un poco sobre los tres primeros versos.
Este texto no dice que el amor es todo y que las otras cosas mencionadas, hablar en lenguas, el don de la profecía, la capacidad de comprender misterios y todo conocimiento, una fe que logra mover montañas, la abnegada entrega de todas las posesiones por el beneficio de los pobres, y el sufrir una muerte de mártir, no son nada. Por el contrario, insiste en que esas cosas son totalmente insignificantes si no van acompañados por el amor. El amor no lo desplaza. Su ausencia lo hace ser sin sentido y en última instancia, lo devalúa.
Este párrafo se calcula para humillar a los arrogantes. La historia ofrece tristes ejemplos de personas que se han enorgullecido de su don de idiomas, de su don profético, incluso de su filantropía y sacrificio. Pero es una contradicción el estar orgullosos de su amor, en cualquier sentido del amor cristiano. Tal vez esa sea una de las razones por la cual estas otras virtudes son destruidas si no va acompañadas por el amor.
Una de las características más importantes de esta declaración en relación al amor es como gobierna una de las definiciones del amor que todavía existe en algunos círculos cristianos. Dicen que el amor cristiano no pertenece dentro la esfera emocional, pero no es otra cosa que una voluntad inquebrantable de buscar el bien de los demás. Por eso dicen que el amor puede ser comandado. Uno bien puede no gustarle una persona, pero si uno en su conciencia actúa en consecuencia a su bien, y actúa de acuerdo, es amor todavía. Francamente, ese tipo de racionalización es basura reduccionista. Lo que se ha denominado “amor” no es otra cosa que altruismo resoluto. Pero en estos versos, Pablo firmemente distingue entre altruismo y amor: “Si doy todo lo que poseo a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas” (13:3) en este caso hay altruismo y abnegación, pero Pablo se puede imaginar ambos sin amor. Así que amor debe ser algo más que, o mucho más que, mero altruismo y abnegación.
Puede ser difícil proporcionar una definición perfecta para el amor cristiano pero no es difícil encontrar su supremo ejemplo. El amor de Cristo por nosotros no se basa en nuestra belleza sino en su propio carácter. Su amor no es simplemente sentimental, pero está cargado con incalculable afecto y el calor. Es firme en su abnegación, pero nunca de forma solamente de una auto-disciplina mecánica. Si queremos llegar a un acuerdo con la representación apostólica del amor cristiano como “el camino más excelente” (12:31 b, véase también la meditación para el 11 de octubre) que todos los creyentes deben seguir, sólo tenemos que imitar a Jesucristo.
Vota esta traducción
Puntúa utilizando las estrellas