Por el amor de Dios, volumen 1/9 de marzo
De Libros y Sermones BÃblicos
Por D.A. Carson
sobre Vida Devocional
Capítulo 70 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1
Traducción por Gabriella Maldonado
9 DE MARZO
Éxodo 20, Lucas 23, Job 38, 2 Corintios 8
LOS DIEZ MANDAMIENTOS (Ex. 20) fueron aprendidos por niños de las escuelas occidentales estableciendo así los principios fundamentales de lo bueno y lo malo, lo cual ha contribuido a la formación de la civilización occidental. Estos no eran vistos como diez recomendaciones o como detalles opcionales de personas educadas. Incluso muchas personas creían que no fueron dados por Dios ("Y habló Dios todas estas palabras", 20:1). Eran vistos como el resumen principal que reunían la moral pública y privada necesaria para el buen orden de la sociedad. Su importancia actual va creciendo más rápidamente en el Oeste. Incluso muchos miembros de la iglesia pueden recitar por lo menos tres o cuatro de ellos. Es impensable que un pensador Cristiano no los memorice.
Sin embargo, es el entorno en el que ellos fueron dados por primera vez lo que suscita esta meditación. Después de tres meses de su rescate de Egipto, los Diez Mandamientos fueron dados por Dios a los Israelitas a través de Moisés. Cuatro observaciones:
(1) Los Diez Mandamientos son, en primer lugar, el punto más alto de la alianza mediada por Moisés (cf. 19:5), entregada por Dios en el Sinaí (Horeb). El resto de la alianza tiene poco sentido sin ellos. Los Diez Mandamientos están respaldados por el resto de las estipulaciones del pacto. Sin embargo no son meramente principios abstractos, sino que son presentados en términos concretos de esa cultura. Por ejemplo, la prohibición de codiciar el buey de tu prójimo, o su asno.
(2) Los Diez Mandamientos son introducidos como un recordatorio de que Dios redimió a esta comunidad de la esclavitud: "Yo soy el Señor, tu Dios, quien te saqué de Egipto, de la tierra de la esclavitud" (20:2). Ellos son su pueblo, no sólo por la creación, no sólo por el pacto con Abraham, sino porque Dios los rescató de Egipto.
(3) Dios entregó los Diez Mandamientos en un ámbito de poder aterrador. En una era anterior al holocausto nuclear. La experiencia más aterradora del poder fue la naturaleza desatada. Aquí, la violencia de la tormenta, el temblor de la tierra, el rayo, el ruido, el humo (19:16-19; 20:18), no sólo demostró la solemnidad del evento, también enseñó a la gente el temor hacia el Señor. (20:19 - 20). El temor hacia el Señor no es sólo el principio de la sabiduría (Pr. 1:7), sino que también mantiene a la gente alejada del pecado (Ex. 20:20). Dios quiere que ellos sepan no sólo que los había rescatado, sino que también quiere que ellos sepan que él no es un dios de la casa, con cualidades divinas, quien felizmente reparte bendiciones a las personas. No sólo es un Dios bueno, sino también un Dios aterrador muy impresionante.
(4) Puesto que Dios es tan aterrador, el pueblo insiste en que Moisés debe mediar entre Él y ellos (20:18-19). Y esto prepara el camino para otro, final, mediador (Deuteronomio 18:15-18).
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