Quebrantadores del Pacto

De Libros y Sermones Bíblicos

“¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés?” (Heb. 3:16).

- Hebreos 3:16-17

Las advertencias que el autor de Hebreos da acerca de abandonar a Cristo son advertencias reales. El potencial para la apostasía y la condenación no son meramente hipotéticos. La gente realmente sí rompe el pacto.

Hebreos 3:16-17 prueba que la gente realmente puede y realmente sí rompe el pacto con Dios. La gente con las que Dios estaba enojado en el desierto no eran los que estaban fuera del pacto. Ellos fueron los que salieron de Egipto con Moisés y en el Sinaí se comprometieron a entrar en un pacto y obedecer todas las leyes de Dios (Ex. 19). Realmente eran una parte del pacto de Dios, y sin embargo rompieron ese pacto, y por lo tanto abandonaron todas las bendiciones que estaban prometidas en él. El libro de Hebreos usa esta historia como una base para advertir a los cristianos a perseverar, demostrando así que el nuevo pacto también se puede romper.

El hecho de que Hebreos da advertencias reales y enseña que el nuevo pacto se puede romper puede parecer extraño a los que fuimos criados en las enseñanzas de la Reforma. Después de todo, ¿acaso no están los elegidos seguros en su salvación? ¿Seguramente no es posible para los elegidos perder su salvación?

La respuesta es sí, los elegidos están absolutamente seguros en su salvación. Nada nos puede separar del amor de Dios en Cristo Jesús (Rom. 8:38-39). Nadie nos puede arrebatar de la mano del Padre (Juan 10:28).

¿Cómo pueden ser reales estas advertencias? La respuesta está en el concepto del pacto. Cuando Dios hace un pacto, Él hace un pacto con ambos los creyentes y los no creyentes, tanto con los elegidos como con los reprobados. Esto va en contra de mucha de la enseñanza que escuchamos hoy en día, pero es la posición histórica de la iglesia cristiana. A menudo vemos la idea expresada en la distinción entre la Iglesia invisible y la iglesia visible. La iglesia visible consiste de todos los creyentes que profesan serlo. Algunos de ellos son verdaderos creyentes. Algunos de ellos confiesan a Cristo externamente, pero en realidad carecen de la fe salvadora. Por otro lado, la Iglesia invisible consiste de los verdaderos creyentes y solamente de los verdaderos creyentes.

La tradición reformada reconoce que la Biblia enseña tanto la soberanía divina como la responsabilidad humana. Dios está en control de todas las cosas. Los seres humanos son los responsables de mantener el pacto. En el libro de Hebreos, Dios nos da advertencias reales para que la responsabilidad humana no sea invalidada, sino que se mantenga debido a las advertencias que motivan a la Iglesia invisible a mantener la fe.

Coram Deo

Es un pensamiento sombrío de que cada iglesia local probablemente tiene a gente dentro de ella que profesan a Cristo, pero en realidad están muy lejos del reino. Aunque puede que no sepamos quiénes son esas personas, debemos estar conscientes de que existen. Ore para que todas las personas en su iglesia no sólo profesen la fe, sino que también la posean por la gracia de Dios.

Pasajes para Estudio Adicional

Isa. 10:20-23
Amos 7:1-9
Rom. 9:6-8
1 Juan 2:19