Resoluciones de adolescentes: Para mamá y papá

De Libros y Sermones Bíblicos

Resuelto: Obedeceré sus instrucciones y haré lo que sé que esperan de mí, aun cuando no se mencione. No los obligaré a repetir recordatorios, lo cual a veces considero irritante.

Resuelto: No renegaré ni me quejaré al hacer mis tareas del hogar, más bien recordaré lo bueno que es tener una familia, un hogar, ropa, comida, agua, electricidad y calefacción central en un mundo en donde millones de adolescentes carecen de estas cosas.

Resuelto: Cuando piense que sus exigencias son injustas, las haré primero, y después de mostrar una actitud obediente, preguntaré si podemos hablar. Luego les explicaré mi versión y trataré de entender la suya.

Resuelto: No les pondré barreras ni les dejaré de hablar, no me gusta cuando mis amigos me lo hacen a mí. Si estoy deprimido y quiero que me dejen solo, diré, “lo siento, no quiero hablar ahora. ¿Podemos hablar después? No estoy enojado, simplemente necesito estar solo”.

Resuelto: Cuando haga algo malo y los decepcione, me disculparé sinceramente con palabras que puedan escuchar. Diré algo como: “Mamá, siento no haber recogido el montón de ropa”.

Resuelto: Me dirigiré a ustedes con títulos cariñosos, tales como “mami”, “papi”, “mamá” o “papá”. Y no dejaré que otros muchachos me presionen a llamarlos nada, o a llamarlos de alguna forma irrespetuosa como si el cariño verdadero fuese vergonzoso o infantil.

Resuelto: Les agradeceré una y otra vez por las cosas sencillas que hacen por mí. No las daré por sentadas como si ustedes fuesen mis esclavos.

Resuelto: Hablaré de mis sentimientos. Tanto de los positivos (como la felicidad, compasión, emoción, piedad, etc.) como de los negativos (tales como la rabia, miedo, dolor, soledad, desánimo, etc.). Recordaré que los sentimientos no compartidos llevan al distanciamiento y traen más soledad y desánimo.

Resuelto: Me reiré con la familia y no de la familia. Especialmente cuando mi hermano o hermana menor cuenten un chiste simple con emoción expectante.

Resuelto: Haré dos cumplidos por cada crítica. Y cada crítica tendrá como objetivo ayudar a alguien a ser mejor, no sólo subestimar o menospreciar.

Resuelto: Me integraré en los devocionales familiares, trataré con respeto las lecturas de la Biblia y pondré de mi parte para ayudar a que otros miembros de la familia las disfruten. Cuando no me sienta fuerte espiritualmente, oraré por ello como una necesidad personal, en vez de derramarlo sobre los demás como un vaso de agua fría. Recordaré que el confesar debilidades une corazones.

Resuelto: No devolveré mal por mal, ni trataré de justificar mi maldad porque alguien me trató mal primero.

Resuelto: Leeré mi Biblia y oraré todos los días aunque sea sólo un verso y una breve llamada de auxilio. Sé que los adolescentes no pueden vivir sólo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios.

Resuelto: Llegaré a casa a la hora acordada. Si algo me sucede, llamaré, les explicaré y les pediré que me aconsejen.

Resuelto: Recibiré a nuestros invitados con cortesía y respeto y trataré de hacerlos sentir felices de haber venido.

Resuelto: Siempre diré la verdad para que puedan confiar en mí y darme cada vez más libertad a medida que crezco.

El Pastor John